A su juicio, «habrá una noticia importante si al cabo de 35 o 40 días lo que sale de la tierra es blenda acaramelada» -la materia prima del zinc-, cuyo primer trozo ha avanzado que tiene intención de llevarse para su despacho.
En un encuentro con periodistas durante su visita las instalaciones de la empresa Agrocantabria, en Torrelavega, ha reiterado que se trata de «una buena noticia» para la ciudad, para Cantabria y para el Puerto de Santander.
Además, ha mostrado su confianza en que los sondeos avalen las previsiones de las empresas, lo que permitirá fijar las delimitaciones de la futura explotación que, ha recordado, no será a cielo abierto como la anterior de AZSA en Reocín sino a través de un túnel a entre 500 y 550 metros de profundidad.
También ha resaltado que las empresas que tienen concesiones de explotación «están muy confiadas» en las reservas de mineral que aún guarda el subsuelo, y ha destacado que el zinc es «un material que vale dinero».
En este sentido, ha recordado que la inversión estimada en este proyecto es de unos 600 millones de euros por parte de las empresas y la creación de «no menos» de 2.000 empleos directos en la fase de construcción de la mina.
Preguntado por cómo podría afectar a este proyecto el recurso presentado por Ecologistas en Acción Cantabria contra la actividad, Revilla ha recordado que en la comunidad autónoma «se recurre todo», como por ejemplo en materia de obra pública, «pero hay que hacer las cosas, no queda otro remedio».
A su juicio, la cuenca del Besaya «necesita inversión y empleo, y si esto (la explotación de la mina de zinc) sale adelante habrá un antes y un después».
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