Los ríos abren el domingo la veda del salmón con «buenos caudales»

«Lo fundamental para Cantabria es que los ríos tengan agua, y este año no hay ese problema», explica Manuel Borbolla, presidente de la Sociedad Cántabra de Fomento de Caza y Pesca. «Y con la nieve que ha caído a principio de semana ya tenemos nevera para que no se repita lo de 2023», recalca.

Solucionado, por tanto, el primer inconveniente al que se enfrentan los pescadores cántabros, el segundo aún está en el aire. «No hemos visto muchos peces remontando las cuencas, así que hay incertidumbre», señala Óscar González, subdirector general de Biodiversidad y Montes del Gobierno de Cantabria. «El agua ahora está turbia por las lluvias de los últimos días, está tomada, y no se puede ver el fondo de los pozos. Aun así, puede que haya algún salmón escondido en el lecho y que se deje pescar el domingo. No sabemos si saldrá el 'campanu' el primer día», añade.

El del año pasado fue uno de los más tardíos de la historia. Se izó seis semanas después de la apertura de la veda y tras el parón temporal por los bajos caudales. Lo capturó el pescador asturiano José Armando Devesa –ya había pescado el 'campanu' cántabro en 2012–, en el coto de Puente Viesgo, en la conocida como zona de La Tablilla. El ejemplar pesó 3,8 kilos y midió 71 centímetros de longitud y 13,5 de circunferencia.

«En mi zona, la del río Asón, sí que se han visto salmones, así que me atrevo a hacer una quiniela: el 'campanu' saldrá el domingo en la zona de pesca sin muerte de Pozo Negro», afirma Francisco Gamizo, presidente de la Sociedad de Pesca Fario.

La campaña que comienza el domingo finalizará el día en el que se alcance el cupo máximo permitido en cada uno de los ríos, que es de 30 ejemplares en el Pas, 25 en el Asón, 15 en el Nansa y 15 en el Deva. Cada pescador podrá izar un pez por día y dos en toda la temporada. Es una de las novedades, puesto que el año pasado sólo podían uno en toda la campaña.

En el mejor de los escenarios, podría incrementarse el cupo de capturas de cada río en cinco peces, «si se alcanza o supera el 50% de dicho cupo antes del 31 de mayo», recoge la orden publicada en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC). La talla mínima será de 45 centímetros de longitud.

Lo de agotar la cuota en solo dos meses es una utopía, sobre todo si analizan los datos de las últimas temporadas. El año pasado ni siquiera se alcanzó el límite máximo de capturas, que también estaba fijada en 85 ejemplares. Sólo se izaron 34 salmones, según recoge el Instituto Cántabro de Estadística (Icane): 23 en el Pas, 7 en el Asón, 2 en el Deva y 2 en el Nansa. Fue la tercera cifra más baja de las últimas dos décadas. Lejos quedan los años en los que había más salmones que piedras en los ríos. Sin ir más lejos, en 1959 se pescaron 2.169 ejemplares: 1.541 ejemplares en el Asón, 136 en el Pas, 129 en el Nansa, 361 en el Deva y 2 en el Miera.

También han descendido los permisos de pesca de salmón. En 2003, la Consejería contabilizó 4.497. El año pasado, 1.962.

El salmón atlántico se encuentra en estado crítico en Cantabria. Esa fue una de las premisas en torno a las que giró el primer congreso temático que se celebró en Puente Viesgo a principio de mes. Participaron expertos, pescadores y representantes de diferentes gobiernos autonómicos. Todos estuvieron de acuerdo en el diagnóstico, pero faltó el consenso entre las partes para determinar qué medidas deben tomarse para lograr la supervivencia de la especie y de la pesca.

En caso de que el domingo salga el 'campanu', se subastará este mismo lunes. El acto se celebrará en el restaurante Oxford de Arce (Piélagos). La subasta está programada a las 18.30 horas al tiempo que se hará un reconocimiento a Manuel Pérez Palacios, guarda del río Pas. Si el domingo nadie pesca el 'campanu', la subasta se realizará el próximo domingo día 7 de abril.

Pero el domingo no sólo se inicia la temporada del salmón, también la de la trucha –y el resto de especies autorizadas menos el cangrejo señal, que comienza el 15 de julio–, el otro gran reclamo para los pescadores autóctonos. Concluirá el 31 de julio y cada ribereño podrá izar cinco truchas por día. «Para la campaña de la trucha hay muy buenas condiciones, aunque los ríos van a estar muy altos y el agua algo fría», explica Óscar Quevedo Iglesias, guía de pesca en 'amoscaguías' y destacado deportista con títulos internacionales. «Para nosotros será mejor cuando haya menos caudal y el agua temple un poco más. Con el agua fría, las truchas pican menos. Les baja el metabolismo y tienen menos hambre», añade. El único pero que pone es que «el año pasado se abrieron todos los ríos a la vez y este sólo lo harán algunas zonas del Saja, Pisueña, Besaya y Miera». El resto lo harán el 15 de mayo. «A ver si hay suerte y repetimos lo de 2023, que fue increíble. En los 16 años que llevo guiando a gente de todo el mundo que viene aquí a pescar truchas, ha sido el mejor sin duda», concluye.