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El presidente Revilla acudirá el próximo lunes a la invitación del lehendakari Iñigo Urkullu para participar en una reunión multilateral con el resto de homólogos de las comunidades atlánticas para presionar por la conexión ferroviaria con Francia. El Palacio de Ajuria Enea, la residencia oficial ... del jefe del Ejecutivo vasco, será el escenario al que viajarán los mandatarios de Cantabria, Galicia y Asturias. Urkullu los ha citado para compartir iniciativas de «interés común». El Gobierno vasco, en todo caso, no oculta que la principal preocupación sobre la mesa está relacionada con las conexiones ferroviarias entre España y Francia, máxime desde que el país galo ha decidido relegar la alta velocidad y descartar la conexión con la 'Y' vasca al menos hasta 2042. Cantabria también apuesta por esta iniciativa, en detrimento del Corredor Atlántico al que el Gobierno central trata de seducir para que se incorpore.
El lehendakari ha cursado la invitación a Miguel Ángel Revilla, Alfonso Rueda (Galicia) y Adrián Barbón (Asturias) –los tres ya han contestado afirmativamente–, en su calidad de presidente de la Comisión del Arco Atlántico, compuesta por regiones de España, Portugal, Francia, Reino Unido e Irlanda. Un grupo de trabajo que, desde su origen en 1989, muestra su preocupación por que «en la construcción europea las naciones y las regiones de la zona atlántica puedan quedarse relegadas frente a otros ejes centrales de la UE».
Precisamente en ese contexto se entienden algunas de las materias que se abordarán en la reunión del lunes: las transiciones energética, digital y sociodemográfica, y sobre todo, el transporte. «Todas las comunidades atlánticas comparten su preocupación por mejorar las conexiones ferroviarias, a poder ser en alta velocidad», subrayó ayer el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, una semana después de que Francia actualizara sus planes y situara el enlace con España por Irún en el último lugar de su calendario.
Ya la pasada semana el consejero vasco de Transportes, el socialista Iñaki Arriola, manifestó en el Parlamento vasco su lamento por este retraso y afirmó estar «presionando» al Ejecutivo galo de Emmanuel Macron para que reconsidere sus planes. El objetivo, según Zupiria, es «no perder la oportunidad de desarrollo que se va a producir dentro del ámbito europeo».
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