Salvamento Marítimo tarda cuatro horas en evacuar a un pescador santanderino herido

En el caso del Brisas Dos, este pasado jueves, la pesadilla comenzó con un crujido de metales. «Algo falló con una de las grúas porque se rompió y le cayó encima», relata Corona. «Le golpeó muy fuerte en la zona del tórax y luego vino la espera interminable». La impotencia de la tripulación en ese tiempo fue máxima. No podían mover el barco para navegar de vuelta a tierra porque estaba inmóvil con media grúa sumergida. «Tampoco podíamos moverla porque corríamos el riesgo de que le cayera entera encima». Y tenían prohibido manipular al compañero por razones obvias de seguridad tras el accidente.

«Estuvimos esperando hasta que llegó el barco medicalizado de Salvamento Marítimo y le evacuamos». «Fueron cuatro horas muy tensas en las que él sufrió mucho pero nosotros también, porque no podíamos hacer nada para ayudarle». Andrés, pues así se llama el pescador herido, fue trasladado después hasta el Hospital de Cruces para recuperarse del accidente y es previsible que a lo largo de la jornada de hoy, lunes, o la de mañana, sea trasladado al Hospital Valdecilla.

Tiempos de reacción «excesivos»

En el trabajo de Salvamento Marítimo una clave fundamental son los tiemos de respuesta. Cuatro horas tardaron el pasado jueves para socorrer al Brisas Dos y más de 50 minutos el pasado día 3 para rescatar del mar a los marineros del Vilaboa Uno. Son tiempos de rescate demasiado largos, que pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso las críticas se han sucedido en estos días. Primero porque la tardanza del helicóptero Helimer en llegar al lugar exacto del naufragio del Vilaboa Uno puso de manifiesto que no existen guardias presenciales en la base de la aeronave en el Seve Ballesteros. «Lo que hay son guardias localizadas. Es decir, los rescatadores están localizables con un tiempo de reacción de hasta 45 minutos». Y segundo porque todos los trabajos del Don Inda, el barco con el que se continúa la búsqueda de Walter, el único pescador que permanece desaparecido desde el pasado día 3, se están demostrando inútiles. Los familiares se preguntan por qué no se sufragan los gastos que supondría llevar hasta el barco a buzos especializados para comprobar si el pescador continúa en el interior del pesquero hundido, como presuponen sus compañeros.