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La oficialización del calendario escolar del próximo curso y la salida al conflicto desatado en torno a la jornada lectiva reducida de septiembre y junio parece lejos de llegar a su fin, a pesar de que la Consejería de Educación aprobó, de forma ... unilateral, hace diez días el modelo que parecía definitivo. El nuevo giro a los acontecimientos se ha producido este jueves en la reunión que han mantenido el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, y los representantes de los sindicatos de la Junta de Personal Docente, en la que no estuvo presente el consejero Francisco Fernández Mañanes.
En el encuentro, Revilla escuchó las dos nuevas propuestas trasladadas por los sindicatos, consistentes en que las actividades no estrictamente lectivas (excursiones, convivencias, visitas culturales y similares) sean computadas como tales y contabilicen también como parte del trabajo de los maestros. De esta manera, los sindicatos señalan que no se incumpliría la legalidad de las 875 horas lectivas anuales que recomiendan los informes jurídicos a los que se aferra el consejero y no tener ni que eliminar las jornadas reducidas de principio y fin de curso ni añadir más días lectivos a los 175 actuales.
«Tomando como base los informes jurídicos, pedimos dotar de consideración de horas lectivas todas las actividades que los maestros realizan con presencia de alumnos, algo que hasta ahora no se hacía. Si los maestros están con los niños, aunque sea fuera de clase, son horas lectivas, porque les están educando», sostiene Jesús Aguayo, de STEC. Si estas actividades computaran como lectivas «se superarían por mucho» las 875 horas lectivas anuales, apunta por su parte Conchi Sánchez, de CC OO.
Mientras se producía la reunión entre Revilla y los sindicatos, el consejero Mañanes inauguraba en Castro Urdiales la exposición 'Mediterráneo: una gran fosa común'. Allí aseguró, en un primer momento, que la Consejería «ya ha dicho todo lo que tenía que decir» al respecto e insistió en que «hay dos informes jurídicos (uno realizado por Educación y otro por Presidencia y Justicia) que muestran a las claras y de manera indubitada que esas jornadas están al margen de lo que establece la legislación». Y recordó que «lo que ha hecho Educación es proponer a los sindicatos docentes alternativas a ese calendario desde el respeto al pincipio de legalidad».
Mañanes considera que Revilla les ha trasladado a los sindicatos «esta misma posición» y subrayó que la Consejería «va a seguir abierta a recibir propuestas siempre que respeten esos informes jurídicos y no nos coloquen fuera de la ley». Afirmación que choca con la realidad de que su departamento aprobó de forma definitiva el calendario el pasado 12 de junio, incluida la eliminación parcial de las jornadas reducidas en tres de las seis semanas de septiembre y junio, porque, según dijo entonces, «a estas alturas la ciudadanía, las familias, el alumnado y el profesorado deben conocer ya qué calendario se va a llevar a cabo».
Revilla ha indicado a los sindicatos que, «como padre y profesor», ve «razonable» esta propuesta y se ha comprometido a trasladársela a la Administración educativa en cuanto la Junta de Personal se la remita por escrito para «seguir negociando una solución». De nuevo, el presidente regional intermedia en el conflicto entre la Consejería y los sindicatos que representan a los profesores y toma una decisión contraria a la que defiende el consejero, que en las dos últimas semanas ha insistido en que el calendario que aprobó su departamento de forma unilateral en la Mesa Sectorial del 12 de junio es la «fórmula más razonable y adecuada», porque «cumple una ilegalidad ineludible» y, «pedagógicamente, es lo mejor para los centros».
Según explicó Jesús Aguayo, la Junta de Personal Docente ha salido «relativamente satisfecha» de este encuentro con Revilla porque «hay margen para la negociación», ya que los informes jurídicos que encargó Educación permiten «distintas salidas». «La negociación es posible, el tema está abierto», insistió. Respecto al hecho de que el calendario que aprobó la Consejería en la Mesa Sectorial del 12 de junio no se haya publicado en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC), lo que permite que el tema siga abierto, los sindicatos consideran que se debe a que Mañanes está «replanteándose» la decisión, «haciendo una reflexión interna», tras dos mayoritarias huelgas de por medio, y no a que Revilla haya paralizado su publicación.
Educación tomó una decisión el 12 de junio «porque a estas alturas la ciudadanía, las familias, el alumnado y el profesorado deben conocer ya qué calendario se va a llevar a cabo», tal y como explicó Mañanes. Sólo quedaba su publicación en el BOC, que nunca se ha producido. Y a día de hoy, ese calendario aprobado puede ser otra vez papel mojado, como el de la primera Mesa Sectorial celebrada el 16 de mayo, tras situar de nuevo Revilla el conflicto sobre la mesa de negociación. Lo único claro es que mañana finalizará el curso en Infantil y Primaria sin que profesores, alumnos y padres sepan qué calendario regirá el siguiente y qué horario tendrán en septiembre cuando regresen a los colegios.
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