Román San Emeterio, nuevo decano del Colegio de Arquitectos de Cantabria

Román San Emeterio Pedraja es el nuevo decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria. Al proceso electoral concurrió una única candidatura encabezada por el nuevo mandatario, por lo que la misma fue proclamada por la Comisión Electoral del COACan el miércoles. El relevo de la anterior Junta y la toma de posesión de la nueva se realizó, tal y como prevén los estatutos colegiales, durante la tarde de ayer. San Emeterio, que sucede en el cargo a Moisés Castro, presidente de la entidad desde 2018 y reelegido en 2021, ejercía hasta ahora como vicedecano del Colegio y responsable de su área de cultura y patrimonio.

El COACan estará dirigido por una Junta de Gobierno configurada por nueve integrantes tras ser elegida para un mandato de tres años. En la jornada de ayer, constituido el Colegio Oficial en Asamblea General Ordinaria, culminó el proceso electoral de renovación.

La Junta de Gobierno electa se presentó bajo el lema '9para3', proponiendo una lista de nueve profesionales de la arquitectura «comprometidos con el devenir de la profesión y del Colegio». Como señas de identidad, los integrantes se postularon de la siguiente manera: «Nueve para tres. Nueve profesionales de la arquitectura: cinco mujeres, cuatro hombres y un objetivo para los tres próximos años: consolidar los cambios positivos llevados a cabo en los últimos tiempos, completar algunos de los iniciados e incorporar nuevos objetivos de trabajo colegial al servicio de nuestra profesión y de quienes la ejercemos».

Tras la evolución natural de la Junta de Gobierno saliente, se gesta ahora un equipo «profundamente renovado compuesto por cuatro colegiados que formaron parte el equipo de gobierno anterior y que aportarán su experiencia profesional e institucional acumulada y cinco colegiados que se incorporan por primera vez al órgano de dirección colegial y que aportarán su experiencia profesional y su motivación y frescura», explicaron.

La Junta que encabeza Román San Emeterio está integrada por Asís Cabrero Rodríguez (secretario), Beatriz Domingo Domínguez (tesorera), y como vocales electos por orden de antigüedad: Noelia Martínez Rodríguez, Cruz Rivas Fachal, Carlos Alberto Gómez Santos, Jorge Villamor Cantera, Paula Santillana Astuy y Lucía Arrarte Fernández. En la nómina hay profesionales liberales y servidores públicos, especialistas en edificación, en patrimonio, en urbanismo, en interiorismo, en renovación funcional y energética, entre otras labores y funciones, lo que «configura un equipo que es espejo y reflejo del amplio abanico profesional de la arquitectura», a juicio del nuevo decano.

En su declaración de principios, la nueva Junta prioriza vincular su actividad y su imagen profesional a la contemporaneidad y la vanguardia «al servicio del bienestar físico y mental de las personas, a la calidad [arquitectónica] y a la solvencia». Un reto fundamentado en el convencimiento de que «cuando se percibe nuestra utilidad social como colectivo, la capacidad de proyección individual de los arquitectos y arquitectas prospera exponencialmente».

En el punto de mira, siguiendo el lema de la candidatura, la nueva Junta cifra en nueve los objetivos para el trienio: «Desarrollar una nueva estrategia de integración de nuevos colegiados a la vida colegial, «incluso de estudiantes de arquitectura en una modalidad sobre la que estamos trabajando»; divulgar nuestro ámbito de actuación y dar a conocer el amplísimo abanico de capacidades profesionales e incidir en las relaciones institucionales; abordar un Plan de Igualdad y abrir una necesaria reflexión; fortalecer aún más las posiciones económicas del Colegio desarrolladas en los últimos años; mejorar la comunicación externa; afrontar los retos de nueva revolución tecnológica; impulsar en estos próximos años un 'laboratorio de pensamiento arquitectónico'; e incidir en las cuestiones culturales relacionadas con el Patrimonio edificado, incluyendo también la difusión de las arquitecturas más recientes. Y, finalmente, entre otros destacadas actuaciones: perseverar en «convencer de la necesidad y conveniencia de organizar concursos públicos de arquitectura, como una manera razonable y ventajosa de conseguir la mejor calidad arquitectónica posible», y la «revisión de los convenios existentes con otras instituciones para valorar su vigencia, impulsar los que proceda y clausurar los inoperantes».

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