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El romance de las españas

Todo el mundo empieza a apuntarse a lo de nacionalidad histórica, derechos forales e inmortalidades étnicas

Sábado, 14 de julio 2018, 07:58

Se atribuye a Mark Twain la ocurrente frase de que «la historia no se repite, pero rima». Es el modo de admitir que se repite en algún aspecto, pues la rima consiste precisamente en la reiteración de la secuencia final de sonidos en dos o ... más versos. La historia de España también rima en sus momentos dispersivos. Las zonas de querencia carlista durante el siglo XIX tenían los fueros como reivindicación ante el estado liberal, y en la primera experiencia republicana la cosa evolucionó en pocas semanas desde una idea federal a un abierto cantonalismo. Durante el segundo intento de república, que ya en su natividad tuvo que lidiar con la república catalana proclamada por Francesc Macià en abril de 1931, se aprobaron algunos estatutos y se inició una corriente de borradores que prometía la generalización autonómica. El resultado de la guerra civil frenó aquella dinámica, que después de 1977 volvió a ponerse en marcha, y cuyo resultado es nuestro actual estado de las autonomías, cuarto intento de gestión de la diversidad.

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