

Secciones
Servicios
Destacamos
Cantabria está a las puertas de doblegar la curva de la pandemia. De hecho, los datos apuntan a que ya se está produciendo un leve ... descenso en el número diario de nuevos casos y a lo largo de esta semana se alcanzará el pico de la presión asistencial. Según los datos que maneja la Consejería de Sanidad en base a los modelos de proyección matemática, la región llegará mañana mismo al máximo de hospitalizaciones de esta tercera ola con una cifra cercana a los 228 ingresos covid, mientras que a partir del día 6 de febrero ocurrirá lo mismo con las estancias en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Como se viene comprobando desde el inicio de la pandemia, hay un margen de algunos días entre el contagio y el momento en que empieza a mostrar síntomas -primero- y en que su situación se agrava -después-.
«Ojo, que es una previsión. Las previsiones pueden fallar», advertía ayer el responsable del departamento, Miguel Rodríguez, durante un encuentro con los medios en el Parlamento durante la celebración del aniversario del Estatuto de Autonomía. Lo cierto es que estos modelos matemáticos acertaron de pleno durante la primera ola. Dijeron que el pico de ingresos, la tasa que más compromete al sistema, se registraría los últimos días de marzo o los primeros de abril y así fue. Fue exactamente el 30 de marzo, con 403 pacientes en cama, mucho más que en este envite. Lo que ocurre es que el virus, cada vez más conocido pero todavía con algunas caras ocultas, a veces muestra comportamientos extraños. Por ejemplo, lo peor de la segunda ola llegó cuando Sanidad dijo que ya estaba superada. Y el Gobierno también dio por superado el problema de las residencias antes de que los positivos se volvieran a disparar.
Para hacer frente a este máximo de hospitalizados, el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla ya está utilizando los 18 nuevos puestos de Cuidados Intensivos instalados en el pabellón 17. Ayer, la tasa de enfermos covid en UCI cayó al 31,6%. No porque haya menos pacientes -eran 38- que en los días previos, sino porque el total de camas disponibles es ahora mayor. Entre estos casos graves y otros más leves hay 213 personas hospitalizadas por coronavirus, lo que supone cuatro más que la jornada precedente.
Los datos proporcionados ayer por la Consejería de Sanidad confirman que crece la presión, pero también consolidan la tendencia que dice que la curva pandémica ha adquirido ya sentido descendente. Baja lentamente, pero baja. El domingo (los datos del cierre de la semana se dieron ayer) se detectaron en Cantabria 79 casos nuevos, casi medio centenar menos que el sábado, aunque para interpretar de forma correcta los datos hay que tener en cuenta que los fines de semana se realizan menos pruebas PCR que los días laborables. En cualquier caso, esta tendencia decreciente se refleja de manera gráfica en la tasa de incidencia acumulada: la de 14 días se sitúa en 383 casos por 100.000 habitantes (siete puntos menos), mientras que la de 7 días es de 179 (tres menos).
Por otra parte, la lista negra de víctimas mortales también se engrosó con tres fallecidos: dos mujeres de 69 y 85 años y un hombre de 71. Con ellas, ya se contabilizan 472 muertes en Cantabria desde el inicio de la pandemia (según la contabilidad oficial).
Vacunación
José Ahumada
La llegada de los nuevos envíos de las farmacéuticas Pfizer y Moderna permitirá a la Consejería de Sanidad cumplir con su plan semanal de vacunaciones, que contempla administrar segundas dosis en las residencias de mayores, inmunizar a los técnicos de ambulancias y profesionales del Servicio Cántabro de Salud aún pendientes y empezar con el personal de los hospitales privados.
Pfizer continúa con sus problemas de suministro, que para Cantabria se traducen en menos vacunas de las previstas inicialmente. Ayer, lunes, su entrega constó de 975 viales de seis dosis, lo que equivale a 5.850 vacunas, el mismo número que está previsto recibir el próximo lunes. Hasta el 15 de febrero no se normalizarán los envíos, cuando lleguen 1.365 viales, con 8.190 dosis. En cuanto a las vacunas de Moderna, a las 800 recibidas ayer se sumarán en breve otras 1.900, que deberían llegar a lo largo de la presente semana.
Según explicó el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, las dosis de Pfizer se emplearán en completar la inmunización de usuarios y trabajadores de las residencias de mayores que aguardan su segunda dosis, y también la de los profesionales de los centros hospitalarios. Las de Moderna, que tendrían que haber llegado la semana pasada, se emplearán entre los profesionales que ya habían recibido una primera inyección (la farmacéutica realizó un único envío previo de 500 dosis), para vacunar al personal de transporte sanitario urgente aún pendiente y a trabajadores del Servicio Cántabro de Salud, y para iniciar la campaña en los hospitales privados de la región.
«El ritmo de vacunación se ajusta a las dosis que llegan; tenemos capacidad para vacunar todas las dosis que lleguen», declaró el consejero, quien adelantó que las dosis recibidas ayer «las colocaremos todas esta semana». «Todas las dosis que lleguen son las que vamos a poner, estamos condicionados por la llegada de vacunas».
Los problemas de abastecimiento de vacunas, comunes a todas las regiones españolas y a todos los países de Europa, tienen su origen en el incumplimiento de los compromisos por parte de los fabricantes, que no están surtiendo de producto al ritmo anunciado, dificultando el desarrollo de las estrategias de vacunación. En Cantabria, la interrupción y reducción de las entregas ha amenazado la administración de las segundas dosis, que deben inyectarse, en el caso de Pfizer, entre tres y cuatro semanas después de las primeras; para las de Moderna se recomienda una espera de cuatro semanas entre dosis.
Esa escasez sobrevenida de dosis ha coincidido con el periodo en que se cumplía el plazo para revacunar a miles de cántabros: no completar a tiempo el proceso entre quienes ya habían recibido el primer pinchazo equivaldría a desperdiciar las dosis administradas. Aunque el Ministerio de Sanidad ha asegurado que la segunda dosis de Pfizer puede administrarse hasta 28 días después de la primera, la farmacéutica ha puntualizado que «no hay datos clínicos sobre la eficacia de la vacuna cuando se administra más allá de los intervalos utilizados en el ensayo clínico», de 19 a 23 días.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Pastillas, cadáveres en habitaciones distintas... la extraña muerte de Gene Hackman y su mujer
Oskar Belategui | Mercedes Gallego
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.