«No reviso los errores de mi partido del pasado, la lealtad es nuestro mayor activo»

- Su conquista del PP cántabrotiene algo de épica. Recuerda a episodios como el de Pedro Sánchez, que recorrió España en su Peugeot para refundar sus vínculos. Usted ha seguido adelante a pesar de la marejada de fondo en su partido...

-Si hay una persona que representa la antítesis de cómo veo y entiendo la política es Pedro Sánchez. Lo único que le importa a Pedro Sánchez es él mismo y ha sido capaz de sacrificarlo todo, hasta el proyecto socialista, por su supervivencia personal. Y esto es absolutamente lo contrario. Yo agradezco mucho el apoyo a las personas que estuvieron conmigo desde el primer minuto, pero se lo agradezco especialmente a quienes no confiaron en mí o no me votaron en 2017, porque después de aquel Congreso dijeron: es nuestra presidenta y nos ponemos a trabajar a su lado con absoluta lealtad, ellos son los que me han ayudado a unir desde dentro este proyecto y hacerlo fuerte. Lo que hemos construido en estos cinco años es la verdadera lealtad y es un activo del Partido Popular porque hemos lanzado un mensaje de unidad, de estabilidad y de eficacia.

-¿Dudó en presentarse a la reelección en el Congreso del PP?

-No. Pese a que desde fuera pueda haberse visto como una etapa de dificultad y sufrimiento, me siento afortunada porque muy pocos líderes políticos en esta región han disfrutado de un apoyo y una fuerza tan grande por parte de los suyos. La voz en un partido democrático la tienen las bases y la militancia, y estaba deseando someterme al escrutinio de los verdaderos dueños y protagonistas de este proyecto que son los afiliados del PP.

-¿Y qué le ha dicho esa voz?

-Lo que me dice es: cuenta con todos nosotros y ahora, María, a ganar y a gobernar, porque somos un partido de gobierno que está aquí para transformar la sociedad y para hacer una Cantabria mejor.

-Esa voz da por sentado que va a ser la candidata del PP a la Presidencia de Cantabria, ¿teme que vuelva a pasar lo de 2019 cuando Génova impuso a otra candidata en su lugar?

-No pierdo ni he perdido un minuto en revisar las decisiones del pasado. Este partido y yo tenemos la obligación de mirar al presente y sobre todo al futuro de Cantabria. Ahora bien, es muy importante aprender de los errores. Creo que aquella decisión no solo fue dura para María José Sáenz de Buruaga, sino que fue muy dura para las posibilidades electorales del partido. El PP pagó una factura electoral, sobre todo y ante todo porque Cantabria no lo entendió. Lo que sí sé es que, conociendo al Partido Popular y conociendo a Núñez Feijóo como le conozco, esa situación no se va a producir, no vamos a tener sorpresas de esa naturaleza.

-¿Se siente candidata?

-En este proceso del Congreso no se decide la candidatura, solo al presidente que va a dirigir el partido los próximos años, y en este caso, se ha elegido a siete meses de una cita electoral. La elección de los candidatos es una decisión colegiada y quien tiene la última palabra es la dirección nacional y Núñez Feijóo, y yo no me voy a autoproclamar candidata, pero parece lógico y sensato que quien gana un congreso y tiene la confianza de los afiliados, de las bases, de sus compañeros, y por tanto suma dentro del partido, esté en las mejores condiciones para sumar y crecer fuera.

-Parece que esta vez tiene todo de cara, ¿qué le da miedo?

-Lo que depende de nosotros, del partido, nada: la receta es trabajo y seguir por el camino que vamos. Pero me preocupa la Cantabria que nos podemos encontrar dentro de siete meses, y también la España.

-Una mujer presidenta de Cantabria, ¿cómo suena?

-Yo creo que ya va siendo hora y que sería el colofón perfecto. No solo por ser mujer, no soy alguien que crea en cuotas, sino porque si encima de ser mujer, que siempre aporta una sensibilidad y una manera de ver las cosas distintas, es una mujer preparada, con proyecto, con equipo y experiencia de gestión, mejor antes que después porque Cantabria lo primero que necesita es un gobierno y un presidente capaz de ejercer como presidente, porque en este momento no lo tenemos.

- ¿Le llamó Revilla cuando ganó el Congreso con el apoyo del 97,5% de la militancia?

-No hemos tenido la ocasión, porque después del congreso tuve algunas cuestiones personales que atender. Pero no me llamó, tampoco esperaba que lo hiciera.

- Revilla repite por quinta vez como candidato y llegará a las elecciones con 80 años...

-Me merece muchísimo respeto, es una decisión que le corresponde a Miguel Ángel Revilla en primer lugar y al PRC. En cuanto a la edad, que parece lo más llamativo, creo que no es ni un mérito ni un hándicap. Sin embargo, como yo entiendo la política, lo verdaderamente determinante es la hoja de servicios tras una carrera y lo triste de la trayectoria de Revilla es que después de 40 años en política y 25 años en el Gobierno con unos y con otros, o 16 años como presidente, no hay ningún proyecto transformador de la sociedad ni un tractor de la economía que lleve su sello. Creo que cada vez hay más gente que no se cree a Revilla, ha agotado su crédito y su tiempo.

-¿Pactaría con él?

-Antes de que los políticos hablemos de pactos, en una democracia, los que tienen que hablar son los ciudadanos en las urnas: que digan con su voto si quieren un gobierno en solitario y sólido, o más de lo mismo de lo que hay ahora: PRC más PSOE igual a cero.

-¿El PP de Cantabria le daría alguna consejería a Vox a cambio de la presidencia?

-El PP de Cantabria no sale a pactar ni con el PRC ni con Vox. Y quiero dejar claro que el Partido Popular no es Vox, nos separan muchas cosas que no están sometidas a negociación: somos un partido constitucionalista, europeísta y autonomista, y tenemos muchas diferencias en materia de inmigración, de igualdad de género y oportunidades. Soy una profunda defensora de los resortes del Estado para que la igualdad de oportunidades sea algo efectivo, y eso es innegociable.