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Viernes, 6 de octubre 2017, 14:28
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, supone que la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, aceptará la dimisión de Salvador Blanco y Rosa Inés García, aunque no ha hablado con ella, y confía en que eso solvente «la papeleta» que ha creado «una pequeña turbulencia» ... en el Gobierno.
Tras inaugurar la feria de vehículos de ocasión en La Lechera, de Torrelavega, Revilla ha respondido a la pregunta de si cree que la vicepresidenta aceptará las dimisiones con un: «supongo, me lo imagino, pero no ha hablado con ella».
Y también se ha remitido a lo que dijo el pasado lunes ante el pleno del Parlamento cántabro sobre que la vicepresidenta es «una persona muy sensata y está en un partido político, en el que lleva muchos años».
Revilla ha reconocido que los cambios solicitados en el Gobierno por la nueva dirección del PSOE, liderada por Pablo Zuloaga, han generado una «pequeña crisis habitual en la vida política», y ha reconocido que «afecta cuando hay pactos (de gobierno)», aunque ha insistido en que esos pactos son buenos.
Aún así, ha indicado que hasta ahora lo planteado por la nueva dirección del PSOE «ha sido atendido» y confía en que las dimisiones anunciadas hoy por el consejero delegado de Sodercán, Salvador Blanco, y la directora general de MARE, Rosa Inés García, solventen la «papeleta que ha creado una pequeña turbulencia, que no ha afectado a la gobernabilidad». Porque el presidente de Cantabria ha asegurado que «todo el mundo ha estado en su sitio» en el Gobierno regional y «sigue funcionando la normalidad». Sin embargo, ha reconocido que «no es bueno» que las tensiones de los partidos se trasladen a los gobiernos.
«Espero que este planteamiento del PSOE (la salida de Blanco y García), que era un tema interno y va a ser atendido, acabe ya con las turbulencias y nos pongamos para lo que estamos que es a trabajar en el Gobierno», ha aseverado Revilla, quien insiste en que no ha hablado con la vicepresidenta y ex secretaria de los socialistas cántabros.
Revilla ha recordado que los partidos políticos tienen una vida, pero un Gobierno «es otra cosa», porque ha apuntado que el Ejecutivo tiene que «regir los destinos de la región en una situación complicada». «Es a lo que nos tenemos que dedicar y estos temas cuanto menos afecten al gobierno, mejor», ha concluido.
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