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El departamento que dirige Raúl Pesquera va a dejar unos cuantos recados para el equipo que tome las riendas de la Sanidad cántabra la próxima ... legislatura. Más allá de la búsqueda de soluciones para afrontar los peores datos de las listas de espera de la serie histórica, que encabezará el orden de prioridades sí o sí –con la negociación de las peonadas médicas incluida–, y de fichar especialistas para cubrir el déficit tanto en la Atención Primaria como en los hospitales comarcales (Laredo y Sierrallana), la Consejería apura la legislatura sin resolver cuatro de sus contratos de externalización más cuantiosos, que engloban un montante que ronda los cien millones de euros. El más abultado es el del transporte sanitario. Desde hace casi tres meses que se conocieron las empresas que optan a conducir las ambulancias del Servicio Cántabro de Salud (SCS) se están valorando las ofertas en la Gerencia de Atención Primaria.
1-Transporte sanitario El contrato por resolver, que asciende a 47 millones de euros (el doble que el actual), se divide en dos lotes: para el servicio programado hay una oferta (SSG) y para el urgente se presentaron tres: SSG, Ambulancias Maiz y Autransa (Ambuibérica).
2- Acuerdo marco quirúrgico El concierto para derivar cirugías a la sanidad privada, que supone 21,9 millones para tres años, no se ha renovado porque en la licitación inicial hubo un fallo en el pliego que obligó a anular todo el proceso.
3- El búnker de los protones Adjudicadas la fabricación de la máquina y la dirección de obra, aún resta abrir el proceso para elegir la constructora que acometerá la obra en Valdecilla, un trabajo que se estimó en 17,5 millones.
4- Servicio de diálisis Licitado en 14,5 millones, debería resolverse sin tardar dado que solo hay una aspirante a relevar Fresenius MedicalCare: Diaverum.
Casi al tiempo, la mesa de contratación tuvo que anular el proceso para decidir qué centros privados asumen las cirugías derivadas desde la sanidad pública (el llamado acuerdo marco-quirúrgico) porque, según el pliego publicado, el resultado implicaba que había que enviarlas fuera de Cantabria. En concreto, a Madrid o Bilbao, donde tenían su sede las dos compañías mejor puntuadas, según los criterios fijados en el documento inicial. Vista la chapuza, hubo que hacer borrón y cuenta nueva. Y hasta la fecha, no se ha vuelto a licitar esta prestación –supone 21,9 millones para tres años– que históricamente desempeña el Hospital Santa Clotilde, como soporte para aligerar las colas para pasar por quirófano en los cuatro hospitales de la sanidad pública.
A un mes de agotarse la legislatura, ya se da por hecho que la resolución de ambos contratos quedará para los sucesores. Del transporte sanitario faltan aún por desvelar las cuantías que han ofrecido en la puja las tres aspirantes, a sabiendas de que una de ellas (SSG) se llevará fijo el lote del transporte programado porque su única competidora (Diavida) fue descartada de entrada.
Así que la gran incógnita está en quién se llevará la pata del transporte urgente, que es el grueso de los 47 millones de euros en juego –ese lote supone 33,7 millones–, con tres candidatas en liza: SSG, que presentó doble oferta, aunque no por ello parte con ventaja, dado que los lotes se analizan de forma independiente y no hay ninguna cláusula que diga lo contrario; Ambulancias Maiz, propiedad de DYA Cantabria, y la propia Ambuibérica (HTGroup), que concurre bajo la firmaAutransa con la aspiración de seguir llevando el servicio que asumió por primera vez en 2012. Sobre todo ahora que sabe que el precio está ajustado a la realidad del mercado y a las necesidades de la prestación. No en vano, Sanidad doblará la cuantía del contrato actual, reduciendo su duración a la mitad (dos años, en lugar de cuatro).
El conflicto abierto entre Sanidad y Padre Menni el verano pasado consiguió –después de semanas de tensiones– acercar posturas, que pasaban por compensar los gastos farmacéuticos y de asistencia sanitaria asumidos por el centro de las Hermanas Hospitalarias, pero en la práctica aún está por ver en qué medida se equilibran las cuentas pendientes. El propio gerente del SCS, Rafael Sotoca, confirmó a este periódico hace apenas un mes que el nuevo convenio de colaboración, que iba a saldar esa vieja reivindicación de Padre Menni, se estaba ultimando. No concretó el montante de esa compensación. Y hasta hoy, nada se sabe de su publicación.
La demora en el proceso, además de generar nerviosismo entre las firmas e incertidumbre en la plantilla (alrededor de 450 trabajadores, cuyo ajuste a las subidas salariales del nuevo convenio no entrará en vigor hasta que se haga efectiva esa adjudicación), sigue aumentando las pérdidas de la actual concesionaria –Ambuibérica–, inmersa en una prórroga pagada a un precio muy inferior al que firmará la siguiente adjudicataria. Pero el equipo de Pesquera no parece tener prisa, entre otras cosas porque hubiera preferido cambiar el modelo de gestión e internalizar el servicio. Incluso ha dado los primeros pasos para que esa idea prospere, aunque el plan –rechazado de plano desde la oposición– quedará a expensas también del criterio del nuevo Gobierno.
Y si las licitadoras del transporte sanitario están en ascuas, pueden compartir sensaciones con la Dirección del centro hospitalario Padre Menni, pendiente de un convenio de colaboración con el SCS que merme las facturas del gasto farmacéutico y de asistencia sanitaria de sus pacientes y que sufraga la entidad sin ánimo de lucro desde hace años. Son escenarios distintos, pero que se 'cocinan' en el mismo sitio. Con un problema de base, que incluso se ha llegado a abordar en el Parlamento, a iniciativa del PP, y es que la plantilla de recursos humanos en las infraestructuras administrativas del SCS se ha quedado desfasada –lleva 20 años sin actualizarse a las necesidades–. En definitiva, parece que faltan manos técnicas para elaborar pliegos y analizar ofertas.
Y hasta tres licitaciones distintas conlleva la construcción de la unidad de protonterapia de Valdecilla. Adjudicada la máquina (ya en fabricación) y la dirección de obra, queda pendiente aún abrir la convocatoria de las empresas encargadas de construir el búnker en Valdecilla. Otro de los asuntos que heredará quien tome las riendas de la Sanidad cántabra, que implicará un gasto de más de 17 millones, añadidos a los 27,5 de la propia máquina que produce Varian. También queda por adjudicar el contrato del servicio de diálisis, aunque ahí hay menos dificultades porque sólo opta Diaverum, con una oferta de 11 millones.
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