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A lo largo de 2022, en Cantabria se gestionaron casi 140.000 bajas laborales, de las que un tercio correspondieron a personas trabajadoras en la sanidad, la educación, el comercio y la restauración. En concreto, solo durante ese año, más de 44.400 profesionales de ... estos ámbitos laborales solicitaron una baja en sus puestos de trabajo, destacando los sectores de sanidad, educación y comercio y restauración –estos dos últimos se engloban en el mismo apartado–, donde se registraron una de cada tres incapacidades temporales que se solicitaron ante la Administración cántabra el pasado año. Y no ha sido siempre así.
Por ejemplo, las cifras que se recogieron en 2018 señalaban que los trabajadores más afectados por las bajas laborales eran los vinculados a la restauración, industria manufacturera y empleados de oficina que atienden al público (recepcionistas, telefonistas o contables, entre ellos), según la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO), aunque en 2019 ya repuntaron las bajas en los sectores más afectados en la actualidad: educación, sanidad y comercio y restauración.
Los datos, ofrecidos por elMinisterio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a través de una petición de transparencia al Estado, revelan no solo los sectores más afectados por bajas laborales, sino también cómo ha sido la evolución desde 2018 hasta este pasado verano. En años completos, entre 2018 y 2022 el número de bajas laborales creció hasta más del doble: el primero de ellos acabó con 65.161 permisos gestionados; el pasado año, lo hizo con 138.800. Un incremento del 113% en cuatro años y ya sin la incidencia esencial del covid, pero que contrasta con la duración de estas bajas.
Si en 2018 la duración media de las bajas en todos los sectores productivos de Cantabria llegó hasta los 67,8 días, el pasado año se quedó en 42,8, y va a la baja, porque en los primeros seis meses de 2023 la cifra media no llega al mes (28,8 días). Es decir, aunque hay más incapacidades temporales entre las personas trabajadoras, el tiempo medio de permiso se ha reducido en el mismo periodo un 36,2%. También entre sectores productivos, según la Clasificación CNO.
En 2018, los trabajadores más afectados por bajas eran los de restauración, manufacturas y oficinas
Los dedicados a actividades agrícolas, pesqueras y ganaderas tienen las bajas más largas, de 92 días
Aunque el número de bajas se ha duplicado desde 2018, su duración ha descendido un 36,3%
En el mismo periodo de comparación, entre 2018 y 2022, las bajas médicas se han disparado especialmente entre las personas ocupadas como técnicas e investigadoras en salud y enseñanza (profesionales de la salud y profesorado en todos los niveles educativos). En concreto, las cifras de 2022 muestran cómo las incapacidades temporales se han triplicado en solo cuatro años y han pasado de suponer cerca de 4.900 en 2018 a alcanzar casi las 15.000 al cierre del año pasado.
En cambios a mayor, también se encuentran los operarios de instalaciones y montadores de maquinaria, entre quienes las bajas laborales han crecido un 140%, la misma evolución que entre las personas trabajadoras en el ámbito de los servicios de salud y cuidado de personas (auxiliares de enfermería, cuidadores de menores y mayores). Y parece que las cifras que se reportarán para el final de este año van en el mismo camino: entre los primeros, las bajas gestionadas en los seis primeros meses de este 2023 están a punto de superar a todas las que se solicitaron a lo largo del año 2018 y, entre el segundo grupo de trabajadores, las incapacidades temporales pedidas en los seis primeros meses de este año ya suponen un 8% más que el conteo anual de 2018.
La estadística ofrecida por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a través de la petición de información pública también recoge la duración media que tiene cada incapacidad temporal que se ha solicitado por parte de las personas trabajadoras en Cantabria. Un plazo medio que ha ido reduciéndose de manera paulatina con el paso de los años hasta el pasado año, en que quedó fijado en 42,8 días.
Los datos ofrecidos por el Ministerio que dirige en funciones José Luis Escrivá permiten conocer igualmente los sectores productivos donde las incapacidades temporales duran más o menos tiempo: así, entre aquellas personas que trabajan en el sector agrícola, pesquero y ganadero, las bajas son más alargadas y superan los tres meses de media de duración, con 96,2 días durante 2022. Le siguen aquellos trabajadores con puestos de dirección o gerentes: de media, el pasado año, las bajas que solicitaron quienes trabajan en este sector superaron los dos meses de media (62,1 días), seguidos de conductores y operadores de maquinaria móvil, con 50 días de media.
En el lado contrario, las bajas con menor duración se dan entre profesionales de la salud y la enseñanza, donde no llegan a los 24 días de media y entre empleados de oficina, que rondan el mes de promedio.
Desde 2018, se han gestionado casi 19.000 bajas por trastornos mentales y de comportamiento, un volumen que representa el 3,5% del total de las bajas tramitadas en la región. Pero lo llamativo es que este tipo de incapacidad temporal ha crecido, en cinco años (hasta 2022), un 55% (un 50% en el caso de las mujeres y un 60% en los hombres). El año pasado la Administración cántabra tramitó 4.300 permisos motivados por ello.
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