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Marta San Miguel
Santander
Domingo, 15 de noviembre 2020, 07:41
En el atril donde se coloca cada semana la directora general de Salud Pública sólo hay un micrófono: cada semana apenas se mueve mientras Paloma ... Navas coloca sus papeles, enumera cifras cada vez más altas de incidencia acumulada y cita casos de contagios en los que el contacto social ha provocado cuarentenas multitudinarias a su alrededor, como esta semana, que ha afectado a sesenta personas por tres brotes en un equipo de fútbol, una cena en un local y prostitución. ¿Son evitables? Según el consejero de Sanidad, «sí».
Desde el 11 de mayo, cuando acabó el estado de alarma, el 40% de los brotes que se han localizados se produjeron en el entorno familiar o bien en encuentros sociales con amigos y parientes, según revelan los datos que hizo públicos el Ministerio de Sanidad. ¿Y en Cantabria? Los últimos datos referidos a cómo y dónde nos contagiamos advertían de que el 27% de los contagios se daban en el ámbito intradomiciliario. Ya entonces –mediados de octubre–, Salud Pública calificaba de «necesario» evitar el contagio en el núcleo familiar, extremar las precauciones dentro de la familia y entre convivientes. Pero a pesar de que cada semana el micrófono de Peña Herbosa amplifique las advertencias de los responsables de Sanidad, la realidad es que llevan «28 días seguidos» advirtiendo que la situación no deja de empeorar.
En Cantabria se sigue observando un «elevado número de contactos» por cada positivo que se detecta: «Cada caso tiene una media de más de tres contactos, lo cual nos sigue indicando un elevado contacto social. Hasta que no disminuyamos el número de contactos sociales por cada caso positivo no podremos parar la curva ni doblegarla», insistió esta semana Paloma Navas. Por eso, añadió, «es fundamental limitar el contacto social como venimos diciendo desde hace varias semanas, porque la probabilidad de contagio es muy alta». Al día siguiente, el presidente Miguel Ángel Revilla anunciaba más medidas para la contención social con el adelanto del toque de queda a las 22.00 horas.
Tres brotes de coronavirus relacionados con la prostitución, una comida familiar y un equipo deportivo han dado lugar a al menos 46 casos positivos en Cantabria y más de un centenar de contactos cuarentenados. Lo anunció Sanidad esta semana; en el caso de la prostitución, al menos hay cinco mujeres y hombres y un cliente identificado, «con un rastreo que está siendo prácticamente imposible». Otro brote se produjo por un entrenador asintomático, que contagió a doce jugadores, entrenadores y al presidente del club. Algunos de sus jugadores contagian a convivientes en el domicilio y compañeros de trabajo, y el brote se salda con 21 positivos y 48 cuarentenados. Además, una comida familiar en un establecimiento hostelero, los dueños del propio local invitaron a los trabajadores. Eran asintomáticos, pero a los días dan positivos, los extienden a sus trabajo donde aparecen más, y también al colegio donde se contagia un compañero: 20 personas contagiadas, una de ellas hospitalizada, y 60 contactos cuarentenados.
¿Cómo nos contagiamos? ¿Es posible anticiparse para que las medidas de restricción se dirijan precisamente a controlar esos focos? En Cantabria, las últimas cifras que ha proporcionado la Consejería de Sanidad advertían de ese 27% de contagios que se producen en el ámbito intradomiciliario. De lejos, están los porcentajes de otros ámbitos de contagio, como es el laboral, con un 10%; el sanitario, con un 3%; y el sociosanitario, con 2%. Además, hay un 25% de casos en los que, según dijo entonces Navas, «no es posible identificar cuál es el ámbito de contagio».
La situación varía a diario, y en ese rastreo de casos, cómputo de orígenes y demás porcentajes, cada semana desde el 10 de mayo, las comunidades autónomas remiten sus casos a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave), que elabora informes puntuales en los que los datos dibujan el efecto invisible del virus.
Según su último informe, con fecha 6 de noviembre, las indicaciones facilitadas por las comunidades autónomas vuelven a señalar que el ámbito más frecuente de exposición se da en el entorno del domicilio, con un porcentaje del 31,8%. Además, un 40% no refería contacto conocido con un caso diagnosticado de covid, sin diferencias al restringir el análisis a las últimas tres semanas epidemiológicas. En cuanto al ámbito laboral, el informe de Renave advierte de que un 4,2% de los casos detectados son personal sanitario o sociosanitario, siendo significativamente mayor este porcentaje entre las mujeres que entre los hombres (6,3% vs 1,9%). El 78% del personal sanitario o sociosanitario con covid, notificado desde el 11 de mayo, son mujeres.
