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Nadie del Gobierno de Cantabria había valorado hasta ahora la polémica comida de cargos públicos de PRC y PP en San Roque en la que se saltaron las normas anticovid. Lo hizo ayer, al fin, el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, que fue contundente ... al censurar el comportamiento de los alcaldes de San Roque, Antonio Fernández (PP), y Villacarriedo, Ángel Sainz (PRC), más dos exalcaldes de Vega de Pas y San Pedro de Romeral, entre otros. «Errores pueden cometer todos pero, evidentemente, en los cargos públicos se exige también que haya también una demostración de que cumplen con las normas los primeros», señaló el consejero.
Los hechos ocurrieron el pasado miércoles en el Bar Setién de San Roque de Riomiera. Una pareja de la Guardia Civil irrumpió a media tarde en el local y alertaron al dueño de que no se podía comer ni consumir en el interior, como se estaba haciendo y se marcharon. Todo quedó en eso hasta que, al día siguiente, identificaron a varias personas en San Roque, Villacarriedo y Vega de Pas como los participantes en un festín navideño «entre amigos» -según la versión de los implicados- en el interior de ese restaurante. Una comida que contraviene, precisamente, las restricciones contra el covid que solo unos días antes había anunciado el consejero de Sanidad y que tantos dolores de cabeza han provocado al sector hostelero de toda la región.
«Es el local el que debería haber tenido el interior cerrado y, lógicamente, el que incumple las normas está sujeto a la sanción correspondiente», señaló Rodríguez, aunque son ambos, el propietario y los sentados a la mesa, «los que están obligados a cumplir las restricciones y pensar si lo que han hecho es adecuado».
Los dos regidores implicados -a falta de conocer si había más cargos públicos en la mesa donde comieron sopa y una par de pollos de corral de Tezanos- han reconocido los hecho y pedido perdón públicamente a los vecinos, explicando que fue «un error» por su parte, aunque se amparan en que se trataba de «una comida de amigos», que no había nadie más en la sala y que sólo eran seis personas, las máximas que permiten las actuales normas.
El consejero de Sanidad no solo es el único miembro del Gobierno que ha hablado hasta ahora del tema, sino también es el único del PSOE que lo hace. Formaciones como Ciudadanos, IU o Podemos exigieron ya la dimisión de los dos regidores, mientras que las Ejecutivas de los partidos implicados en la polémica comida pasiega (PP y PRC) censuraron con más o menos contundencia la conducta «irresponsable» de ambos mandatarios locales, aunque al contrario de lo que pedían el resto de partidos, no contemplaron en ningún momento adoptar medida a nivel disciplinaria de partido contra ellos, más allá de las sanciones administrativas que les imponga la justicia. Solo faltaba por saber la opinión del PSOE como partido socio de Gobierno, ya que su secretaria de organización, Noelia Cobo, declinó el pasado sábado valorar su alcance cuando éste periódico le preguntó sobre el asunto.
Precisamente, los socialistas fueron muy criticados por la comida que organizaron el pasado diciembre durante la visita del ministro de Sanidad, Salvador Illa, a Santander. En pleno cierre de la hostelería, los miembros socialistas del Gobierno adecuaron la Filmoteca como un restaurante para la ocasión.
Siete personas han sido ya identificadas por la Guardia Civil relacionadas con la comida, según han confirmado fuentes de Delegación de Gobierno a El Diario. Entre ellas, las seis reconocidas por los alcaldes –el número tope para no saltarse el aforo covid– y otra más que sería el dueño del local y que, según las versiones ofrecidas por ellos mismos, se había sentado a la mesa al ser una «comida de amigos», aunque también les sirvió las comandas. Sin embargo, testigos de la comida aseguran que había muchos más comensales, en torno a una docena o más, incluido otro concejal pasiego que no habría sido identificado. De hecho, había al menos una camarera ayudando a servir los platos, según varios vecinos que se encontraban en ese momento en el bar.
El propio alcalde de San Roque admitió que algunos de ellos salieron por la cocina a un pasillo que da a un gallinero o jardín trasero del edificio cuando se percataron de que venía una pareja de la Guardia Civil.
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