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El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que desde ayer es protagonista en los medios locales y en la redes sociales después de que se filtrara un vídeo en el que un grupo de hosteleros le increpa por -según ellos- incumplir las medidas sanitarias ... al estar «fumando un puro y comer en el interior» de un restaurante, se ha defendido este viernes del «escrache» que sufrió: «Sin querer culpar al sector de la hostelería en su conjunto, sí existe un grupo alentado políticamente por algún partido de ideología de extrema derecha que me somete a ataques y escraches».
Revilla ha asegurado que es un «objetivo a batir». «Saben que estoy indefenso porque no he llevado guardaespaldas ni en la época de ETA y lo estoy pasando ahora peor que entonces... me tengo que pensar si solicitar escolta», ha asegurado. Asimismo, ha sostenido que, pese a haber imágenes en las que aparece con un puro en la mano, «no estaba fumando dentro» y ha denunciado que existe una «crispación» en España alentada por determinados «grupos».
Para el regionalista, lo que le pasa a él es algo que «puede pasarle a cualquiera». «Yo he tenido muy claro que por encima de todo está la salud de la gente... somos la comunidad con menos muertos y hay otras que han recogido votos donde las cifras son espeluznantes», ha expresado en referencia a Madrid.
Según Revilla, desde hace 20 días está sometido a una presión «tremenda» por parte de un «grupo muy bien organizado». Y lo raro para el presidente es que este viernes ese grupo no se haya presentado en el acto organizado celebrado en el patio de la sede del Gobierno. «En cuanto se enteran de algún tipo de actividad en la que participo me boicotean, como el día de mi vacuna contra el covid; el acto del Palacio de la Magdalena, el otro día me siguieron hasta Somo; han violentado la vida de mi hija pequeña llamándola todo tipo de cosas cuando iba a tirar la basura», lamenta el presidente. Pero lo que respecta al día de ayer, a esa comida «con empresarios que están haciendo inversiones de mucho nivel en Cantabria y que me querían plantear un nuevo proyecto para la región», Revilla asegura que no estaba fumando el puro en la terraza. Sí era suyo, ha confesado, pero estaba en el cenicero porque «cuando llego a los lugares donde no se puede fumar lo dejo para después continuar». Y apostilla: «Un puro no es un cigarrillo, vale tres euros».
Sobre las personas que le increparon, el presidente de Cantabria ha asegurado que tenían una actitud «violenta», que le llegaron a soplar en el oído y le llamaron de todo y además, ha señalado a uno de los responsables de la grabación como el hijo de un antiguo exdirigente del PP, «que sí llevaba escolta».
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Según Revilla, «esto no se puede permitir». «No pienso en otra cosa que intentar traer lo mejor para Cantabria. Por eso quiero hacer un llamamiento: esto es muy grave, empieza así y acaba de otra manera. No solo coaccionando mi labor como presidente sino que están llegando a mi ámbito familiar. No nos queda otra. En Cantabria impera la Sanidad, yo acato las órdenes, no soy quien toma las decisiones, es Sanidad, como debe ser en una pandemia».
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En resumidas cuentas, el presidente de Cantabria «no tiene ninguna sensación» de haber hecho nada mal en la comida de ayer con empresarios por lo que no va a dimitir como piden algunos grupos políticos y los hosteleros si se confirman los hechos. «Si yo pensase que he hecho algo mal, no hace falta que me lo pidan», ha aseverado Revilla, que ha solicitado comparecer en el Parlamento para explicar lo sucedido.
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