¿Por qué informa Sanidad de los brotes que surgen en eventos privados, casos concretos de socialización? «No informamos de ello porque preocupen, de hecho ya están controlados, sino porque no había ninguna necesidad de que se hubieran producido y para que se vea lo que no hay que hacer», dijo este viernes el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez. No es la primera vez que Sanidad usa ejemplos reales para advertir de las consecuencias de las actividades que se llevan a cabo. El 1 de octubre Navas ya habló de «irresponsabilidad» tras detectar un brote en la celebración de una comunión, a la que había asistido una persona que había tenido síntomas compatibles con el coronavirus en los días previos al evento y que después terminó dando positivo en las pruebas. A pesar de los síntomas, la familia siguió adelante con sus planes de celebrar la Comunión, y el caso se saldó con otras 36 personas en seguimiento y tres positivos confirmados entre los asistentes.
Uno de los retos de las medidas tomadas para detener el avance del virus es detectar pronto los brotes y que no se expandan. El brote sucede cuando se agrupan tres o más casos con infección activa en la que se ha establecido un vínculo epidemiológico. Y desde que terminó el estado de alarma se han notificado más de 10.000 brotes. Por ámbitos, el social es el que más brotes acumula, con 3.136 (31,2%). Y dentro de este, siete de cada diez veces que ocurre uno se produce en las reuniones con amigos y parientes (2.141).
En ese sentido, cabe fijarse en las últimas cifras aportadas por el Ministerio para ver el comportamiento de la última semana y comprobar que el ámbito social, con 379 brotes, en los que se han confirmado 3.154 contagios, sigue aglutinando el mayor porcentaje (un 25%) de los 1.526 que se han registrado en España. Además, solo en la primera semana de noviembre se notificaron 248 brotes familiares que afectan a miembros de la misma familia que viven en diferentes domicilios (interacciones típicas familiares), lo que supuso registrar 1.304 casos asociados.
En el pabellón de Selaya se habilitó un dispositivo para realizar pruebas de PCR a los vecinos de la zona. La razón: un brote en Villacarriedo. Según la directora general, Paloma Navas, el origen del brote estuvo en un grupo de personas, algunas de edad avanzada, que fueron a cazar por la zona y que, con posterioridad, se reunieron en el interior de un bar, «sin mascarilla», en el que se juntaron además con vecinos. «El bar donde ha surgido el foco es pequeño y, como es habitual en los pueblos, es un centro de congregación de los vecinos». El brote llegó hasta la residencia de ancianos, donde se registraron 50 casos.
Esta es la fuerza con la que la pandemia funciona en términos expansivos, de ahí que en las últimas semanas, dada la velocidad de propagación, todas las comunidades autónomas, entre ellas Cantabria, hayan tomado medidas. Este viernes, el Ministerio de Sanidad anunciaba que cuatro comunidades habían conseguido estabilizar la curva y su incidencia acumulada en los últimos 14 días estaba por debajo de los 500 casos por cada 100.000 habitantes. En Cantabria, sin embargo, sigue subiendo, y aquí está ya en los 526 casos por 100.000 habitantes. ¿Dónde está el freno? En la contención social, dicen los expertos. «La tasa de positividad ahora mismo es muy alta, está en un 13,7% cuando lo recomendado es por debajo del 5%», decía Navas esta semana. «Lo que queda claro es que las medidas por sí mismas no tienen efecto si la ciudadanía no las aplica. Se pueden regular todos los ámbitos, pero deben tener una aceptación, una práctica por parte de todos».
Conocer cómo se comportan los contagios y los brotes pasa por los informes Renave. En Cantabria, el Observatorio de Salud Pública analiza a marchas forzadas los datos de cada contagio y rastreo en plena segunda ola, y en este momento, según fuentes de Sanidad, «están trabajando en sistematizar ese cruce de datos e informaciones con el fin de poder aportarlos en la página del propio Observatorio o en el Servicio Cántabro de Salud».
La primera semana de septiembre se detectó un brote en el barrio de La Inmobiliaria, en Torrelavega. La causa: un bautizo. Para controlar los casos asociados a ese foco, Sanidad terminó confinando todo el barrio (6.500 residentes más el cierre del colegio durante 14 días). El origen del brote fue un bautizo, que se celebró por separado entre hombres (50 participantes) y mujeres (otras 60) en diferentes lugares y días distintos. El primer encuentro se celebró el día 31 de agosto en un local comercial de la calle Juan XXIII, fuera de su horario de apertura, y el segundo en dos pisos de Leonardo Torres Quevedo.
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