El Día de las Instituciones más atípico

No es extraño que el virus apareciera en los discursos, especialmente en el del presidente, Miguel Ángel Revilla, quien con un tono muy dramático pidió a los jóvenes, convertidos en los grandes propagadores de la enfermedad este verano, un poco más de paciencia y responsabilidad para enderezar la maltrecha situación sanitaria de la región.

Revilla, no obstante, se esforzó por lanzar un mensaje de optimismo sobre el futuro de Cantabria, una Comunidad de «extraordinarias posibilidades», sostenido por la efectividad de las vacunas –que no duda pondrán término a la pesadilla–, y la respuesta de UE con la habilitación de los fondos europeos. Todo ello apunta, dijo, a «un horizonte muy distinto», del que forman parte proyectos como La Pasiega, el Mupac y la lucha contra el despoblamiento.

Comparado con esta intervención tan sentida, el resto resultó, valga la redundancia, excesivamente institucional, muy centrado en ese obligado tributo a los representantes de aquellos Nueve Valles cuya unión fue precursora de la actual Autonomía.

Así, el alcalde de Reocín, Pablo Diestro, insistió en el valor de las instituciones cántabras, con especial mención a la entidad local menor ya que, en su opinión, los ayuntamientos son el «motor de cambio», el instrumento «más cercano a los ciudadanos».

Por su parte, Dolores Gorostiaga, distinguida con el título de Merina Mayor por el ayuntamiento anfitrión, apeló a la unión y al consenso para afrontar los nuevos retos de forma colectiva y, como ejemplo, se refirió a «la mayor crisis de nuestras vidas», la pandemia del coronavirus, en la que ha quedado patente que las instituciones «han respondido» y «son las mejores herramientas para proteger a la ciudadanía».

El presidente del Parlamento, Joaquín Gómez, invitó a proteger las instituciones frente a las exaltaciones de quienes tratan de desprestigiarlas «inspirándonos en corrientes abiertas y globales» y mostró su agradecimiento a Europa que «nos ampara y ha permitido inversión y avanzar en la recuperación de esta pandemia para proteger el Estado del bienestar».

Por último, la delegada del Gobierno en Cantabria, Ainhoa Quiñones, reivindicó el consenso «como homenaje a nuestro mejor pasado y como ejercicio para defender el presente y dibujar un futuro que traiga tanto progreso y bienestar como la llegada de la democracia».

Asistió al acto el Gobierno casi en pleno –llamó la atención la ausencia del consejero de Sanidad, que tenía que participar en el Consejo Interterritorial–, representantes de los demás partidos en el Parlamento regional, junto a autoridades locales, judiciales, educativas, y responsables de las organizaciones empresariales, entre otros. No faltaron tampoco los miembros de las plataformas de pensionistas, que 'amenizaron' la jornada con sus montañesas reivindicativas.