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Aunque intentara quitarse protagonismo -«la enhorabuena, a Mazón. Yo no tengo nada que ver. El diputado es él»- a Miguel Ángel Revilla le salían ayer por los poros la euforia y los titulares. Para lo primero, el presidente de Cantabria repetía lo que dijo durante ... la noche del domingo. Que alcanzar el escaño es «lo más importante que ha logrado el partido desde que se ha fundado». «Más que gobernar o que yo sea presidente». Y para lo segundo, el líder de los regionalistas convirtió su discurso del lunes de resaca electoral en una ametralladora de frases para encabezar una entrevista. Por ejemplo: «No vamos a dar el voto si no se nos garantiza lo que han prometido cien mil veces. Así de claro». O «la representación en Madrid ha venido para quedarse». Incluso, y ya metidos en la salsa que más les gusta -la de su estado puro-, «todos somos ya un poco Mazón, Cantabria es un poco Mazón, no sólo los regionalistas».
«Yo tengo el cuerpo del deber cumplido», comentaba a este periódico a primera hora. Machacón con una idea. «Nadie nos daba nada de nada. Los debates, las encuestas... En una elección general, la gente piensa que es Casado, Sánchez, Rivera... Era muy complicado». Pero ahora, desde ya, toca saber qué van a pedir los regionalistas, a quién y qué capacidad real van a tener para poner condiciones en el tablero del Congreso. Qué peso tendrán para negociar. O sea, ¿cuánto va a valer el voto de los regionalistas? Ahí es donde coloca la frase. «Nosotros no vamos a dar el voto si no se nos garantiza lo que han prometido cien mil veces. Así de claro. Nada que no se haya prometido. Nada que no se deba». Y, a partir de ahí, enumera. «¿Qué se ha prometido por parte de todos los que han llegado aquí desde la época de Zapatero y antes? El AVE, el estudio informativo con Bilbao, que siga la carretera de San Glorio (que está parada), la de La Hermida, la de Los Tornos, que paguen Valdecilla, que paguen lo de Comillas... Lo que hay pendiente. Y, si no, pues no habrá voto y lo que habrá será un señor en la tribuna con eco y que dirá estas injusticias que le hacen a Cantabria».
Revilla repite que no van «a pedir nada que no tengan los demás, simplemente lo que se nos debe». Y suelta que a Cantabria la han «tomado por el pito de un sereno». «No hay un cartel de Fomento, se han ido de aquí. No hay nada porque somos una región pequeña, porque los que van son mudos. Pero ahora va a haber un tío allí que no sólo va a hablar de vez en cuando. Va dar ruedas de prensa, va a presentar escritos y les va a dar la tabarra. El voto del PRC, si no hay eso, no se le damos a nadie».
Sí, bien. Pero para todo eso la clave es situar el voto de los regionalistas. Saber si será decisivo, importante o intrascendente a la hora de hacer números en la Cámara. «Pues parece que sí puede tener fuerza. Parece que sí», arranca Revilla. «El voto nuestro puede hacer el 175. A la hora de los Presupuestos, con 175, por ejemplo, no puede haber enmiendas a la totalidad. Yo creo que podemos ser decisivos. Podemos serlo». Más allá, destaca que en todo caso, tener una voz en Madrid» es «algo inédito». «Un antes y un después, así lo veo yo. Y lo ven en España, que ya estamos ahí. Mazón ya ha estado en Los Desayunos de TVE y está hablando de nuestras cosas. Ya no sólo soy yo en El Hormiguero y la Sexta, hay un parlamentario con todo el derecho a hablar, a opinar, a dar ruedas de prensa, a oponerse, a denunciar... Es el voto más útil de Cantabria en la vida».
Su discurso y el del propio Mazón sobre líneas rojas para dar su apoyo son casi calcados. Nada que toque las autonomías o que les ligue a los separatistas. «Con Vox no podemos estar en ningún cambalache porque va en contra de los principios de fundación del partido en el tema de las autonomías. Y con los separatistas no vamos a ningún sitio. Somos un partido que toleramos que se dialogue, pero vulnerar la Constitución o poner en tela de juicio la unidad de España es sagrado».
