Alcalde de Reocín, diputado regional del PRC y presidente de la Federación de Municipios de Cantabria (FMC). En calidad de esto último le ha tocado a Pablo Diestro alzar la voz contra el semáforo covid, el nuevo sistema puesto en marcha por Sanidad para endurecer ... o suavizar las restricciones en función de la incidencia de cada localidad. A la Consejería le echa en cara no sólo los desajustes que observa en la herramienta, también la falta de empatía y coordinación en su implantación.
–¿Conoce a algún alcalde que esté conforme con el semáforo covid?
–Las quejas han venido principalmente de los municipios que hemos estado en nivel 3 o 4. Los que desde el principio pudieron abrir no han padecido este sistema, por lo menos de momento.
–Dicen que el nivel de riesgo que establece no corresponde con la realidad de los municipios. Es Sanidad quien tiene los técnicos y los expertos, ¿no se fían de su criterio?
–Desde la Federación no tenemos nada que decir sobre los criterios técnicos. Es un sistema objetivo de niveles en función de la incidencia. Lo que pasa es que al plasmar esos números sobre el terreno se dan situaciones muy particulares. Por eso pedíamos que se hiciera un estudio individual para todos los municipios que aparezcan en nivel 3 y 4. Porque en aquellos de entre 5.000 y 10.000 habitantes es muy imprevisible este sistema. Igual hay dos familias confinadas muy localizadas que no suponen ningún problema y elevan la incidencia muchísimo. Se vio muy claro en Colindres. Esperemos que se tenga en cuenta.
–También pidieron que, tras la evaluación semanal de los miércoles, las medidas entren en vigor de forma inmediata, no el viernes siguiente.
–Si un municipio está mal no tiene sentido alargar la decisión dos días, pero si está bien tampoco.
«Ni el Gobierno regional ni el Estado. Hemos cubierto las necesidades con los recursos propios»
–¿Estos problemas o desajustes se habrían solucionado si Sanidad hubiera hablado previamente con los ayuntamientos?
–Sí que ha faltado bastante comunicación. Tanto a nivel individual con cada municipio como a nivel global con la Federación. Lo que pedimos al consejero es que a los municipios que vayan a estar cerrados no sólo se les llame previamente para avisar con cierto margen, sino también que se les explique cómo se ha hecho el análisis para que el propio alcalde se lo pueda transmitir a los vecinos. Nosotros somos los que estamos en la calle, a nosotros nos preguntan y muchas veces no sabemos ni qué responder, porque no tenemos una idea clara. En Reocín hemos tenido el foco la residencia de Quijas y yo me he enterado de todo por los medios de comunicación.
–Más allá de ese asunto, ¿falta sensibilidad en el Gobierno regional con los ayuntamientos?
–No tengo duda de que, al menos desde que yo soy presidente, el Gobierno tiene en cuenta a la Federación en todo. Lo que pasa es que el tema sanitario es fundamental, sobre todo en el último año. Desde el desconfinamiento hemos visto que estamos en segundo plano y no se cuenta con nuestra opinión. Claro que tienen que valorar los técnicos, pero nosotros tenemos la experiencia de la calle. Menos con Sanidad, con las demás consejerías sí que hay buena comunicación.
–El Gobierno central ha enviado a las autonomías recursos para hacer frente a los sobrecostes del covid, pero Cantabria no los ha traspasado a los ayuntamientos.
–En general, no ha habido traspaso de nadie a los municipios. Ni de Cantabria ni del Estado. Estamos contentos de que el Gobierno central nos permita ya utilizar nuestros remanentes, pero al final son nuestros propios recursos, lo que hemos ahorrado. Con todos los recursos extraordinarios, tanto las ayudas europeas de reconstrucción como con los gastos del covid, hay mucha incertidumbre. En lo que estamos es en utilizar nuestros recursos y si viene algún fondo adicional, bienvenido sea. Pero no podemos paralizar ningún proyecto hasta que nos llegue dinero de fuera, porque igual no llega.
–¿Hay alguna estimación de los sobrecostes por limpieza, personal, servicios sociales…?
–No existe ese cálculo. Pero lo que hicieron los ayuntamientos fue reajustar todas las partidas. Los presupuestos siguieron cuadrando e incluso siguieron generando superávit. No hubo déficit a pesar de que ningún ayuntamiento puso problemas en gastar lo que hiciera falta en la lucha contra el virus. Todas las necesidades que surgieron se cubrieron.
–Una de las demandas históricas de la FMC, los problemas para encontrar secretarios e interventores municipales, parece que se resuelve con la creación de una bolsa de empleo común.
–Es una buena solución. Va a dar mucha fluidez e inmediatez a la situación que nos encontramos muchas veces de no tener técnicos municipales. Lo que queremos es ampliarlo a otros perfiles. Nos vemos muchas veces muy apurados para encontrar ingenieros o arquitectos. Son puestos muy especializados que son complicados de suplir, que requieren procesos largos. Además, muchos ayuntamientos pequeños no pueden tener en plantilla a un arquitecto propio.
