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Personas protegidas con mascarillas, ayer en pleno centro de Santander. Celedonio Martínez
«Hay una salida para llegar a la inmunidad de rebaño antes de la oleada del invierno»

«Hay una salida para llegar a la inmunidad de rebaño antes de la oleada del invierno»

Un grupo de veterinarios impulsa el ensayo masivo de vacunas experimentales, con ellos como voluntarios en la fase inicial, y recurre al Gobierno de Cantabria para que lo abandere en Madrid

Ana Rosa García

Santander

Viernes, 22 de mayo 2020, 07:09

¿Es posible alcanzar la inmunidad de rebaño en la población para evitar la propagación del coronavirus antes de que llegue la temida oleada del invierno? Sin vacuna y con una protección inmunológica en menos del 5% de los habitantes del país, resulta utópico. Pero ese es el objetivo que persigue un ambicioso proyecto (Hi Cov Project) ideado por un grupo de veterinarios de España con experiencia en control de epidemias originadas en animales, y apoyado por otros expertos de la salud y de la economía, que se presenta «como la posible solución a la pandemia», un plan nacional que «busca la unión de la sociedad» y que ha recurrido al presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, para que lo defienda en Madrid.

Aunque antes de decidirse a abanderar la iniciativa, quiere contar con la valoración técnica de la Consejería de Sanidad, que está estudiando la documentación de este proyecto, planteado como «una vía más a sumar a la medida del distanciamiento necesario, que se anticipa a la llegada de la vacuna para reducir los plazos de una forma progresiva y activa. Estableciendo metas». «Es posible llegar a esa inmunidad de rebaño antes de la oleada del invierno», sostienen sus promotores.

En síntesis, los veterinarios, que ya tienen preparado un cuerpo de cien voluntarios, se ofrecen a ser los conejillos de indias de las primeras vacunas experimentales. «En España destaca la investigación de Mariano Esteban, en el CSIC, que está en fase de ensayo en animales, un paso por detrás de la de Moderna Therapeutics, en Estados Unidos. Quedan semanas para que esa primera vacuna nacional esté lista, lo cual no impide que participen vacunas extranjeras, siempre que garanticen la seguridad de los voluntarios y que se pueden producir en cantidad», explica el veterinario portavoz, Alfonso Raffin, que recuerda que las negociaciones y acuerdos dependerían del Gobierno central y sus expertos.

Presidencia ha enviado toda la documentación a Sanidad para que valore con criterios técnicos la viabilidad de la propuesta

Pero este sería sólo el primer paso de este ensayo masivo, «metódico y organizado por fases», con un coste estimado de 2.000 millones de euros, que «podría ponerse en marcha en junio si hay voluntad política». Durante 24 días estarían monitorizados las 24 horas para comprobar los efectos de la vacuna. Transcurrido ese tiempo, entrarían al ensayo 1.000 sanitarios, que repetirían la experiencia 21 días. Para alojarlos, proponen habilitar el hospital de campaña de Ifema, donde estarían controlados por un equipo de cardiólogos, inmunólogos, virólogos, neumólogos, hematólogos, intensivistas, etc.

El siguiente salto abarcaría a 10.000 personas también del entorno sanitario (incluidos biólogos, psicólogos, farmacéuticos...) y de ahí se ampliaría el ensayo a 100.000 profesionales de otros ámbitos; para después llegar al millón de personas, controlados en hoteles medicalizados o incluso en sus casas, y completar el proceso con el último lote, donde ya hablan de entre 10 y 20 millones de habitantes vacunados, la ansiada inmunidad de rebaño.

Con ello, defiende Raffin, «se detendría la propagación del virus, consiguiendo el fin del distanciamiento y sus daños colaterales, retomando la actividad económica, salvando así muchas vidas y evitando el riesgo de una crisis social y económica sin precedentes». Para disponer de dosis suficientes expone que bastaría con movilizar a los seis grandes laboratorios veterinarios de España. Hi Cov Project se ha presentado ya al Ministerio de Ciencia e Innovación y a los Gobiernos regionales, a través de las Direcciones Generales de Salud Pública. «Es necesario que se entienda el proyecto», insiste, para que «sea valorado, discutido, consensuado por todos los poderes en tiempo récord». «Sabemos que hasta que se comercialice la vacuna se perderán muchas vidas, con y por causa del coronavirus», señala el portavoz. Asegura que este proyecto «puede acelerar las fases del ensayo». Si sale bien, «el ahorro de vidas es incalculable».

¿Y los riesgos para los voluntarios? «Aparte de una reacción anafiláctica, el mayor es que provoque los mismos síntomas que el virus en pacientes donde se genera la tormenta de citoquinas», que ocurre cuando el sistema inmunológico se vuelve loco y acaba volviéndose agresivo contra el propio organismo. «Para ello deben monitorizarse los marcadores que la anticipan o emplear medicamentos que la anulan».

¿Por qué se recurre a Cantabria para que impulse el proyecto»

«Por ser una región muy ganadera, sector muy afectado por esta crisis, que elimina el tejido productivo y la posibilidad de empleo. Son los muertos secundarios del coronavirus», expone Anfonso Raffin. Es una de las razones por las que se ha recurrido a Cantabria para que ayude a impulsar Hi Cov Project. Pero hay más. «Cantabria entiende a los veterinarios. Y los veterinarios a los ganaderos», «está gobernada por un partido local, fuera de la lucha política por el poder central, donde hoy hay mucha acusación mutua», y «su presidente es una persona que conecta bien con los medios y que ha demostrado no tener ataduras, por lo que sentimos que es el interlocutor ideal para convencer a Gobierno y oposición. El nuestro es un proyecto de cohesión y movilización nacional», concluye.

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