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Los cántabros actuaron con responsabilidad en el primer fin de semana de relajación de las medidas de confinamientos en el que por fin se permitían, con diversas limitaciones, los paseos y la práctica de deporte. Pese a las imágenes de calles concurridas, especialmente en ... zonas céntricas de Santander, el diagnóstico es de «total normalidad». Son las palabras que utilizan para definir lo ocurrido este sábado y domingo en la comunidad autónoma las fuerzas de seguridad del Estado y la Delegación del Gobierno, que no detectaron incidencias destacables como consecuencia de la ansiada y masiva salida de personas que querían volver a disfrutar del espacio público.
En total, se produjo un detenido y se levantaron 287 propuestas de sanción, aunque la mayoría de estas multas no fueron por el comportamiento de paseantes y deportistas, sino por el incumplimiento de otras normas que se recogen dentro del decreto del estado de alarma. Son datos en la línea de jornadas anteriores, incluso algo menores. Como también ocurrió cuando se permitieron por primera vez las salidas de menores de 14 años acompañados por un adulto, en estas primeras horas de vigencia de la medida la labor de los agentes ha sido, sobre todo, informativa y didáctica, ya que entienden que muchas de las infracciones no son intencionadas. De hecho, el número de identificaciones -sin sanción- por estos supuestos es mucho más alto que el de las multas. Desde que está en vigor el estado de alarma se han producido en Cantabria 10.280 propuestas de sanción y han practicado 189 detenciones por incumplimientos graves.
Guardia Civil y Policía Nacional insisten a la ciudadanía en que, mientras den paseos y hagan deporte, mantengan la distancia de seguridad recomendada y eviten aglomeraciones como las que reconocen que sí se vivieron el sábado y el domingo en zonas de la capital como Gamazo, Castelar o Reina Victoria. También observaron deportistas que no cumplían con la exigencia de correr o ir en bici sin compañía -el decreto especifica que la práctica debe ser individual- o que no aumentaban el espacio de separación con los paseantes hasta los dos metros, el que se exige para evitar que la mayor exhalación como consecuencia de la actividad física pueda derivar en contagios.
Esa realidad no es incompatible con la que observan desde la Policía Local de Santander, que en los últimos días han detectado un preocupante aumento de las infracciones comunes, algo que interpretan como una «excesiva relajación» por parte de los ciudadanos. La prueba es que desde el viernes al domingo, las tres jornadas que duró el puente, los agentes realizaron una cifra de intervenciones muy similar a la de un fin de semana normal.
No sólo lo dicen por el número de multas, también por la naturaleza de los hechos: ruidos en viviendas por fiestas (se pusieron 10 sanciones), consumo de alcohol en la vía pública (dos), tenencia de drogas y armas (una) o seis delitos contra la seguridad vial (cinco acabaron incluso en detención) por conductores que dieron positivo en alcohol o sustancias estupefacientes. Además, hubo doce incumplimientos de la ordenanza de perros, diez de ellas con «razas peligrosas» que no iban correctamente controladas.
Especialmente el viernes y el sábado, los agentes municipales tuvieron que desplazarse por un número anormalmente alto de llamadas a causa de fiestas en viviendas. La que se alargó durante más tiempo fue la que tuvo lugar en la calle Zancajo Osorio, que los policías disolvieron a las 06.00 horas «por causar molestias de música en tono elevado perturbando el descanso del vecindario». En el caso de los detenidos por delitos de circulación, tres triplicaron la tasa máxima de alcohol y otro más la duplicó.
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