La Rioja se lleva el Observatorio del Español y Comillas sigue sin despegar

«La lengua es un elemento imprescindible para la competitividad de nuestro país y en este objetivo se trabaja», dijo la ministra portavoz Isabel Rodríguez cuando anunció el paso adelante que da el Gobierno central para hacer de la lengua que hablan 600 millones de personas en el mundo el eje de un modelo productivo que quieren potenciar a través del programa 'Nueva economía de la lengua'. Mientras otros territorios como Cádiz, Madrid, Extremadura o la propia Rioja se movilizan para que el idioma español y la economía encajen como poleas dentadas, en Cantabria la Fundación Comillas sigue sin despegar, a la espera de que los 1.100 millones de euros del Perte (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) apunten en sus siguientes capítulos a la Fundación y sus años de limitada andadura académica en la Pontificia, tras al menos 30 millones de euros invertidos desde 2007.

La presidenta de La Rioja celebró que la región se convertía en «protagonista de esta nueva revolución industrial que es la nueva economía de la lengua, donde se va a orientar, definir e implementar la estrategia», pero Cantabria no aspiró a acoger el Observatorio. ¿Por qué? «Porque no somos una institución que observa el correcto uso del español, esa no es nuestra misión, sino que estamos especializados en corpus lingüísticos y llevamos una década investigando; en eso nos diferenciamos», explica Eva González, directora de la Fundación Comillas. «Dentro de los proyectos que se desarrollan en el Perte, cada institución u organismo participa en alguno de sus cinco ejes de actuación», continúa.

«La Universidad de La Rioja ha competido en el Observatorio (dotado con 4 millones de euros) y creemos que tiene las competencias y el prestigio adecuado para enfrentar este proyecto con todo el éxito, pero nosotros vamos al capítulo de creación de nuevos corpus lingüísticos y tecnología para aprovechar lo que ya tenemos», añade. El segundo eje al que concurre Comillas es el de Digitalización del Instituto Cervantes, «porque somos centro adscrito y vamos de la mano con ellos», y el tercero es el de Digitalización de contenidos y fondos documentales y de museos y patrimonio, «que ya hemos puesto en marcha con el Laboratorio Digit_Comillas y que se complementará con el Máster en Industrias Culturales digitales que arranca en septiembre».

En un curso en el que la actividad académica del Ciese de la Fundación Comillas ha contado con 54 alumnos de Grado y 14 de Máster, además de otros tantos en los cursos especializados y diez docentes, ¿qué puede suponer la aprobación de este Perte, que busca «movilizar» las inversiones públicas y privadas para «maximizar el valor» del español y las lenguas cooficiales en el proceso de transformación digital a escala mundial? «Una oportunidad de conseguir recursos y consolidar líneas de trabajo que llevan diez años en marcha, así como conseguir más reputación, visibilidad y fondos». ¿De cuánto estamos hablando? Para la creación de corpus amplios para la nueva economía de la lengua, «donde la Fundación tiene un amplio recorrido investigador», la cuantía es 93 millones «como tope»; para la digitalización del Cervantes, el máximo es 38 millones, y para el de fondos documentales, hasta 26 millones.

Las cuantías, concreta González, son «a repartir entre las distintas instituciones que se presenten en este proceso». ¿Y cuándo se sabrá si Comillas si es elegido en ese reparto? «No hay fecha», responde, «pero espero que no nos dejen hasta septiembre».