Y ahora, en menos de un mes, otro domingo de urnas. Revilla relativiza la influencia de las generales sobre las autonómicas. «Hombre, esto viene bien. Esto ayuda. Pero, aún en el caso de que no hubiéramos sacado el diputado, no afectaría de manera decisiva al resultado del 26 de mayo, que ese le tengo yo más claro». Contesta que a los que decían que se la jugaba este domingo con lo que sucedió en 2011. Su candidatura en las generales no salió adelante «y luego -explica- saqué un 30% en las regionales». «Pasé de un 12 a un 30,1%. La gente tiene muy diferenciado lo que es una elección autonómica, una alcaldía y una nacional». Y tampoco se detiene en el resultado obtenido en Santander -por detrás de Vox, incluso-, la única mancha de su domingo de gloria. «Ya sabemos que sacamos menos en Santander, pero también que arrasamos en el resto de Cantabria. Yo no creo que se pueda hablar de un talón de Aquiles en un partido que saca más votos aquí que el PNV en Euskadi».
José María Mazón no sube mucho el tono. «Yo, tranquilo», repite como contrapunto en esa pareja casi matrimonial que estos días ha formado con Revilla. Pide tiempo, «porque las urnas aún están calientes», y asegura que para esta nueva etapa en su vida -a los 67 años- lo importante es «tener la conciencia tranquila». «Y yo la tengo. Espero hacer un buen papel y no tengo ningún miedo». Será el primer diputado en el Congreso en la historia del PRC.
-¿Cómo tiene el cuerpo?
-Tranquilo. Lo estaba todos estos días y anoche, aunque dormí poco porque nos acostamos tarde y esta mañana a primera hora ya tenía radios llamándome a las siete y media, he estado bien. Como siempre.
-¿Usted también cree, como Revilla, que este es un éxito más grande que el de una presidencia?
-Yo no quiero comparar. Cada cosa en su lugar y en su tiempo. Esta vez nos tocaba ganar un diputado y se ha conseguido. Y en mayo toca conseguir la Presidencia de Cantabria y, además, creo que vamos a estar muy cerca de la mayoría absoluta. Si en esta no nos daban nada, o un 5 o 6% y hemos sacado un 15%, pues qué será el 26 de mayo.
-Directo al grano: ¿Qué va a valer el voto de José María Mazón en el Congreso?
-Vamos a ver cómo se configuran los pactos. Si somos decisivos desde luego hay una serie de cosas que van a salir adelante. El pago de la deuda de Valdecilla, el comienzo de las obras entre Palencia y Aguilar para que el AVE llegue a Reinosa, el estudio informativo del ferrocarril Bilbao-Santander o que se reanuden las obras de las carreteras que tenemos paradas o que no han comenzado después de que fueran aprobadas. Estas serían nuestras primeras reivindicaciones, contemplando además que nosotros vamos a apoyar la gobernabilidad. Nos gusta que España tenga un gobierno estable porque eso será bueno para Cantabria. Pero todo el mundo sabe que nos hemos presentado para defender los intereses de Cantabria y estoy percibiendo, por la cantidad de felicitaciones que me llegan de gente de todos los partidos, que se alegran de que estemos.
-Pero viendo el abanico, ¿hasta qué punto creen que van a tener fuerza? ¿Hasta dónde serán decisivos para pedir todo eso?
-Vamos a esperar a que nos llamen. A mí no me han llamado y supongo que a Miguel Ángel, de momento, tampoco. Pero si queremos un gobierno con cierta estabilidad y un presidente que esté, si no en la mayoría absoluta en la mayoría simple, ahí podríamos ser muy importantes. Ahora es al PSOE al que le toca mover ficha. Han ganado las elecciones, tienen que proponer su programa y buscar aliados. Nosotros estamos dispuestos a colaborar y a aliarnos con el que gobierne, pero no gratis. El que quiera nuestro apoyo tiene que contemplar nuestro programa, al menos en una parte importante. Tenemos una bandera y no vamos a renunciar a ella.
-Está convencido entonces de que va a tener una posición importante para poder negociar.
-Vamos a esperar. Tampoco quiero adelantar acontecimientos. Pero creo que la situación es bastante favorable para nuestros intereses y los de Cantabria.