«La idea es que vaya creciendo. En 2022 nos conformamos con que se mantenga y se pague en plazo»
–Consiguieron que el Estado les autorizara a usar sus remanentes durante 2021. ¿Los ayuntamientos están haciendo uso de esta posibilidad?
–En general sí. Lo que ocurre es que tramitar todos esos expedientes lleva tiempo. Los funcionarios suman a eso sus obligaciones habituales y esto genera un atasco en los expedientes. Al final se hará lo que haga falta para resolverlo de una manera o de otra, pero por eso pedimos que la suspensión de las reglas fiscales se amplíe a 2022, porque este año no se va a poder hacer uso de todo el remanente. Creo que el Gobierno de España nos va a hacer caso.
–¿Ya saben si el Gobierno incrementará en 2022 la cuantía del Fondo de Cooperación?
–El espíritu era que se fuera incrementando año a año, pero Cantabria tampoco está muy boyante. Con que se mantenga y se pague en plazo como hasta ahora, nos damos por satisfechos. Estamos muy contentos con esto, con que al final se han blindado los 15 millones para que si hay un cambio de Gobierno no se lamine, como ocurrió antes en otras etapas.
–Otro problema es la dificultad para cubrir plazas en las policías locales. Se está estudiando hasta compartir efectivos.
–Los requisitos para crear un cuerpo local son muy exigentes y lo que demandamos es que se relajen. Por ejemplo, que no tenga que haber un mínimo de cinco agentes en un municipio, sino tres, dependiendo de su tamaño. El modelo que se plantea es la asociación entre varios municipios, pero con las normas actuales se requiere que previamente tengan su propio cuerpo. Eso también nos gustaría cambiarlo.
«En Cantabria había ya un plan con un punto de equilibrio. Era un problema que estaba resuelto»
–Han peleado, parece que sin éxito, por conseguir que el lobo siga siendo especie cinegética.
–Veremos a ver si esa es la decisión definitiva. En Cantabria era un problema que teníamos resuelto. Se estaban poniendo en marcha las medidas y se había solucionado la polémica con ese punto de equilibrio que era el Plan del Lobo. En la medida en que podamos, vamos a seguir reivindicando este asunto.
–En su ayuntamiento está en marcha la comarcalización del Torrebús. ¿Hace falta una Ley de Comarcas para avanzar en otros procesos con ese modelo?
–No conozco que haya avances en ese ámbito, pero es verdad que lo de mancomunar servicios tiene que ir a más. Es la forma de poner en marcha un servicio que un municipio no podría tener por sí solo. El transporte urbano de la comarca del Besaya va a ser un buen ejemplo y va a mejorar muchísimo la movilidad en toda la zona.
«En el PRC no hay debate. Revilla seguirá hasta que quiera»
–Junto a PSOE y PP ha conseguido pacificar la Federación de Municipios. ¿Por qué ese clima no puede llevarse al ámbito regional?
–La clave son las personas. Los partidos han elegido unos representantes que están, no al interés de su formación, sino a resolver los problemas. A los dos vicepresidentes (el popular Jaime Soto y el socialista Roberto Escobedo) no les conocía hasta encontrarles aquí, pero formamos un equipo muy bueno. Reclamamos al Gobierno cuando toca y le agradecemos cuando hace las cosas bien. Eso también lo estamos viendo en muchos municipios. En esta época de covid, no ha habido una guerra política, sino un frente común.
–Se cumplen dos años de las municipales. Salvo Guriezo y asuntos mínimos, parece que reina la estabilidad en los municipios.
–Yo también tengo esa percepción. Estabilidad total. Cada uno asumiendo sus roles y trabajando por los vecinos como alcalde o como oposición. Eso es una de las cosas positivas de esta etapa difícil. Los ciudadanos están ya muy cansados de las discusiones y del 'y tú más'. La pasada legislatura sí fue más problemática en este sentido. Con más tensión, rupturas de pactos...
–¿Cómo ve a su partido, el PRC? ¿Conseguirá en 2023 mantener todo el poder municipal que consiguió en 2019?
–Fue un hito del regionalismo. Pero es que el PRC logra hitos cada vez que hay elecciones últimamente, mejorando todos los resultados anteriores. Los vecinos son sabios y cuando se hace una buena gestión, el alcalde repite. Sea del partido que sea. Lo vemos también con los independientes. En concreto, los alcaldes del PRC lo están haciendo bien y entiendo que la tendencia irá por ahí.
–¿Internamente, el partido ya piensa en el relevo de Revilla?
–En el partido no hay debate. Todos estamos con la idea de que él seguirá siempre que quiera y la salud se lo permita. La mayoría de los que estamos en un puesto de responsabilidad en el PRC, estamos gracias a él. Eso es algo que a mí no se me olvida.
–¿Pero habrá que empezar a preparar el relevo?
–Se lleva hablando de esto 20 años. Nosotros no sólo acataremos lo que él diga, sino que lo defenderemos.
–Llegue cuando llegue, ¿qué perfil es el idóneo?
–Evidentemente, lo que no puede ser es buscar una copia de Miguel Ángel, porque es único y su personalidad es única. No existe nadie como él.
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