Del reto sanitario al educativo

Norberto García apura los días previos al inicio de curso entre juntas, reuniones y relecturas de la Lomloe, que este curso comienza a implantarse en las aulas. De la mano de la nueva Ley de Educación llegan dos de las principales novedades académicas del curso con el permiso de los protocolos y de las medidas anticovid que seguirán marcando la cotidianidad de los centros, el IESMontesclaros de Reinosa, del que García es director, entre ellos.

La Lomloe trae consigo la desaparición de la evaluación extraordinaria en ESO, al menos en los tres primeros cursos, explica García. Todo esto quedará desarrollado en el Real Decreto relativo a la evaluación, la promoción y la titulación. El cambio, además, podría no afectar al final de la etapa (4º de la ESO) ya que la ley, revela García, que acude al texto normativo casi a diario, contempla pruebas o actividades personalizadas de tipo extraordinario. Hay flecos que confirmar, pero todo apunta a que la evaluación continua sume protagonismo.

Otra de las novedades que trae la Lomloe, uno de los grandes retos de este año escolar, es que las juntas docentes ganan peso en la evaluación. La decisión colegiada de los equipos será decisiva a la hora de promocionar en la Secundaria Obligatoria. «Me parece una decisión muy razonable porque la evaluación continua cobra sentido. La evaluación tiene que ser formativa, integradora y de progreso», reflexiona García. «Nadie mejor que el equipo docente para saber si un alumno está capacitado para promocionar», añade el portavoz de los directores de Secundaria, si bien reconoce que es una carga extra de «responsabilidad» para los docentes.

El Montesclaros, con unos 700 alumnos, afronta este curso con más certidumbres. El equipo directivo ha actualizado su plan de actuación. Siempre desde la prudencia, recoge flexibilizaciones. «El centro se va pareciendo poco a poco a lo que era», celebra García, que agradece además el «esfuerzo importante en personal y docentes» que ha hecho la Consejería. Hay cosas, en cualquier caso, que recuerdan que al covid hay que seguir haciéndole frente: «En Reinosa se seguirá dando clase con las ventanas abiertas».

La esperanza para retomar la vida normal en los centros es la vacuna, destaca el también portavoz de los directores de Secundaria. Y el punto de inflexión, añade, puede ser fin de año. «Si en Navidades no hay otro desastre nuestra esperanza es que el centro pueda retomar la mayoría de su normalidad».

Si el regreso a las aulas era el curso pasado con «miedo e inseguridad», en el IES María Telo se aborda esta vez con «certidumbre», incluso con «más ilusión», dice su directora Pilar Lobato, ya que «gracias a las medidas sanitarias que se han adoptado podemos recuperar parte de la normalidad que teníamos antes». Esto es, que vuelve a haber «más vida» en los institutos: «Es importante salir del propio centro con el alumnado, y también que agentes externos puedan entrar a contar sus experiencias, es algo que vamos a poder retomar por fin y teníamos muchas ganas», dice. Además, «con cuidado, desinfección y distancias, vamos a poder realizar otro tipo de actividades en el aula que van a favorecer el progreso educativo en el alumnado y su motivación por aprender». ¿Han notado un bajón académico por la pandemia? «No», responde Lobato, a su juicio el nivel se ha mantenido. «El primer trimestre se repasó lo que podía haber quedado más flojo, y después se garantizó la presencialidad», dice: «No se ha quedado ningún alumno descolgado».

La preocupación llega por la nueva ley: «Desde un punto de vista académico, el reto de este curso va a ser la implantación de la nueva normativa que trae la Lomloe», dice. Si bien entrará en vigor el próximo año lectivo (2022-2023), este curso lo hace «todo lo relativo a la evaluación y promoción del alumnado, y esto es un elemento esencial porque cómo evaluamos condiciona todo el proceso educativo», explica. «Pendientes» del Real Decreto del Ministerio que concrete la evaluación y promoción, cuya principal novedad –explica Lobato– es que no se va a limitar un número de materias suspensas para que los alumnos puedan promocionar, a su juicio «se ha empezado la casa por el tejado con esta ley, ya que lo que no podemos hacer es establecer un nuevo sistema de evaluación cuando no hemos tocado aún los contenidos», dice: «Tenemos que ver qué es esencial que aprendan nuestros alumnos y qué no es esencial y, después, podremos hablar de cómo evaluarlo».

Con 380 alumnos matriculados para este curso, el IES María Telo empieza con refuerzo docente: «Hemos conseguido hacer desdobles en muchos grupos en Secundaria incluso en Bachillerato, no en todos, para que las ratios no sean elevadas. Nos viene muy bien no solo para mantener las medidas sanitarias sino para atender alumnado, las ratios bajas son algo fundamental para el aprendizaje de los alumnos».

