Revilla dibuja su adiós en su postal navideña

En la tarjeta se ve al secretario general del Partido Regionalista sentado a las faldas del Peña Labra, la cumbre de Polaciones, el mismo monte que ascendía en su postal del año pasado calzando albarcas y fumando un puro. Como entonces, el expresidente aparece acompañado por Luena, el border collie de su hija Jana, esta vez representado en posición de descanso y con las patas delanteras pisando un mapa de la comunidad autónoma tocado con un lábaro.

A ambos lados del monte ondean -aunque más bien parece que hagan todo lo contrario- las banderas de España y de Cantabria, y a los pies de la ilustración, bajo la comarca campurriana, Revilla expresa sus mejores deseos para 2024.

En cualquier otra Navidad ese hubiera sido su único mensaje. En esta, en cambio, no lo ha sido. A un mes de cumplir 81 años, y plenamente consciente de que su ciclo político se ha agotado, Revilla, que lleva ya meses preparando el relevo en su partido, ha imprimido en su felicitación, en lo alto, para que se vea bien, un segundo mensaje en el que da a entender, con dos palabras, que después de cincuenta años en el mundo de la política a él ya no le queda nada por hacer. «Misión cumplida».