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Cantabria es noticia porque las cifras de fallecimientos registrados en 2022 nos sitúan a la cabeza de España: subieron un 16,8% con respecto a 2021, frente al 4,9% de media que aumentó en el país. Los motivos detrás de ello, según Salud Pública, ... se encuentran en la pandemia y sus efectos posteriores: por un lado, la aparición del covid afectó a todas las enfermedades, «cambiando sus ritmos, sus niveles, la forma clínica, la transmisión» y, por otro lado, las medidas que se impusieron, sobre todo en 2020 y parte de 2021 (protección individual, restricción de movilidad o mascarillas), hicieron que «las ondas epidémicas convencionales de enfermedades respiratorias como la gripe o la bronquiolitis no se hayan presentado hasta mediados del año 2022», de forma que, «toda la mortalidad que estos procesos respiratorios hubieran presentado, se haya diferido al año siguiente». En este sentido, si se mira la serie de datos de mortalidad anual, el grupo de edad más afectado son los mayores de 80 años y especialmente los nonagenarios, donde más se eleva la tasa de mortalidad. «Fueron especialmente protegidos en los dos años previos, por lo que en esa franja disminuyó muchísimo la tasa de mortalidad en 2021, de ahí que se haya producido este efecto rebote en 2022».
La mortalidad en Cantabria empezó a ocupar titulares el pasado verano, cuando en agosto los datos del Instituto Nacional de Estadística mostraron que la mortalidad se había disparado en la región un 23% en los siete primeros meses del año, lo que suponía 4,5 veces más que en España. ¿Qué supuso este aviso? Que cuando terminó el año, habían fallecido 7.044 personas en Cantabria, esto es, un 16,8% más que en 2021 (cuando hubo 6.031). El aumento es el más grande de España, de hecho, casi el doble de lo que ha crecido la mortandad en la segunda comunidad autónoma donde más crecimiento de fallecimientos se registró: Navarra, con un 8,65%. Salud Pública publicó en septiembre un informe en el que analizaba este aumento y las causas que apuntaba son el covid (tanto mortalidad directa como indirecta, al «descompensar procesos de enfermedades crónicas, cardiovasculares, respiratorias, hepáticas, cáncer o diabetes), pero también la ola de calor que azotó el país durante 18 días de julio. Además, apuntan a una tercera causa: el envejecimiento de la población, ya que, entre nonagenarios y centenarios, Cantabria perdió a 1.308 personas de los 7.044 (el 19% del total).
En 2022, Cantabria era la cuarta comunidad autónoma con una edad media más alta (46,43 años), por encima de la media nacional (44,07 años). Además, coinciden las cuatro comunidades con mayor tasa de mortalidad en 2022 con las que tienen una edad media más alta: Asturias, Galicia, Castilla y León y Cantabria. Ahora bien, se analizan los datos de los seis primeros meses (serie utilizada para el histórico anual en la tabla) la variación entre 2021 y 2022 se ceba entre los cántabros de 65 a 74 años: sube un 20% (pasa de 869 a 1.051 fallecimientos), seguido de los octogenarios (sube el 18%).
En el salto interanual de 2021 a 2022, en ese incremento de las muertes se ven además dos fenómenos llamativos: los decesos por complicaciones en enfermedades respiratorias se duplicaron entre las mujeres, mientras que, en los hombres, la mortalidad más acusada se registró por enfermedades infecciosas y por parásitos, con un aumento del 45%. En el cómputo global de ambos sexos, la estadística muestra que las principales causas de muerte fueron las enfermedades del sistema circulatorio y los tumores. Este análisis de las causas de la mortalidad abarca a los seis primeros meses del año a partir de los datos disponibles en el INE, de forma que habrá que esperar a final del presente año para tener el cómputo total de todo el ejercicio 2022.
¿Y cómo se está comportando 2023? La estimación del número de defunciones actualizadas hasta la cuarta semana de 2023 por el INE es de 594, esto es un 6,87% menos de lo registrado en el mismo periodo de 2022, cuando hubo 638.
Según el INE, las muertes que más subieron son las derivadas de enfermedades cardiovasculares y las respiratorias: la explicación de Salud Pública para las primeras está en la ola de calor que se registró entre los días 9 y 26 de julio, «la segunda más larga desde que hay registros en España», y que aumentó «significativamente la mortalidad, tanto por todas las causas como por cardiopatía isquémica, en aproximadamente un 10 y un 15%»; la cifra de infartos de miocardio, sin embargo, muestra un descenso ya que en 2022 se registraron 55 fallecimientos (11 menos que en 2021 y 10 menos que en 2020). En cuanto a las enfermedades respiratorias, los efectos de la octava ola de covid estuvieron detrás de las muertes derivadas de la acción directa de la variante ómicron del coronavirus, «que aunque fue menos letal tuvo una incidencia mucho mayor que en olas anteriores».
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