El reto de la despoblación

La perspectiva por municipios puede ser en parte engañosa. Pues no habla solo de ayuntamientos que se quedan sin gente, sino de la progresiva inadaptación de la Administración local a la realidad social. ¿Cómo se justificará en el futuro la existencia de un ayuntamiento sin vecinos? La inercia del mapa municipal establecido por el Estado liberal en el siglo XIX ya no da para más. Asimismo, somos víctimas de un efecto óptico, que considera 'normal' el máximo demográfico que muchos pueblos alcanzaron en el primer tercio del siglo XX como resultado de la mejora de las condiciones durante el reinado de Alfonso XIII. O cifras que solo tenían explicación por el atraso tecnológico que requería mano de obra intensiva en labores del campo. Todo 'óptimo demográfico' posee una base ecológica y otra tecno-económica que deben ponderarse.

Por otro lado, la calidad de vida rural en Cantabria es muy distinta según la distancia efectiva a ejes de comunicaciones, y según se esté en el litoral o en la montaña. Una vivienda o explotación ubicada cerca de autovías o vías férreas puede proporcionar mucha más calidad de vida que un barrio urbano saturado o con problemas de polución. En cambio, los valles de alta montaña, o de media montaña alejados de las grandes arterias no gozan de esa ventaja de poder intercambiar con facilidad espacio rural y urbano, aprovechando las virtudes de ambos. Además, sin esta proximidad a las infraestructuras y por tanto a los servicios, es difícil ver de qué modo se pueden implantar alternativas eficaces al monocultivo ganadero, excepto con turismo rural en zonas privilegiadas.

Cantabria tiene, en este sentido, muchas asignaturas pendientes. Con excepción de la autovía A-67, las comunicaciones viarias hacia la Meseta son penosas, peligrosas y objeto de proyectos siempre relegados. Y la red ferroviaria se ha quedado evidentemente retrasada en relación con las necesidades de movilidad sostenible del ámbito rural. El esfuerzo realizado por la autonomía en carreteras regionales ha sido importante, pero no es ya suficiente si se quiere afianzar a la población en ciertos territorios. Campoo podría beneficiarse de un futuro AVE y de la conclusión de la autovía Aguilar-Burgos. Las villas altas pasiegas necesitan más fluidez en el intercambio con la Meseta y en el acceso desde la zona prelitoral. Los mismos fenómenos demográficos y económicos se están produciendo del lado castellano y leonés, y tanto más parecidos cuanto más de montaña son dichos municipios. Todo el cuadrante noroeste de España y algunas otras zonas interiores se ven afectadas por este proceso de despoblación que parece inexorable. Mejorar accesos y servicios, ofrecer incentivos a los nuevos hogares y a la diversificación económica, y realizar una estrategia sostenida en el tiempo, protegida por consenso contra los ciclos electorales, parecen acciones obligadas. Fortalecer la Cantabria rural a partir de grandes arterias, y crear estas allí donde claramente faltan, constituyen tareas ineludibles.