El 95% de los robos en casas cometidos en Cantabria queda sin resolver

Muchas de las bandas organizadas están conformadas por delincuentes de nacionalidad extranjera pero con residencia en España. Las nacionalidades son dispares:europeos, sudamericanos, africanos y también españoles. Están muy bien coordinados y saben lo que hacen. Acuden a entornos residenciales de nivel adquisitivo medio o alto. En la región están a la orden del día los asaltos a chalets y segundas residencias.

Siempre buscan lo mismo, joyas y dinero. «Es muy fácil de colocar», comentan fuentes policiales. «Las joyas las vendes bien fuera de España y si no, puedes fundir el oro. Así que como para seguirle la pista». Y el dinero no tiene nombre.

En Santander se mira también la vía de escape. Por eso la zona de Valdenoja y la S-20, convertida en los últimos años en zona residencial de nivel medio-alto, es una opción segura para ellos. «Porque cogen el coche y escapan por la autovía. Cuando un vecino quiere dar la voz de alarma y nos plantamos allí por si acaso, ellos ya están por Torrelavega», cuentan en la Policía Nacional.

La Benemérita encuentra el mismo problema en el ámbito rural. «Son rápidos. Entran y en menos de cinco minutos son capaces de peinar un chalé entero y largarse sin dejar rastro», confirman agentes de la Guardia Civil. Por eso, insisten, es tan necesario incrementar la vigilancia. «Sólo si estamos en la calle y damos vueltas por los barrios donde suelen suceder los robos, podemos tener más suerte para cazar a alguien con las manos en la masa», aseguran agentes que han perseguido a estos ladrones en más de una ocasión. Pero siempre enfrentan el mismo escollo, la falta de medios. «Necesitamos más gente, más recursos. Eso es así». La petición es idéntica a la que realizan desde la Comisaría de la Policía Nacional en La Albericia, en Santander.

Por eso la Delegación de Gobierno ha puesto en marcha dos planes para engordar los efectivos de ambos cuerpos de cara a este verano. Uno, que arrancó el pasado 1 de junio, para «engrosar en 500 efectivos de Guardia Civil el servicio en cinco de los municipios más conflictivos en esta época estival:Suances, Castro Urdiales, Laredo, Noja y Santoña», aclaró hace unas semanas Ainoa Quiñones, delegada del Gobierno. Ydos, la Operación Verano 2022, por la que el Ministerio del Interior establece un dispositivo de refuerzo de 70 agentes en Cantabria: 34 policías nacionales y 36 guardias civiles. Muchos de ellos focalizarán sus esfuerzos en atajar la proliferación incontrolada de robos en viviendas, «porque hay que destacar que están haciendo grandes esfuerzos por esclarecer estos casos que generan esa imagen de inseguridad y dan sus frutos, porque de forma periódica se comunican detenciones relacionadas con ello». La Benemérita detuvo el pasado enero al presunto autor de seis robos en chalés y garajes de Maliaño; en febrero, al supuesto responsable de asaltar viviendas en Santa María de Cayón, La Abadilla y Villacarriedo; y en marzo, a otro sospechoso de actuar en viviendas de Argoños y Seña. «Los últimos detenidos fueron los integrantes de una pareja –un hombre y una mujer en avanzado estado de gestación–, lo que deja claro la diversidad del perfil de los presuntos autores de estos delitos contra el patrimonio», informan desde la Jefatura de la Guardia Civil en Campogiro.

No es nada fácil identificarlos. Son camaleónicas, porque en mayor medida son mujeres, al menos las que dan la cara. «Son bandas muy machistas porque son ellas las que tienen la labor más peligrosa mientras ellos aguardan en el coche a que terminen el 'trabajo' para subirlas y huir». Ellas visten ropa cara, caminan con elegancia y están muy arregladas, «por nada del mundo dirías que van a limpiarte cajones y armarios». Tienen mucha sangre fría. Fuerzan el bombín de la puerta, o una ventana, y entran en la vivienda, hacen su trabajo y salen con todo el botín en el bolso, sin levantar sospechas.

En los municipios más turísticos de la región las cifras se están disparando. Hasta 23 denuncias por esta causa hubo en Castro Urdiales en el primer trimestre del año y la tendencia está creciendo en lugares como Laredo, Noja, etc. «Aprovechan cualquier despiste, o la salida de la familia para ir a buscar a los niños al colegio, para entrar en la casa. Actúan verdaderamente rápido», desvela un agente de la Benemérita. Ysi se les facilitan las cosas, es todavía más sencillo. «Hay gente que no cierra la puerta con llave y deja sólo el resbalón; o las ventanas abiertas. Hay que empezar a cambiar el chip», aconsejan los agentes. E insisten una vez más:«Si usted sospecha de cualquiera, llámenos de inmediato». Puede ser la oportunidad de «pillarlos in fraganti».

En el barrio Isla del Oleo, en Nueva Montaña, los vecinos están «hartos» de los robos en sus viviendas. Han entrado en los últimos dos meses en siete de los 71 chalés de la zona y también han robado a dos vecinas en la calle a plena luz del día. En los alrededores de la S-20 hay robos todos los meses y en El Sardinero sucede lo mismo. Santander y el arco de la bahía, que reúnen a cerca de la mitad de la población de Cantabria, sufren muchos de los asaltos que se registran en la región. Hasta 77 se contaron en el primer trimestre de este año.

Desde la Jefatura de la Policía Nacional en La Albericia hace meses que se viene incrementando la vigilancia en estas zonas. «Se está estudiando el modo en que operan, los días de la semana, las franjas horarias y el perfil de los autores», cuentan fuentes oficiales del Cuerpo. Con este cometido trabajan diferentes divisiones como las patrullas de Seguridad Ciudadana, la Policía Judicial y la Policía Científica;pero el objetivo es tan escurridizo que los resultados son mínimos.

«Un ejemplo sería la detención de dos varones integrantes de una de estas organizaciones criminales itinerantes, el pasado 8 de marzo; y más recientemente, el 2 de junio, la desarticulación de otra organización criminal con base en el País Vasco especializada en esto mismo, que se saldó con la detención de cuatro personas», informan desde la Jefatura. Pero no siempre se tiene éxito.

Antes se registraban las listas de los hoteles y de los hostales y pensiones y era fácil fichar a todo el mundo. Ahora, con los pisos alquilados por particulares, es imposible hacerlo y eso complica las cosas a los agentes.

Las buenas comunicaciones por carretera sirven de vía de escapatoria y las áreas residenciales, donde muchos vecinos ni se conocen, hacen de parapeto para los delincuentes. «Es muy difícil cogerlos si no lo haces cuando están con las manos en la masa. Porque investigaciones hay, pero ellos tienen muy medido cuándo les pisas los talones y huyen a otra comunidad autónoma», explican los agentes.