Revilla despeja la incógnita sobre su futuro e inicia el camino hacia su quinta legislatura

Pendiente de su salud siempre, pero en especial estos últimos días, Revilla estaba a la espera de conocer los marcadores de las distintas pruebas médicas a las que se ha venido sometiendo a lo largo del mes de octubre para poder calibrar sus fuerzas y a cuyos resultados había fiado su decisión última.

Parece que ya los tiene, y parece que le son muy favorables, porque este martes, mediada la tarde, convocó un Comité Ejecutivo en el que informó a la directiva de que está en plenas condiciones físicas y mentales de continuar sosteniendo el pabellón regionalista otros cuatro años más. Hasta 2027.

Consensuada con su familia y sus colaboradores más cercanos, la decisión del presidente cántabro de alargar su carrera política solo puede sorprender a quienes nunca le han oído decir que «arrojar la toalla estando bien cuando las cosas están complicadas no es mi manera de actuar ante la vida».

Miguel Ángel Revilla Roiz (Polaciones, 23 de enero de 1943) concurrirá a las elecciones autonómicas con 80 años de edad, dos más de los que tenía el presidente demócrata Joe Biden cuando en 2021 se postuló a la presidencia de Estados Unidos para convertirse en el inquilino más longevo de la Casa Blanca. Todavía están lejos, uno y otro, del récord de perdurabilidad, que aún ostenta Robert Mugabe, proclamado presidente de Zimbabue con 89 años.

Viene a cuento esto de la edad porque si el mandatario cántabro tenía alguna razón para cuestionarse su candidatura, esa era, precisamente, el estado de salud que le acompañará hasta mayo. «No es lo mismo hacer esto con 76 años», que es la edad que tenía cuando comenzó la legislatura actual, «que hacerlo con 80», que es la que tendrá cuando empiece la siguiente.

Entonces, en 2023, se cumplirán nada menos que 45 años desde que Revilla, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y diplomado en Banca y Bolsa por la Universidad del País Vasco, fundara el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), formación de la que es secretario general desde 1988 y a la que ha ascendido a los altares de la política autonómica.

Para encontrarle en un puesto de alta responsabilidad dentro de la Administración autonómica hay que remontarse a 1995, año en el que Revilla fue nombrado vicepresidente y consejero de Obras Públicas y Urbanismo en un gobierno de coalición con el Partido Popular que se repetiría cuatro años después, tras las elecciones de 1999.

El día 25 de mayo del año 2003, luego de permanecer en la vicepresidencia durante ocho años, el líder regionalista lograba consumar el asalto del PRC a la cúspide del Gobierno autonómico tras acordar con el PSC-PSOE un tercer gobierno de coalición que le ascendió a la presidencia aun siendo la suya la fuerza menos votada. Con tan solo ocho diputados, Miguel Ángel Revilla expulsaba de Puertochico a los populares, que habían logrado 18, e invitaba a pasar a los socialistas, que con trece escaños y hambre de poder se conformaron con la vicepresidencia.

Elegido por vez primera presidente el día 27 de junio de 2003, Revilla hizo posible la redición de su pacto con los socialistas en los comicios de mayo de 2007, unas elecciones en las que el PRC aumentó su musculatura electoral –alcanzó los doce escaños– sin que ello se tradujera en cambio en un mayor peso político en el Gobierno.

Distinguido como el presidente mejor valorado en su comunidad autónoma en el año 2010, Revilla no pudo sin embargo encandenar una tercera legislatura en la Presidencia de Cantabria, de la que fue desalojado en 2011 por la mayoría absoluta del PP, que no hizo sino abrir un paréntesis de cuatro años en la trayectoria presidencial del carismático líder regionalista.

Porque en 2015, ese año sí, pudo renovar el pacto PRC-PSOE con la abstención de Podemos y recuperar un despacho que cuatro años más tarde, en 2019, podría haber empapelado de arriba a abajo con los votos obtenidos en las urnas.