¿Y cómo están de salud los médicos?

Para responder a esta pregunta, y consciente de que «el exceso de la demanda ha podido generar un deterioro en la motivación y el ánimo de los profesionales», ha encargado al servicio de Prevención de Riesgos Laborales -que ha sondeado ya algún equipo completo- la realización de una encuesta para medir las consecuencias de esta crisis sanitaria y, en función de sus conclusiones, proponer medidas encaminadas a contrarrestar esos efectos negativos. Se utilizará para ello un cuestionario validado internacionalmente (formato autoencuesta), que permitirá comparar los resultados con otros ámbitos en los que se haya aplicado.

Y la idea es extenderlo a todos los profesionales de los equipos de Atención Primaria, porque aunque son médicos y pediatras los que más han sufrido la sobrecarga de consultas, a nadie se le escapa la presión que ha soportado y que aún soporta cada día el personal de admisión, la toma de contacto inicial de los usuarios con sus centros y primer parachoque de las críticas por la demora o el cúmulo de llamadas fallidas para citarse, y el personal de enfermería, sobre quien recayó el peso de la vacunación contra el covid, una campaña masiva sin precedentes.

Hace más de un mes que el presidente del Sindicato Médico, José Antonio Campos, remitió un escrito a la gerente de Atención Primaria, Teresa Ugarte, reclamando «una protección eficaz en materia de seguridad y salud». En él, recordaba que la pandemia había supuesto, «además de un grave riesgo biológico en los puestos de trabajo de los médicos de Atención Primaria», el incremento mantenido de la demanda asistencial y del tiempo necesario para atenderla. Todo ello, exponía Campos, «unido a un incesante incremento de la llegada de nuevos protocolos, instrucciones, órdenes... ha ocasionado un aumento exponencial del tiempo necesario dedicado a la gestión de los diferentes procesos». Y, en paralelo, «las situaciones de conflicto cada vez son más frecuentes por la insatisfacción de los usuarios ante la falta de tiempo para asistirles adecuadamente, la saturación de las líneas telefónicas y el incremento de las listas de espera».

El presidente del sindicato apuntaba que no tenía constancia de que «se hubiera realizado la preceptiva actualización de la evaluación de riesgos de los puestos de trabajo, incluyendo los psicosociales (estrés laboral, ansiedad, burnout)», así como de los daños derivados de esa situación de sobrecarga, en la que también han crecido de forma notable las agresiones a sanitarios. Razones por las cuales reclamaba a la gerente que se garantice la vigilancia del estado de salud de los trabajadores, «con la realización periódica de las pruebas necesarias para detectar a la mayor brevedad no sólo un posible contagio que permita el aislamiento y tratamiento precoz, evitando que actúe como vector transmisor, sino también las posibles consecuencias sobre la salud por las sobrecargas mantenidas que están soportando».

Al hilo de esto, recordaba el acuerdo «incumplido» que se firmó en mesa sectorial en 2019, cuando se pactaron agendas máximas de 28 pacientes al día por profesional, incluidas urgencias y domicilios. Y exigía que se hiciera efectiva «de forma inmediata» esa limitación. De esta sobrecarga y del progresivo deterioro que sufre la red de centros de salud, por el insuficiente número de profesionales, la precariedad laboral y desigualdades territoriales, hablaron también esta semana las organizaciones CC OO y UGT, las sociedades científicas de Medicina de Familia y de Enfermería comunitaria y el resto de organizaciones adheridas a la plataforma 'Salvemos la Atención Primaria', convocantes de la manifestación prevista este domingo (12.00 horas) entre la Plaza de Numancia y los jardines del Paseo Pereda.