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GONZALO SELLERS
Santander.
Miércoles, 7 de diciembre 2022, 01:00
La coalición entre Podemos e Izquierda Unida en Cantabria vuelve a estar otras elecciones en un callejón sin salida. La ruptura de las negociaciones para pelear juntos en el Ayuntamiento de Santander ha dinamitado las conversaciones a nivel autonómico, hasta el punto de que ... la izquierda cántabra tiene muy complicado, ahora mismo, acudir a las urnas con una confluencia con opciones reales de regresar al Parlamento. Sus propios líderes -Israel Ruiz (IU) y Mercedes González (Podemos)- reconocen que las diferencias a la hora de elegir a los candidatos en un puñado de municipios, aunque no son insalvables, sí pueden dar al traste con el pacto. Curiosamente, los problemas no radican en la lista al Parlamento. Podemos ha pedido encabezarla y en Izquierda Unida lo consideran lógico. La formación morada acumula dos legislaturas consecutivas con más votos que IU y, además, lograron hasta tres diputados en 2015, en plena marea morada nacional tras el 15-M. Es cierto que en 2019 cayeron de 28.000 a 10.000 papeletas, pero no hay ninguna discusión sobre esta candidatura y el representante de IU acepta ir de número dos, ya que el segundo diputado está garantizado por ley en caso de lograr el mínimo del 5% de los votos.
La discusión, por tanto, se centra en cinco de los principales ayuntamientos de la región. Los dos partidos no se ponen de acuerdo en quién debe encabezar las listas en Santander, Castro Urdiales, Camargo, Piélagos y Santa Cruz de Bezana.Mientras que Izquierda Unida pide independencia para las agrupaciones locales, y que sean ellas las que elijan a los candidatos con el mismo criterio que la lista al Parlamento -los resultados de 2019-, Podemos quiere introducir ciertos matices. Primero, porque en algunos casos la diferencia de votos entre ambos es «mínima». Segundo, porque en otros casos se acudió en confluencia y no es posible atribuir los votos a un solo partido. Y tercero, por los malos resultados que han desembocado en pérdida de concejales de IU, como en Camargo, Laredo y Piélagos. «Queremos un pacto global en los municipios y autonómico, no por separado. No queremos muchas marcas distintas ni confundir a la gente con una papeleta distinta en cada sitio. En la mesa electoral hay que ponerlo fácil para elegir. Tenemos la mala experiencia de Andalucía y la nuestra propia de 2019. », explica Mercedes González.
Y es que aún escuecen en la izquierda cántabra los resultados de los últimos comicios y la oportunidad perdida de estar otra legislatura en el Parlamento. Podemos llegó a los comicios arrasado por los conflictos internos, tanto en Cantabria como en Madrid. Hasta el punto de que Izquierda Unida, recelosa de esas disputas, impuso unas condiciones demasiado severas para Podemos para ir en coalición. El partido de Pablo Iglesias logró 10.000 votos e IU otros 6.000. Juntos sumaron las mismas papeletas con las que Vox logró dos diputados. Por separado se quedaron fuera.
Por tanto, Israel Ruiz coincide en que «lo ideal» sería ese acuerdo global, pero «no podemos hipotecar el 90% de la confluencia por falta de entendimiento en uno o dos municipios». Para él, por ejemplo, no sería obstáculo ir por separado en Santander y juntos en la candidatura al Parlamento. Pero en Podemos lo consideran inviable. «La situación en la capital lo complica todo. Si la sacamos del pacto, se queda muy cojo», reconoce González, que el próximo día 15 será ratificada como nueva coordinadora autonómica de Podemos. Y no parece sencillo reconducir las posturas en la capital después de una legislatura en la que Podemos se ha sentido ninguneado a pesar de conseguir un concejal en coalición con IU y Equo.
Como explicó Keruin Martínez, líder de IU en la capital, su formación apuesta por celebrar unas primarias abiertas para elegir al candidato electoral de la coalición. El mismo método que se usó hace cuatro años y por el que salió elegido Miguel Saro. El problema es que, al conseguir solo un concejal en el Ayuntamiento, Podemos se quedó sin representación propia y «apartado de las decisiones y del trabajo en la oposición», denunció Gema Pérez, candidata de Podemos en Santander. Su partido propone una bicefalia en caso de lograr un solo concejal -dos años para un partido, dos para otro- que no convence a su socio.
Así que aunque el horizonte de la coalición parece oscuro, ambas formaciones mantienen la puerta abierta de las negociaciones. De hecho, está previsto que vuelvan a sentarse antes de las Navidades, fecha en la que IU quería tener cerrado el pacto. Algo que para Podemos es, ahora mismo, «muy complicado», a pesar de que sí existen acuerdos en algunos municipios, como Torrelavega, donde los comités locales han llegado a un acuerdo para que lidere la representante de Izquierda Unida. «Lo hemos parado todo porque no queremos acuerdos puntuales sino globales», insiste González. En Izquierda Unida no gustan lo que ellos consideran injerencias en las decisiones locales. «Mientras que los círculos de Podemos no tienen soberanía local para decidir, tal y como hemos podido comprobar -necesitan el visto bueno autonómico y federal-, nuestras asambleas sí la tienen por estatutos. Y no pueden imponernos otro funcionamiento de partido», se queja Ruiz.
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