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Agencias
Viernes, 20 de abril 2018, 17:01
En Cantabria, comunidad que cuenta con cinco víctimas mortales de la banda terrorista, las primeras reaciones al anuncio de ETA han sido las del presidente regional, Miguel Ángel Revilla, y las de la líder del PP, María José Sáenz de Buruaga. Revilla, siempre muy duró con el terrorismo, ha valorado «muy positivamente» que ETA anuncie su disolución, pero cree que en el comunicado emitido por la banda hay una «perversión intolerable», como es el hecho de que haga una «distinción» entre unos asesinados y otros, entre quienes «estaban en el conflicto» y, al parecer y según los terroristas, «se merecieron ser ajusticiados», y aquellas personas que resultaron «colateralmente» víctimas de los atentados, que son por las que «vienen a pedir perdón». A juicio del secretario general del PRC, ETA tiene que «pedir perdón por todos los asesinados» porque «todos hemos sido víctimas». En una línea similar, para Sáenz de Buruaga, el comunicado es «exculpatorio y decepcionante» y supone una «humillación y un ataque a la dignidad» de las víctimas. «Hay que leerlo bien antes de lanzar aleluyas», ha advertido.
«Tienen el mismo carácter de asesinatos atroces e injustos tanto el guardia civil como el policía nacional, el militar, el juez, el periodista, el político» o a quien «le tocó la china de la explosión de una bomba», ha comparado el jefe del Ejecutivo cántabro, quien ha explicado que cada vez que había un muerto de ETA, él también se sentía «víctima, independientemente de que fuese una persona que estaba haciendo compras en Hipercor y le tocó la china de la explosión de una bomba».
Al presidente autonómico, que se ha expresado así ante los periodistas, le parece «bien» el comunicado de la banda, en el sentido de que «es un paso», pero ha alertado de que «tiene trampa». En su opinión, a los terroristas «no les queda otro remedio» que renunciar a la lucha porque «están acabados», toda vez que «hace tiempo» ya que la banda fue «derrotada», tanto desde el punto de vista político como militar. «No tienen ninguna opción», ha remachado, antes de insistir en que dejan las armas porque no tiene posibilidad alguna de «ganar esa batalla». «Ha ganado la sociedad civil», ha zanjado.
No obstante, ha opinado que «no acaban de la mejor manera». Para él, esa mejor manera hubiera sido «reconociendo que se equivocaron y que sometieron a los españoles a una tortura innecesaria, para no conseguir nada, durante muchísimos años».
En cuanto al cese de la actividad del grupo armado, el presidente cántabro cree que llega en un momento en el que tienen que «liberar» a sus sucesores en el aspecto político -pues tienen representación en Euskadi y en el Congreso y el Senado, ha apuntado- de «algo que es insoportable para la sociedad vasca».
Al hilo, ha destacado que tanto vascos como el conjunto de los españoles han «comprobado el alivio» que ha supuesto que ETA sea, desde hace años, «una cosa secundaria, marginal», así como la «despreocupación» que conlleva ir ahora a esa Comunidad, o la «liberación» también que ha supuesto para el turismo. Así, en la actualidad la gente joven no habla de la banda terrorista, sino de otros temas que están, como la corrupción o Cataluña, ha citado Revilla para finalizar.
Las palabras de la presidenta del PP cántabro también han hecho himcapié en esa diferenciación de las víctimas, para criticar el hecho de que la banda terrorista diferencia «entre víctimas de primera y de segunda», y pide perdón «solo a una parte», con lo que «justifica los asesinatos de quienes, según la banda terrorista, estaban implicados en un supuesto conflicto, de policías, guardias civiles, concejales, jueces o periodistas».
Para Sáenz de Buruaga, el comunicado está escrito «en términos de justificación».
«ETA trata de eludir sus responsabilidades repartiendo culpas y escribiendo la historia con el relato falso e inaceptable de un conflicto armado, cuando no se puede equiparar la legitima defensa de la democracia y el Estado de Derecho con los actos de violencia de una banda terrorista», ha dicho.
La dirigente popular ha hecho hincapié en que «la única verdad» es que la sociedad española «se defendió y venció a una banda terrorista que mataba y que las víctimas que son todas iguales y todas inocentes, siguen reclamando memoria, dignidad y justicia». Para Buruaga, ETA tiene que disolverse, reconocer que es una banda terrorista, pedir perdón a todas las víctimas y colaborar con la justicia para esclarecer los cientos de asesinatos sin resolver, pero sin esperar nada a cambio.
«No les dimos nada cuando nos amenazaban y nos mataban y tampoco ahora, que ETA ha sido derrotada por la fuerza del Estado de Derecho, debe obtener ninguna contrapartida, ni política ni social», ha afirmado la presidenta del PP, quien ha advertido de que la disolución en ningún caso significará impunidad.
Según Buruaga, «no habrá atajos ni tratos de favor», porque aunque desaparezcan las siglas de ETA, no desaparecerán los delitos ni el inmenso sufrimiento que los terroristas han provocado.
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