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En el primer otoño-invierno de la era covid «la vacunación de la gripe resulta más importante que nunca», subraya el médico José Manuel Cifrián, jefe de servicio de Neumología de Valdecilla, y así lo ratifica la directora general de Salud Pública, Paloma Navas. ... Cada octubre se insiste en el mensaje, y hasta que el coronavirus llegó para cambiarlo todo, lo habitual era que al acabar la campaña hubiera excedente de vacunas. «¡Ojalá se agoten este año!», apuntaba hace unos días la gerente de Atención Primaria, Alicia Gómez, porque será sinónimo de una alta protección. La propia Navas se muestra convencida de que habrá «dosis suficientes para garantizar la cobertura de la población de riesgo y cuerpos esenciales», entre los que se incluyen en esta campaña, como novedad, los docentes. Pero qué ocurre con quienes no encajan en ninguno de los perfiles hacia los que está indicada la inmunización que financia la sanidad pública. Tendrán que pagarlo de su bolsillo, una opción que no es nueva (se supone que siempre ha sido así, y ocurre con otras vacunas no incluidas en el calendario de vacunación), pero que antes del covid era bastante improbable que se planteara. Y si se hacía, no solía haber inconveniente para ponerla, precisamente porque había dosis de sobra.
Pero con la pandemia el escenario es otro. Los expertos llevan meses aconsejando que se vacune la mayor población posible antes de la 'tormenta vírica' del invierno, en la que se entremezclarán covid, gripe y demás causantes de infecciones respiratorias. El propio presidente Miguel Ángel Revilla ha animado de forma reiterada «a vacunarse todo el mundo». En previsión de un aumento de la demanda, la Consejería de Sanidad ha adquirido una cantidad superior a la de campañas anteriores: dispondrá de 182.000 dosis, 60.000 más que el año pasado. Aunque Navas aclara también que el suministro se ha calculado sobre los grupos considerados «diana», hacia los que va dirigida la campaña, que son los mayores de 60 años y los colectivos considerados de riesgo, entre los que se incluyen las personas inmunodeprimidas, con enfermedades cardiovasculares, neurológicas o respiratorias crónicas, las embarazadas y los niños de seis meses a dos años nacidos de forma prematura.
Mayores de 60 años A nivel nacional, la recomendación es a partir de los 65, pero Cantabria lo adelantó a los 60 años.
Por posibles complicaciones Personas inmunodeprimidas, con patología cardiovascular, neurológica o respiratoria crónica, embarazadas y bebés nacidos de forma prematura.
Colectivos esenciales Personal sanitario y sociosanitario, fuerzas de seguridad del Estado y docentes, entre otros.
Además, la recomendación de la vacuna se extiende a los profesionales más expuestos al virus o que por su trabajo pueden ejercer de transmisores hacia población más vulnerable, como es el caso de los sanitarios, el personal que trabaja en el cuidado de los mayores o de personas con discapacidad, las fuerzas de seguridad del Estado o los profesores.
¿Qué tienen que hacer entonces quienes no cumplen ninguno de esos requisitos pero se quieren proteger de la gripe? La directora de Salud Pública es clara: «No podemos vacunar a nadie que no entre dentro de los grupos diana. Si quieren vacunarse tendrán que hacerlo de forma privada». En ese caso, el circuito empezaría en la farmacia, «como ocurre con otras vacunas» que quedan al margen de la financiación pública (neumococo, rotavirus, papiloma...), matiza Navas. Es decir, lo sufraga el interesado. Pero el Colegio de Farmacéuticos de Cantabria advierte de que «a día de hoy, no tenemos disponibilidad, porque ninguno de los tres distribuidores que operan en Cantabria tiene vacunas de gripe. Cabe la posibilidad de que a finales de octubre, algún laboratorio pueda liberar stock para venta en farmacia, pero no lo sabemos», subraya su presidenta, Rita de la Plaza, a la espera de conocer la estrategia de Salud Pública.
LA RECOMENDACIÓN
COMIENZO DE LA CAMPAÑA
NOVEDAD
COLEGIO DE FARMACÉUTICOS
Los centros de salud empezaron a recibir ayer las primeras vacunas, que se empezarán a administrar de forma oficial a partir del 13 de octubre, aunque previamente está previsto el comienzo de la inmunización en las residencias de mayores. «Se ha adelantado la vacunación para que nos dé tiempo a poner mayor cantidad de dosis, pero hay que decir que no hay urgencia por vacunarse. En ese sentido, hay que tranquilizar a la población, tenemos tres meses por delante hasta que llegue la onda epidémica de gripe», apunta Navas. Y puesto que «se aproxima un invierno en el que convivirá con el covid y otros virus respiratorios, tenemos que estar prevenidos y tener más en cuenta la vacuna que nunca», subraya Cifrián. Primero porque, ante enfermedades respiratorias con sintomatología inicial parecida, cuanta más población haya protegida del virus gripal, más fácil será identificar a los afectados de coronavirus, aislarlos y cortar su propagación. Y segundo, porque «parece que la coinfección de ambos patógenos lleva a un peor pronóstico», destaca Henar Rebollo, jefa de servicio de Medicina Preventiva del hospital, que confía en que «las medidas adoptadas frente al covid (mascarillas, distancia e higiene de manos) ayuden a reducir la incidencia de la gripe».
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