La sanidad cántabra sufre el mayor atasco del país para cirugías y primeras consultas

La escalada de Cantabria a la cabeza de un ranking que nadie quiere liderar viene de la legislatura pasada. Primero por los efectos del parón provocado por la pandemia, cuando la prioridad era atender la demanda covid y hubo que seleccionar durante meses las intervenciones urgentes y no demorables. Y a partir de ahí, por un progresivo aumento de la demanda que el sistema ha sido incapaz de asumir. Desde el PP, ahora al frente del Gobierno, achacan el «desastre» a «la nefasta gestión» de sus antecesores (era negociado socialista), que dejaron la sanidad hecha «unos zorros»; y estos, a su vez, argumentan que sus sucesores no han sabido dar respuesta a la acumulación de volantes, siendo «responsables» del empeoramiento de la situación.

En su defensa, el consejero, César Pascual, ha dicho que las listas crecen a un ritmo «de 3.000 pacientes al mes» -entran más de los que salen, así que persiste el embudo- y que «lógicamente cuesta arreglarlo» en cinco meses de Gobierno cuando «no se han hecho bien las cosas durante años». Precisamente, hace justo un año la conclusión de esta misma comparativa autonómica que publica el Ministerio ya apuntaba que Cantabria acumulaba el mayor atasco en lista de espera quirúrgica junto con La Rioja. Entonces, el informe reflejaba que había 24 pacientes por cada mil habitantes pendientes de operar y que la demora general era la quinta más alta del país, con 132 días.

Según esta última actualización, que confirma que la sanidad pública ha vuelto a alcanzar su máximo histórico de pacientes en lista de espera para una intervención quirúrgica no urgente -rozan los 820.000 en toda España-, Cantabria no sólo no logra salir del vagón de cola sino que además su balance es aún más negativo. Así, los datos de junio elevan la tasa de cántabros a la espera de pasar por quirófano hasta los 28,1 por cada mil habitantes, frente a una media nacional de 17,5. Por detrás, se mantiene La Rioja, que tampoco ha logrado descender posiciones, seguida de Asturias, Extremadura y Andalucía. Por especialidades, el mayor volumen se concentra en los servicios de Traumatología (4.786), Cirugía General (3.011) y Oftalmología (2.998).

En cuanto a la demora, la que soportan los pacientes del SCS es la tercera más elevada de todo el territorio nacional, con 142 días de media, sólo por detrás de los canarios -que tienen 153- y los extremeños -con 147-. En el otro extremo, la comunidad que aporta los mejores resultados, según estas estadísticas, es Madrid, con una envidiable tasa de 9,42 pacientes por cada mil pendientes de operar, una tercera parte de los que acumula la sanidad cántabra. Aquí no ayudó tampoco la falta de entendimiento entre el equipo anterior de la Consejería y el Sindicato Médico tras el plante de los facultativos -iniciado en febrero-, que se negaron a seguir realizando actividad extraordinaria si no se subían las tarifas. Se dejó de operar por las tardes hasta que en octubre llegó el acuerdo, ya con Pascual al frente, que hizo posible retomar las peonadas. Y aplicadas no solo a cirugías, sino también a pruebas diagnósticas (escáner, resonancias, colonoscopias...) y a consultas externas. Y también ahí Cantabria registra el peor dato de todo el país, con una tasa de espera para una primera cita con el especialista de 108 pacientes por cada mil habitantes, el triple que el País Vasco o La Rioja, y muy por encima de la media nacional (78,4).