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Desde que dejó la Presidencia de Cantabria hace poco más de un año, Miguel Ángel Revilla se ha colocado en una segunda -o tercera- línea de la vida pública autonómica. Sigue presente en las televisiones nacionales y en los actos de presentación de su libro ... que organiza por toda España, pero no toma la palabra en los debates del Parlamento regional ni entra a valorar los asuntos de actualidad. «Últimamente no es muy habitual que yo salga en materia política porque hay otras personas que lo están haciendo», reconocía el regionalista, que este miércoles ha roto su retiro «ante la gravedad de lo que he escuchado». El expresidente afirma que se ha quedado «perplejo» al escuchar las declaraciones del consejero de Economía, Luis Ángel Agüeros, en las que señalaba que, en el marco de la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, la región está dispuesta a «hacer sacrificios» como el de dejar de ser el territorio con mayores ingresos procedentes del Estado por habitante.
«Las palabras del consejero han sido peligrosas y una metedura de pata que espero que rectifique», ha insistido Revilla. Lo ha dicho después de que el propio Agüeros ya matizara esas declaraciones, reconociendo el error o, al menos, que no había estado especialmente acertado a la hora de elegir las palabras. En su segunda versión, el titular de Economía venía a añadir que lo que quería expresar es que, en esta negociación, lo importante no son «los ránkings ni la posición que tengamos, sino garantizar el coste real y efectivo de los servicios que prestamos».
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En ese segundo punto están de acuerdo PP, PRC y el resto de fuerzas de Cantabria. El problema, en opinión de Revilla, es que Agüeros se ha resignado a que la región pierda la primera posición en la que se encuentra desde 2009. Un posición «muy peligrosa» porque, en opinión de los regionalistas, después de esas declaraciones parece que el titular de Economía entra «ya derrotado en una batalla que se va a llevar a cabo con uñas y dientes».
Más allá de la «metedura de pata» y la referencia a esos «sacrificios» que Agüeros piensa que deben hacer todos los territorios, sí hay coincidencia en que la posición actual de Cantabria respecto al resto de autonomías «no es un privilegio». «No nos lo han dado porque caemos bien, sino que es estrictamente el cumplimiento de unos criterios -en el modelo actual, además de la población, se tiene en cuenta la orografía, la dispersión y el envejecimiento, factores que benefician a la región- que dan ese resultado», ha añadido Revilla, que sí coincide con el popular en rechazar el trato diferencial para Cataluña y la negociación bilateral entre PSOE y Esquerra, sobre todo si eso se cristaliza en un concierto económico similar al de País Vasco y Navarra.
«¿Sacrificios? ¿No hemos hecho bastantes, que hemos tenido que soportar aquí una falta de inversiones y hemos estado marginados», ha rebatido Revilla, al que le gustaría que el Parlamento de Cantabria convocara un pleno extraordinario por este asunto en el que, ante la gravedad de la situación, se muestra dispuesto a volver a subirse a la tribuna.
Tras las recientes declaraciones del consejero de Economía tras su participación en el Consejo de Política Fiscal y Financiera en Madrid, el Grupo Parlamentario Vox ha expresado severas críticas hacia la postura del Gobierno de Cantabria en el debate abierto sobre la reforma del sistema de financiación autonómica. «Partimos de un consejero que acepta negociar de rodillas, entrando en la trampa del sanchismo. El sanchismo necesita desesperadamente los siete votos del separatismo para mantenerse en el gobierno», lamenta su portavoz, Leticia Díaz.
«El Gobierno cántabro está comenzando a negociar desde una posición de pérdida, arrodillándose ante un juego que teatraliza mucho pero no aborda los temas importantes para los españoles: no habla de igualdad, de evitar el despilfarro, de superar el actual sistema autonómico y de no abandonar ningún rincón de España», continuó Díaz. El coste de los servicios no es igual en todas las Comunidades Autónomas y, a menudo, en las zonas menos pobladas es donde resulta más caro ofrecer los mismos servicios.
«El debate se ha llevado al terreno que quería Sánchez, buscando enfrentar a unas comunidades con otras. Sánchez es especialista en la división: enfrenta a las Comunidades Autónomas y luego saca el talonario para ofrecer un poco más a cada una», concluyó la portavoz del Grupo Parlamentario Vox.
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