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El dato en bruto lo dio el Gobierno central el miércoles por la tarde: el 3,2% de la población cántabra, dos puntos menos que la media nacional, presenta anticuerpos ante el Covid-19 según los resultados preliminares del estudio nacional de seroprevalencia elaborado ... por los ministerios de Sanidad y Ciencia y el Instituto de Investigación Carlos III con el apoyo de las comunidades autónomas. En personas, suponen 18.624 - aunque por las características del trabajo científico y la gran representatividad se espera que los resultados finales se aproximen a la realidad, eso está por ver, dado que la encuesta determina la situación concreta de un momento dado que sigue evolucionando- frente a un total de 580.000 censados.
Esto implica que por cada 1.000 habitantes hay 32 que han tenido contacto con el virus. Extrapolando este porcentaje a las principales localidades de la región, serían unos 5.500 vecinos de Santander, 1.660 de Torrelavega o 1.050 de Castro Urdiales. Y de ellos, del total de los contagiados, el 1,1% falleció a causa del virus. Esa es la situación a día de hoy. La foto fija después de completarse la primera de las tres rondas de las que consta el estudio.
Como remarcaron sus autores, los resultados arrojan grandes diferencias entre provincias. Cantabria se encuentra en la zona media-baja de la tabla nacional, lejos del 14% que superan Soria o Ceuta, pero tampoco en el 1,4% de Murcia o Las Palmas, mientras que la media es del 5%. Ni en el caso de los porcentajes más elevados se estaría cerca de rozar el 60% que se requiere para que exista una inmunidad de grupo, la que permitiría frenar la propagación del patógeno de manera natural.
La explicación a estas diferencias no es evidente, pero los datos nacionales sí afirman que la propagación ha sido mayor en las localidades de más de 100.000 habitantes (del 6,4%) -una condición que sólo cumple la capital-, frente al 4,2% de las de menos de 100.000, el 3,8% de las de menos de 20.000 y el 4,3 de las de menos de 5.000.
La comunidad autónoma sí clava exactamente la tasa media de mortalidad, que tanto en Cantabria como en España es del 1,1% y también presenta grandes diferencias entre provincias. ¿Por qué? Eso es lo que todavía están intentando responder los científicos, aunque el Gobierno de Cantabria ha defendido que la mortalidad -relación entre los fallecidos y el total de contagiados- ha sido menor que en otros territorios por la mayor inversión en Sanidad. Es matizable: Vizcaya gasta más en este capítulo y tiene una tasa de mortalidad del 1,6%. Y en Asturias, con uno de los porcentajes de contagio más bajos de España, es del 1,8%.
En Cantabria han sido seleccionadas, siguiendo criterios de proporcionalidad, 2.100 personas, integrantes de 840 hogares de 35 municipios distintos que ya han sido sometidas a unas pruebas que tendrán que repetir otras dos veces. Así se verá si los que no tenían antes anticuerpos al virus los generan después, lo que permitirá analizar los mecanismos de expansión de la pandemia y su ritmo de crecimiento. Para eso, habrá que esperar al menos seis semanas.
El estudio ha determinado que hasta el 14,5% de la población tenía síntomas compatibles con la enfermedad, pero sólo una quinta parte de estos casos sospechosos se ha confirmado positivo. Además, al revés que a nivel nacional, hay desequilibrio entre sexos: 2,3% de hombres presentan anticuerpos frente al 4% de mujeres de la comunidad autónoma.
Los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad sobre los primeros resultados del estudio de seroprevalencia confirman que por cada caso que ya se había detectado en Cantabria a través de las pruebas PCR desde el inicio de la pandemia, había ocultos en los hogares de la región otros seis. Personas que en muchos casos no presentaron síntomas, que los tenían tan leves que decidieron no ir al médico, a los que el sistema público de salud no les realizó la prueba al no ser considerados grupo de riesgo, o incluso que pasaron la enfermedad antes de que se supiera que había traspasado las fronteras de China y había llegado a España.
Puede parecer una relación desproporcionada, pero el Ejecutivo regional defiende que no lo es. Aunque los avances del estudio y la relación de información proporcionada por el Estado a los medios de comunicación -las comunidades autónomas tienen los resultados completos porque son ellas las que realizan el trabajo de campo- no permiten confirmar esta afirmación, la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, aseguró ayer que hemos tenido «una capacidad de detección de la enfermedad por PCR superior a la media», lo que indica que «la detección está funcionando muy bien».
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