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Las imágenes que ilustran esta información muestran bien a las claras el escaso avance que ha habido en el último año en las obras del nudo de Torrelavega. El grado de ejecución de los trabajos sigue estancado en el entorno del 60% -misma cifra ... con la que se cerró 2022-, a las puertas de lo que será el quinto verano consecutivo con atascos desde que comenzaron en 2018 -ese primer ejercicio no hubo colas-. A los automovilistas locales y a los muchísimos foráneos que tienen que atravesar este neurálgico cruce de caminos -la A-67 y la A-68 aún comparten un kilómetro de trazado- no les va a quedar más remedio que resignarse y armarse de paciencia. Las retenciones en Semana Santa o en el puente del 1 de mayo han sido sólo unos entremeses comparadas con los platos fuertes que se prevén en el periodo estival si se cumplen las expectativas turísticas. Lo peor es que este proyecto que dirige el Ministerio de Transportes no tiene visos de final. Debería estar acabado hace casi año y medio, ya que acumula 16 meses exactos de demora. Y los que quedan.
El objetivo de esta actuación era bien concreto. Conseguir que los 75.000 vehículos que de media circulan a diario por este cuello de botella entre la Autovía del Cantábrico y la de la Meseta lo pudieran hacer con fluidez. Una vieja reivindicación que comenzó a hacerse realidad en agosto de 2018. Ahí arrancaron unos trabajos que tenían por delante un plazo de ejecución de 40 meses (tres años y cuatro meses), con un presupuesto de 118,3 millones de euros.
De los cuatro tramos en los que se dividió el proyecto inicial, el enlace de Torrelavega es el más avanzado. Sólo necesita que entren en servicio los cuatro carriles que dirigirán a los coches hacia Torrelavega, Bilbao u Oviedo. El enlace de Barreda, por su parte, también está prácticamente terminado, sólo falta, en este caso, conectar los pasos elevados construidos para unir con la prolongación del tercer carril de la A-67 hacia Polanco.
El tramo del enlace de la zona de Sierrapando -cercana a 'Los Ochos' y los centros comerciales y supermercados- ha cogido ritmo, pero no el que debería. El Ministerio de Transportes incluso comunicó una fecha para su apertura al Ayuntamiento de Torrelavega, según ha podido saber este periódico, que no ha podido cumplir: el mes pasado. Eso sí, ya se percibe cuál será el diseño final de las diferentes carreteras, pero aún faltan por construirse varias estructuras, algunas de ellas elevadas.
El más retrasado de todos los tramos, sin duda, es el trazado de la nueva autovía que conecta Sierrapando con Barreda. Un vial de poco menos de tres kilómetros que para llevarse a cabo ha necesitado 'cortar' la montaña a la mitad. Aquí han surgido gran parte de los problemas. Primero porque los expedientes de expropiación de los terrenos se dilataron más de lo previsto. Y segundo, por los continuos corrimientos de tierras, que han precisado el refuerzo de los taludes mediante la construcción de escolleras y la inyección de hormigón. Los vecinos que pasean por la zona cuando las máquinas no trabajan muestran en las redes sociales como parte de estas laderas se han venido abajo en numerosas ocasiones. Sin ir más lejos, el mes pasado, que fue un mes donde apenas llovió.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que lidera Raquel Sánchez, adjudicó el proyecto a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Vías y Construcciones (una filial de ACS) y a la cántabra Siec, con una baja del 34% sobre el precio de salida de la licitación. Lo que no ha especificado el gabinete de Sánchez ha sido la repentina ralentización de los trabajos. Porque todo marchaba según lo previsto, al menos si se tiene en cuenta la versión que dio el propio Ministerio a este periódico en abril de 2021, cuando sólo quedaban ocho meses para la fecha estipulada para entregar la obra. «Las obras marchan según lo previsto», se limitaron a decir. Y eso que, en aquel momento, el grado de ejecución no alcanzaba el 40%.
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Luego fueron encadenándose otros contratiempos como el corrimiento de tierras a la altura de Barreda, que obligó al cierre total de la A-67 durante cinco días en julio de 2019, cuando uno de los carriles, el más cercano a los edificios de la colonia de El Salvador, en Barreda, se vino parcialmente abajo. Desde entonces, no ha habido ninguno más reseñable. Es más, desde Transportes explicaron que la pandemia ayudó a acelerar los trabajos, pero lo que aún no han hecho es comunicar el porqué del parón posterior. Por mucha prisa que se dé, 2023 acabará sin concluir con una obra tan importante como farragosa para muchos de los automovilistas que pasan por ahí a diario.
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