

Secciones
Servicios
Destacamos
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, afirmó este lunes a preguntas de la oposición que no dijo la verdad tras su polémica comida en un restaurante de Santander a principios de mayo ... . No es la primera vez que reconoce el error, pero en esta ocasión lo hizo con mucha mayor contundencia. «Es cierto que he mentido. Mentí porque me sometieron a una presión en un momento determinado que no sabía lo que decía. El bochorno fue horrible», reiteró el regionalista sobre la situación de «acoso» que vivió por parte de un grupo de profesionales de la hostelería.
El portavoz de Ciudadanos, Félix Álvarez, le recordó que no mintió una vez, sino tres. Primero al responder que él no fumaba, después al decir que el puro no era suyo y finalmente cuando afirmó que estaba en la mano pero no en la boca. «Ya estaba de los nervios. Quisiera verles a ustedes bajo la presión de dos tíos de 1,85 metros, haciéndome confesar lo que sea», insistió Revilla en referencia a las personas que le grababan con su teléfono móvil en un vídeo que se reprodujo en todos los medios nacionales.
Además del puro, también fue controvertida la situación de legalidad del espacio donde tuvo lugar la comida con los representantes de una empresa interesada en invertir en la región. A este respecto, Revilla apuntó que desde entonces ha intentado averiguar sin éxito si tiene licencia de terraza o no. «Lo que sé es que la gente sigue comiendo», insistió el regionalista, que subrayó que jamás se le ocurrió preguntar a los propietarios si tenía permiso o no porque, además, había estado allí otras dos veces ya durante la pandemia. Desde Vox, Cristóbal Palacio pidió la dimisión de Revilla porque «incumplió la normativa que había aprobado, faltó al respeto a los hosteleros y mintió».
Los tres partidos políticos de la oposición habían registrado preguntas para Revilla sobre este asunto, pero finalmente el PP realizó un cambio en la cuestión que le correspondía. «Si no le pregunto por el puro no es porque aprobemos su comportamiento. Es grave que mienta y que haya evitado dar explicaciones, pero lo peor es la ruina a la que ha llevado a la hostelería», le interpeló la presidenta de la formación conservadora, María José Sáenz de Buruaga. Los populares reclamaron ayer sin éxito saber cuándo tiene pensado retirar el 'semáforo covid' que, a su juicio, está afectando negativamente al sector.
Para Buruaga, que recordó que su opinión es también la de los alcaldes y la Federación de Municipios, es «absurdo mantener las restricciones en el nivel máximo, como si estuviéramos al inicio de la pandemia», con un sistema que crea distorsiones en las localidades pequeñas. «Ahora son mayores que hace un año», dijo la líder de la oposición, que insistió en pedir un plan de desescalada vinculado al avance de la vacunación.
Miguel Ángel Revilla advirtió hace diez días en una entrevista en este periódico que el asunto de los indultos a los políticos catalanes condenados por sedición y malversación de fondos públicos iba a «enturbiar»la relación del PRC con el PSOE de Pedro Sánchez. Ayer, los dos socios del Gobierno explicitaron sus diferencias sobre este asunto durante el pleno del Parlamento cántabro a raíz de una votación impulsada por Ciudadanos para rechazar lo que parece una decisión ya tomada del Ejecutivo central. Aunque el tono fue menos frentista que en días anteriores, los regionalistas se posicionaron del lado de PP, Cs y Vox y no aceptaron la tesis socialista de que esta medida puede facilitar la «reconciliación» entre Cataluña y el resto de España.
«El Gobierno tomará la decisión en conciencia a favor de la convivencia de todos los españoles. La concordia, el diálogo, el entendimiento y el encuentro guiarán esa decisión», apuntó la portavoz del PSOE, Noelia Cobo, que cree que, de tomarse finalmente, ayudará a normalizar la relación entre las partes. «Si al final se conceden los indultos será en defensa del interés general y buscando lo mejor para España». Así respondieron los socialistas ante la crítica general del resto del arco parlamentario, que entiende que la finalidad última de este movimiento es conservar el apoyo de los partidos separatistas y nacionalistas para garantizar la continuidad de Sánchez.
Esa es la tesis que defiende el PP en Cantabria y en España. «El PSOE está como loco por concederlos. No es una apuesta por serenar las aguas, el problema es que es el pago de una factura que el Gobierno de Sánchez negoció con los independentistas para que le votaran la investidura», lamentó el popular Íñigo Fernández, que niega que ayude a la convivencia e insiste en que «alienta el desafío de los independentistas». Desde el PP aceptan la legitimidad del Ejecutivo de dar pasos hacia la distensión, pero no «a cambio de votos políticos». Fernández concluyó afirmando que el PSOE pagará electoralmente esta decisión y lamentó que también lo va a pagar España.
Aunque el PRC compartió básicamente esos mismos argumentos, su portavoz, Pedro Hernando, recurrió a otros aspectos para suavizar el tono del enfrentamiento con el PSOE. Por ejemplo, planteó la necesidad de revisar la legislación sobre indultos y recordó que el problema de Cataluña se debe a la «responsabilidad compartida del PP» durante sus años de Gobierno y de las fuerzas independentistas. En cualquier caso, dejó claro que «el indulto, en estas condiciones (por ejemplo, sin arrepentimiento), es inasumible».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.