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A. MACHÍN / M. SÁIZ-PARDO
Jueves, 8 de julio 2021, 07:06
Pedro Sánchez lo adelantó desde Estonia y, tras la reunión del Consejo Interterritorial, lo confirmó la ministra Carolina Darias. Que se iban a poner nuevamente a disposición de las comunidades autónomas rastreadores de las Fuerzas Armadas formados para esta tarea, como ya se hizo ... en otras ocasiones. De hecho, según confirmaron a El Diario desde Salud Pública, en Cantabria aún trabajan veinte efectivos de los que llegaron en su momento. Ante el ofrecimiento de Defensa y el aumento actual de la tarea para rastrear los contactos de los jóvenes (el número de contactos estrechos por caso ha aumentado, lo que dificulta el seguimiento), la región solicitará otros veinte rastreadores militares.
La ministra dijo que «varias comunidades» ya habían solicitado esos operarios. Luego, no incluyó a Cantabria cuando le pidieron que concretara cuáles, pero desde Salud Pública confirmaron que la petición está hecha. Y que serán, en concreto, veinte.
«Si antes una llamada nos llevaba media hora, ahora tenemos que hacer hasta tres y cuatro llamadas para conseguir más información. Nos lleva más tiempo, el rastreo es mucho más difícil», comentaba esta misma semana la responsable de la Unidad de Vigilancia e Intervención (UVEI) de Liencres, Silvia Ventisca. Porque el número de contactos por positivo detectado es más alto (más vida social) y porque la colaboración a veces se resiente ante la falta de síntomas del afectado o la falsa percepción de que ya no hay peligro.
«Rastreo y detección precoz», insistió ayer la ministra Darias. En eso (junto a la vacunación) centró su mensaje en la idea de «cortar» la actual escalada de contagios. Esa fue su respuesta a las propuestas de las autonomías. El Gobierno de Castilla y León fue el que en el cónclave lideró las presiones para que el Ejecutivo central aprobara un nuevo decreto de alarma que dé cobertura a las comunidades para ordenar toques de queda llegado el momento. Pero no. Y también se opuso en redondo a la otra petición de ese gobierno regional, la de recuperar el uso de la mascarilla en exteriores que dejó de ser obligatoria hace menos de dos semanas. Una marcha atrás que no ven con malos ojos otros ejecutivos como el catalán o el vasco, que han animado en las últimas horas a sus ciudadanos a seguir con la protección en los espacios públicos. Cantabria, en estos asuntos, no se ha pronunciado.
Darias insistió en todo momento en que el Gobierno «no se precipitó» cuando aprobó el fin de las mascarillas. «Sólo se puede dejar de usar en espacios muy concretos: al aire libre con distancia de 1,5 metros, cuando el riesgo de propagación es mínimo o inexistente», apostilló, al tiempo que defendió que fue una medida «tremendamente prudente». La ministra no se salió del guion que ya marcó Pedro Sánchez desde Tallín cuando aseguró que «no es necesario aprobar nada más que lo que está acordado por el Ministerio de Sanidad con las comunidades». «Hay un amplio elenco de medidas» a disposición de las autonomías, reiteró, mientras daba a entender que la mayoría de las comunidades se encuentra satisfecha con el actual marco normativo y no quieren nuevas herramientas.
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