Sanidad elude la advertencia de Economía sobre el riesgo que corre la protonterapia

Un revés que se añade al despliegue de máquinas que llegarán a otros once hospitales del país de la mano de la Fundación Amancio Ortega. Pero lejos de darse por vencida, la Consejería de Sanidad insistió ayer en que «se trata de un proyecto de legislatura en el que se sigue trabajando para licitarlo de nuevo lo antes posible». Y la previsión es que esta misma semana esté rematado el pliego para su publicación, una vez realizados los cambios de aquellos aspectos que llevaron a que el concurso quedara desierto, como la imposibilidad de subcontratar a otras empresas -lo que sólo dejaba la opción de concurrir como UTE a fabricantes y constructores- o de incorporar un TAC a la Unidad de Protonterapia. En definitiva, dar respuesta a las preguntas vinculantes que las compañías habían planteado tras la publicación del primer pliego y que no habían sido atendidas en su momento, lo que finalmente desembocó en que ninguna se decidiera a presentarse. Ahora, esas aportaciones sí se han tenido en cuenta en la versión dos.

«Después de todo por lo que hemos pasado, sí que ahora es cuando más cerca lo veo», subraya Prada, que sigue contando con que Cantabria será la primera comunidad en disponer de protonterapia en un hospital público. «Es perfectamente factible desarrollarlo en plazo». De ello dependerá que la financiación (40 millones de euros) corra por cuenta de los fondos europeos, que es la idea del Gobierno de Cantabria. «Una vez que se adjudique, va a ir volando», augura el jefe de Oncología Radioterápica, consciente de que el tiempo es la baza principal del proyecto de Valdecilla. «Vamos a ser los primeros en disponer de protones en un hospital público, adelantándonos años a los demás, y marcando las diferencias, tanto a nivel docente e investigador, como en tratamientos combinados con técnicas que otros servicios no tienen, como la intraoperatoria, la braquiterapia y la oncotermia», concluye el médico.