Sanidad estudia relajar las restricciones en los municipios confinados al caer la incidencia

Con lógica los cuatro regidores marcaron este miércoles el número de la Consejería de Sanidad para solicitar que la relajación de las restricciones llegue antes del próximo jueves, fecha prevista en un primer momento para levantar el cierre perimetral. No sería nada excepcional porque es una posibilidad que la Consejería ya anunció que contemplaría a la luz de la evolución de las cifras.

Y es que pasado el miedo de la pandemia, ahora es la economía la que apremia. Negocios cerrados, inactividad en el comercio y pérdidas. Acuciados por la presión social, los alcaldes solicitan a Sanidad 'mano ancha' amparándose también en la flexibilidad que se ha tenido esta semana con Medio Cudeyo, que pese a tener unas cifras preocupantes de contagios, no se cerrará por ahora, entre otras cosas, porque la curva de la pandemia comienza a dibujar una tendencia a la estabilización.

«En Polanco estamos siendo un ejemplo claro de que las medidas han tenido efecto, y estando como estamos, mucho mejor, haría falta poder eliminar alguna restricción porque los negocios y los emprendedores necesitan trabajar». La alcaldesa de la localidad, la regionalista Rosa Díaz, llamó este miércoles al consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, para comunicarle la propuesta: «Si no nos abren, necesitaríamos permitir el funcionamiento de las peluquerías y las academias. Las primeras consideran que es mucho más seguro su local que acudir a los domicilios particulares; y en el caso de los segundos, manteniendo los aforos, deberían regirse por los mismos criterios que el resto de centros docentes», justifica.

Tanto en su caso como en el de Laredo, «no nos han confirmado nada aún pero es posible que tras analizar los últimos datos anuncien desde la Consejería una relajación de las medidas que entraría en vigor a partir del lunes», aclara Charo Losa (PSOE), alcaldesa de la villa pejina.

Allí la cultura de la precaución parece haber calado hondo en la población. Pese a que no existe prohibición de circular por las calles -salvo más allá del toque de queda-, el municipio está «muerto» por las tardes. «No hay ni un alma y eso es porque la gente ha cogido miedo y se queda en casa para prevenir. En ese sentido los vecinos de Laredo están dando un ejemplo muy bueno», advierte la alcaldesa.

La Policía Local, que mantiene el control de los accesos a la localidad en operativos conjuntos con la Guardia Civil, no ha registrado apenas incidentes. Sólo hubo que lamentar el pasado fin de semana la denuncia a once jóvenes que se reunieron en un local privado para celebrar una fiesta; o la detención de un conductor que trató de eludir el control perimetral de la benemérita la madrugada del pasado domingo e intentó atropellar a los agentes.

En el día a día, la gente sale a la calle por la mañana a los servicios esenciales: supermercados, farmacias, etc. Pero por la tarde no hay nadie. «Es cierto que hemos tenido un buen verano, pero eso ya ha pasado y los inviernos son muy duros. Necesitamos reiniciar la actividad cuanto antes porque de lo contrario vamos a tener serios problemas económicos», lamenta Losa.

Nadie sabe si esa relajación de las restricciones sería común para los cuatro municipios confinados, o si dependerá de la situación concreta de cada uno... si tendrá que ver con la apertura de los comercios o con la posibilidad de abandonar el municipio. Lo que sí parece claro, según ha podido saber este periódico, es que no está sobre la mesa abrir la hostelería.

Con lógica, según se ha visto ya en otros casos similares, «lo normal es que a partir de ahora, pasados siete días desde que se tomaron las medidas para confinarnos, se note más claramente la mejoría en la reducción de contagios», aclara Javier Incera (PSOE), alcalde de Colindres. «Con ese deseo estamos esperando que nos tengan en cuenta para permitir que pueda funcionar alguna actividad económica más allá de las que son meramente esenciales», puntualiza.

En las calles de la localidad se apaga paulatinamente el temor al virus y crece el miedo a la crisis. «Vamos a necesitar apoyos extras para todos los sectores que van a salir más damnificados de este bache», zanja el regidor. El Consistorio aprobará en el próximo Pleno, que se celebrará el miércoles 10, una nueva línea de ayudas para pymes y autónomos. Además, el Ayuntamiento ha solicitado al Gobierno que aplique medidas diferenciales a la hora de apoyar a todos los negocios afectados por el confinamiento.

Una idea similar se baraja en Santa María de Cayón, donde el alcalde el funciones, el popular Francisco Viar, denuncia el «caso nulo» que desde el Gobierno se está haciendo al consistorio. «Nos pusimos en contacto con ellos la pasada semana para solicitar test masivos a toda la población y todavía no hemos recibido respuesta». «Será que la situación no es tan grave como dicen», defiende el edil. «Los vecinos tienen inquietud. Todo el mundo tiene que llevar comida a casa y si no se trabaja, no se puede», zanja. Ellos también aplaudirán la relajación de las medidas si definitivamente se comunican mañana.