Este martes, los alumnos de Infantil y Primaria vuelven a clase y lo hacen con algunas novedades en las medidas sanitarias que modificarán la actividad docente con respecto al año pasado: «Planteamos el curso con cierta cautela porque la situación sanitaria está presente, pero sí tenemos la idea de plantear de nuevo actividades al alumnado en las que compartir y colaborar vuelva a ser la base del aprendizaje», dice la directora del CEIPAguanaz, en Entrambasaguas, y portavoz de los directores de Infantil y Primaria, María José Rioseco. «La flexibilidad en algunas medidas en el protocolo escolar, así como la experiencia del curso pasado, nos va a permitir retomarlas», algo «impensable» en el curso pasado. Asume que «aún es pronto para analizar el efecto académico que ha tenido en los alumnos un confinamiento y después el curso, que asumieron bastante bien», y sabe qué consecuencia podrá tener para cursos posteriores. Por ahora, el reto inmediato empieza el 7 de septiembre, ya que «cierta flexibilidad» en el protocolo les va a permitir «retomar esas prácticas relacionadas con el trabajo en equipo, favorecer la socialización, compartir materiales», dice la directora, que habla de retomar actividades de colaboración, trabajo en equipo, o juntar dos o tres grupos de convivencia, con el fin de «ir poco a poco retomando el sentido educativo».

Como portavoz de los directores de las etapas iniciales, asume que «el reto académico está en convivir con la pandemia y la situación sanitaria sin olvidar el sentido educativo y pedagógico que tiene la escuela», dice. «Tenemos que equilibrar de alguna manera las medidas sanitarias con darle el sentido pedagógico que teníamos anteriormente», dice, «sin perder de vista la importancia de estas medidas para mantener la docencia presencial», ya que, añade, en estos niveles educativos no se entiende de otra manera: «Podemos recurrir a aulas confinadas o cuarentenas donde se sigue trabajando, pero la relación interpersonal o la socialización es la base fundamental de todo aprendizaje». Por eso, añade Rioseco, el objetivo para este nuevo curso lectivo es «mantener la enseñanza presencial, pero con un equilibro entre las medidas sanitarias y retomar y enriquecer el sentido pedagógico que teníamos», algo para lo que pide cautela: «No podemos lanzarnos a como estábamos antes ni volver directamente a las clases precovid porque nos saltaríamos la normativa sanitaria».

Marisol Dosal lleva más de dos décadas vinculada al Colegio La Paz de Torrelavega, un centro concertado que está cerca de celebrar el centenario de la llegada de la Congregación de los Sagrados Corazones a la capital del Besaya. Dosal, tras estos meses de pandemia, no puede si no pensar en «todas las cosas que hemos vivido en el colegio en estos cien años... Pero como esto, nada parecido».

Esto, la pandemia, trajo «incertidumbre», un puñado de aulas cerradas y cambios organizativos a La Paz, que se puso manos a la obra con la docencia adaptada, la labor de acompañamiento, las distancias... En definitiva, toda una transformación que fue «compleja para la comunidad educativa». Pero, como la mayoría de directores, Dosal entiende que todo ese trabajo previo dará sus frutos a partir de la semana que viene. «Todo eso nos ha servido de reflexión para comenzar este curso con cierta tranquilidad y sosiego, y una organización asentada. Tenemos ilusión, cada curso es nuevo reto». Y añade: «Cuando te gusta tu trabajo das todo lo mejor de ti».

El pasado año, parte de las actividades y de las metodologías sufrieron «cierto parón», pero la directora de La Paz confía en desplegar este año el plan estratégico del centro –basado en el bilingüismo, el aprendizaje por proyectos o la corresponsabilidad social– y también confía en intensificar la formación continua del profesorado, actualizando las metodologías de enseñanza para formar a la ciudadanía del futuro.

Para mantener dinámicas y acciones colaborativas, aún en barbecho por el covid, el centro cuenta con aulas móviles o dispositivos, que, «si bien no son lo ideal», ayudan al trabajo en grupo en las horas lectivas.

¿Y el refuerzo educativo? ¿Cómo se plantea en La Paz? El centro, explica Dosal, cuenta «con un programa de refuerzo y apoyo educativo para todos los alumnos. Es un programa de siempre, y ahora más que nunca». Además, el apoyo en que en este asunto brinda la Consejería «ayuda aún más» a mantener estrategias como la docencia compartida.

La Paz, de la mano de los protocolos y de su plan de contigencia –«un documento vivo que es importante actualizar»–, seguirá este curso manteniendo distancias, recreos seguros, etc. Dosal confía en que la vacunación de los jóvenes ofrezca más garantías. «Demostrado está: la vacunación es la puerta o la luz que queremos ver. Esperemos que las familias decidan vacunar a sus hijos».