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Cuando Ryanair aterrizó en Parayas
20 aniversario

Cuando Ryanair aterrizó en Parayas

Un vuelo desde Londres en septiembre de 2004 fue el primero de la aerolínea en Cantabria y abrió un vínculo que se traduce hoy en once millones de pasajeros

Álvaro Machín

Santander

Domingo, 22 de septiembre 2024, 07:31

Más de uno cree que el primer día, el del estreno, fue el del 'show' de Michael O'Leary. Esa jornada que quedó grabada en la historia del aeropuerto con cientos de fotos, pero especialmente con una. La del irlandés sacando medio cuerpo por la ventanilla de la cabina de un avión con la bandera de Cantabria. Pero no. El jefazo de Ryanair vino un 2 de septiembre. Estuvo cincuenta minutos en Parayas para promocionar los viajes que estaban a punto de empezar. En concreto, el día 20. En 2004, hace ahora justo veinte años. En total, 161 viajeros que venían de Londres se quedaron alucinados porque les recibieron con coros y danzas. Ellos sí fueron los primeros. Por la tarde, llegó el vuelo de Roma. Y días después, ya a finales de octubre, aterrizó un avión que venía de Fráncfort. Las tres primeras rutas. Desde entonces, el número de viajeros por la terminal del aeropuerto con un billete de Ryanair en la mano pasa de los once millones. Las cifras son importantes. Mucho. Pero el impacto –con coste para las arcas públicas, sí– va más allá. Ryanair (no lo discute nadie) cambió la dimensión y el significado del aeropuerto. Lo transformó por completo. Parayas (luego Seve Ballesteros) dio un salto y empezó a volar en serio. Y algo más. Una consecuencia intangible. El ir y venir de los aviones de la aerolínea ha multiplicado en dos décadas la cifra de cántabros que ha viajado por el mundo, que ha cruzado una frontera. Eso, más allá de turismo y de economía, vale mucho.

Primeros pasajeros en septiembre de 2004. Desde Londres. Andrés Fernández

Felipe Rivas, que fue director del aeropuerto entre 1997 y 2005, contaba en un reportaje para este periódico que, antes del vuelo inaugural, hubo semanas de un intenso «trabajo de trastienda». Los técnicos de Ryanair peinaron las instalaciones para repasar «servicios de la torre de control, procedimientos operativos de seguridad...». Un examen. Su sucesor en el cargo, Juan Mazarrasa (dirigió Parayas hasta 2010), daba otra clave. Él fue asesor en el Consejo de Dirección de Aena y sabe la importancia que tuvo tener terminada unos años antes la autovía Santander-Bilbao. Y en la parte política, Javier López Marcano (PRC) incluía la decisión de traer a la aerolínea «entre los principales motivos de satisfacción» de su trayectoria. «Supuso la socialización de los vuelos».

La presencia de Ryanair fue un torbellino. En su primer año completo (2005), el número de pasajeros en la terminal cántabra se disparó un 88%. Ellos solos rozaron el millón de viajeros en 2012. Tiene explicación. Ryanair operaba entonces la ruta a Madrid, que iba como un tiro –en Peña Herbosa suspiran porque se animen a retomarlo y hagan la competencia a Iberia, pero está costando–. Llegaron a tener tres vuelos diarios a la capital.

Fueron los primeros en conectar Cantabria con otros países de Europa y también, gracias a Marrakech, con otro continente (África). En total, han volado desde aquí a treinta destinos. Algunos permanecen. Otros ya no. Los de Alemania (Fráncfort, Dusseldorf o Berlín), el de Liverpool, el de Budapest o los de Canarias... Más de uno no recordará que hubo conexión directa con Pisa o con Reus, por ejemplo.

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La contrapartida está en los contratos de promoción que firma el Gobierno regional. Los acuerdos (con todas las compañías que operan en el aeropuerto, no sólo con Ryanair) ahora son públicos, pero en su día eran privados. Secretos. De hecho, la publicación en exclusiva en este periódico de las cantidades en 2015 generó revuelo (ahora ya muy mitigado). Eran, por entonces, 3,2 millones anuales.

Portadas del 3 y 21 de septiembre de 2004. DM

La oferta actual

«Tenemos once rutas y 24 frecuencias programadas para la temporada de invierno. Estamos orgullosos de seguir siendo la opción numero uno de los cántabros», asegura a El Diario Elena Cabrera, portavoz de la compañía en España y Portugal (su cargo es el de 'country manager'). La oferta ha decrecido con respecto al invierno pasado –también lo hizo en verano–. Se han caído Birmingham, Manchester y Venecia/Treviso y tampoco vuelan ya a Sevilla (aunque esta conexión se canceló hace meses). Además, se han reducido las operaciones a Bruselas o Londres.

Cabrera explica las razones. «El incremento de tasas aeroportuarias es el gran obstáculo para que Ryanair continúe creciendo en España, mas de un 4% en el 2024 y la intención de subir 0,5% més en 2025. ¿Y quiénes son los más impactados? Los aeropuertos regionales. Su crecimiento se ha visto significativamente limitado. Mientras que en otros países europeos se bajan tasas, en España se suben. Suecia abolió recientemente las tasas de sus aeropuertos y toda Europa va en esa dirección: Italia, Grecia...». O sea, que les pasa aquí y en otras terminales del país.

Con todo, la compañía sigue llenando el mapa de destinos del Seve. «Su llegada suponela ruptura del aislamiento de Cantabria», dijeron los políticos cuando despegó el primer avión. Hace ahora veinte años –se había planteado organizar algo con motivo del aniversario, pero, en principio, la cosa se ha enfriado–. Dos décadas en las que miles de cántabros han dicho alguna vez eso de 'tengo unos días, mira a ver qué vuelos tiene Ryanair'.

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