-Más allá de la investidura o los Presupuestos, ¿cómo se pueden hacer valer?
-Lo hemos dicho muchas veces. Si tenemos el voto decisivo lo haremos valer en los Presupuestos, la elección o la aprobación de leyes. Pero, en todo caso, la voz nuestra se va a oír. No es lo mismo tener un diputado en el Congreso que cada vez que salga a la tribuna aplauda al gobierno o le critique. A ningún gobierno le gusta que le critiquen. Y no solo en el Congreso, también que Miguel Ángel Revilla le critique en otros ámbitos o desde la comunidad autónoma. Nosotros somos un aliado que puede ser interesante para el gobierno en todos los aspectos. Tanto en la estabilidad, el sentido común y sacar proyectos buenos para España como en el aspecto de un apoyo público, que tiene mucho valor.
-¿Y qué no están dispuestos a dar a cambio de su voto?
-Lo hemos dicho desde el primer momento. Somos constitucionalistas. Y eso quiere decir que los dos pilares básicos, que son la unidad de España y su diversidad -o sea, las autonomías-, no son cuestionables. Si el gobierno que viene quiere hacer concesiones al separatismo no puede contar con nosotros. Y si quieren ir en contra del estado de las autonomías, tampoco. El PRC nació para fundar la autonomía de Cantabria. Lo demás se puede negociar todo o casi todo. Pero eso no. Y lo primero, Cantabria. Sus intereses.
-¿No teme que, por inercia, puedan acabar metiéndoles en el saco de un PSOE apoyado por los independentistas? Que les digan que estaban en el grupo.
-No vamos a estar en ningún grupo que no queramos y sin que nos pongan delante un programa. Ese programa es la clave. Si cumple los requisitos estaremos a favor. Si alguien quiere mezclarnos con los separatistas no lo va a conseguir. Siempre hemos defendido que somos cántabros y españoles. La gente nos conoce. No haremos nada que traicione a nuestro electorado.
-Por si alguien lee esta entrevista en cuatro años, deje dichos una serie de compromisos mínimos para ver si cumplió o no.
-Lo primero, vamos a exigir todo esto que le he dicho. Que se paguen las deudas que hay con Cantabria. Económicas, de pagar. Y también de hacer y de tramitar. Si no hemos conseguido eso la legislatura no habrá sido lo suficientemente provechosa. Pero eso no quiere decir que no lo hayamos intentado. Y yo me comprometo a hacer iniciativas de todo tipo. Ahora no es el momento de describirlas, pero tengo ideas en la cabeza que hay que plasmar. Pero lo primero es defender Cantabria y vamos a intentarlo. Y si no se consigue no va a ser por falta de intentos.
-¿Ya tiene piso?
-Bueno, lo tengo casi resuelto.
Tras un domingo de urnas siempre hay un lunes de escenarios. De pactos posibles sobre el tablero del Congreso. Hay un dato claro: antes de las autonómicas cuesta creer que nadie mueva pieza. Y de esos movimientos dependerá que el voto del PRC tenga más o menos peso.
La opción de un pacto PSOE-Cs supondría 180 escaños y dejaría la participación de los regionalistas como algo testimonial, pero ese extremo parece, a día de hoy, imposible. También dejaría fuera al PRC un pacto de Sánchez e Iglesias con los independentistas catalanes y con Bildu, pero los socialistas tratarán de evitar en la medida de lo posible cualquier acercamiento a estos partidos.
Con el pacto de las fuerzas de derechas descartado por insuficiente en cuanto a escaños (PP, Vox y Cs) y con el de la coalición de Unidas Podemos y el PSOE necesitada de más apoyos, el escenario que barajan en la sede del PRC con más entusiasmo es el que sumaría los representantes de Sánchez y los de Iglesias a los de Compromís (1), PNV (6), Coalición Canaria (2) y al voto de José María Mazón. Serían 175, a uno de la mayoría absoluta, y necesitarían una abstención para la investidura. Pero supondría darle mayor fuerza a un posible gobierno. Mayor empaque. «Si con 85 diputados ha gobernado diez meses, con 175 se puede tirar los cuatro años», repetían ayer.
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