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«Demos el paso». Tres palabras impresas sobre la imagen de un niño con la mirada fija y su cabeza pelona cubierta por un pañuelo. Ese fue el mensaje que cerró la visita que ayer realizaron el vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga ... , y el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, a las instalaciones del servicio de Oncología Radioterápica de Valdecilla, imán de la oferta presentada hace un año por una empresa privada dispuesta a invertir 40 millones de euros para desarrollar en el corazón del hospital la radioterapia más avanzada y precisa que existe, un arma letal frente a los tumores más escondidos. Ese 'paso' traería a Cantabria la terapia de protones, que tiene como principales beneficiarios a los más pequeños.
Pero, además, situaría a la región en el mapa europeo como referente en el tratamiento oncológico más eficaz, al acoger el primer centro de protonterapia integrado en la sanidad pública -en España sólo hay dos experiencias en marcha de ámbito privado-, y abriría de par en par las posibilidades en el campo investigador y de formación.
Las implicaciones, ventajas y aportaciones del proyecto, que llegó a Valdecilla hace justo un año, se desglosaron en esa proyección-resumen, explicada por el radiofísico Samuel Ruiz Arrebola, con la que el equipo quiso poner el broche al recorrido de las autoridades y directivos del centro. «A nosotros ya no hay que convencernos», se escuchó al acabar la presentación entre ese improvisado auditorio colocado para la ocasión en un rincón de los 4.000 metros cuadrados de superficie diáfana en la planta cero de las Tres Torres. Allí, precisamente, es donde se ubicarían los dos búnkeres que requiere el centro de protonterapia.
«Tenemos el espacio idóneo para una infraestructura de esta envergadura», apuntó el jefe de servicio de Oncología Radioterápica, Pedro Padra. Y dijo más: «Somos el único hospital de Europa con este hueco accesible desde la calle», en referencia a los patios interiores anexos (entre la línea de los antiguos pabellones y el nuevo edificio). Un acceso que supone un aspecto clave teniendo en cuenta que el acelerador para generar estas partículas pesa entre 60 y 90 toneladas y que la estructura giratoria a la que iría unido añadiría otras 100 toneladas.
Pablo Zuloaga Vicepresidente del Gobierno
Miguel Rodríguez Consejero de Sanidad
Aunque los protones tuvieron su protagonismo durante la campaña electoral, una vez pasada la cita con las urnas, la apuesta estrella de Sanidad perdió fuelle. ¿En qué punto está el proyecto? ¿Sigue igual de vivo? ¿Hasta cuándo se hablará de él en condicional? «Por supuesto que sigue adelante», respondió el consejero de Sanidad a preguntas de este periódico. «En ningún momento se ha descartado». Los trámites para instalar en Valdecilla el primer centro de protones de España en un hospital público «avanzan», aunque -eso sí- a paso lento.
«Estamos trabajando en el procedimiento administrativo para dar solución al tema de los protones y yo espero que en breve podamos dar alguna novedad», añadió.
El problema, que ya frenó en su día a su predecesora en el cargo, Luisa Real, es que esta operación implica acordar los términos de esa colaboración público-privada y buscar el encaje jurídico. Y esa búsqueda «no es fácil», apuntó el titular de Sanidad para despejar cualquier atisbo de duda sobre la evolución del plan. Cuando empiezan a circular versiones que apuntan a que hay comunidades que se postulan para captar la oportunidad en caso de que resulte fallida la opción de Valdecilla -objetivo número uno de la inversora-, Rodríguez aseguró que «el interés de esta empresa» se mantiene como el primer día. De hecho, «ha estado en contacto con los servicios jurídicos del Gobierno». «Y por nuestra parte, seguimos apostando por los protones, pero tenemos que buscar una fórmula que satisfaga también los procedimientos que establece la Administración». Es decir, una adjudicación que cuadre con las posibilidades de contratación del ámbito público.
No obstante, antes de abandonar el hospital el consejero se comprometió con los profesionales: «Haremos todo lo posible para que Valdecilla tenga esta prestación». En su exposición, Ruiz Arrebola recordó que «con esta tecnología tendríamos la mejor dotación de Europa».
Tras dejar claro que «los profesionales estamos preparados» para dar este paso, el radiofísico consideró que «Cantabria no puede dejar pasar la oportunidad». Y aportó un dato: Desde que se aplicó el primer tratamiento con protones en el mundo, allá por 1954, se calcula que se han administrado más de 190.000, «y ninguno en España». Según explicó, «se calcula que el 18% de los tumores tendrían indicación con protonterapia, lo que supondría 30.000 pacientes en 2020. Una sola instalación de protones tiene capacidad para atender 500 casos, lo que permite hacerse una idea de la envergadura y la demanda de este tipo de tratamientos en España».
Antes de iniciar el recorrido para conocer las prestaciones de Oncología Radioterápica, el vicepresidente del Gobierno, Pablo Zuloaga, destacó los diferentes avances tecnológicos incorporados en el Hospital Valdecilla, que «hacen que sea puntero en el tratamiento contra el cáncer a nivel nacional y, me atrevería a decir, internacional». Por ello, insistió en que el Ejecutivo «no ceja en su empeño de invertir en un recurso prioritario para los cántabros como es Valdecilla», ya que esa inversión se traduce «en mejora de la incidencia de la enfermedad» y en «mayor calidad de vida y supervivencia de los pacientes».
Y son más de 2.000 los casos nuevos que cada año reciben algún tipo de tratamiento de radioterapia, ya sea externa -el servicio cuenta con dos aceleradores lineales de última generación y está pendiente de renovar el tercero-, como de braquiterapia (radioterapia a corta distancia), técnica en la que Valdecilla es referente nacional y que ayer se explicó con detalle a los visitantes.
A estas prestaciones se han sumado en los últimos meses dos novedades que han convertido al servicio en «uno de los más completos del país»: la radioterapia intraoperatoria, que permite dar el tratamiento durante la cirugía del tumor (dosis más alta y mayor precisión), y la oncotermia, la innovadora técnica que consiste en aplicar calor (entre 41-43 grados) a la lesión para que el tratamiento posterior, más selectivo y localizado, sea más efectivo frente a las células malignas, pero sin efectos secundarios.
Indicada para aquellos tipos de cáncer con peor pronóstico, como el glioblastoma (tumor cerebral), el cáncer avanzado de recto y el de páncreas, el consejero reconoció que «de momento sólo se emplea con pacientes del Servicio Cántabro de Salud», porque es una prestación que aún no se ha incluido en la cartera básica del Sistema Nacional de Salud. «Una vez que esté ahí, podrían derivarse pacientes de otras comunidades autónomas», añadió. Hasta la fecha, han sido tratados con la oncotermia «entre 50 y 60 pacientes», señaló Prada, quien se mostró gratamente sorprendido por «la gran demanda» de la radioterapia intraoperatoria. «Empezamos con Cirugía General -hacemos una intervención a la semana de media-, pero la abriremos a más servicios, como Ginecología y Otorrinolaringología».
Frente al cáncer, «una de las grandes lacras que tiene la población en este siglo», como dijo Rodríguez, «el nivel en los tratamientos de Valdecilla es altísimo, no tiene nada que envidiar a otros centros». Una idea en la que abundó Prada: «Tenemos el servicio de Oncología Radioterápica mejor dotado del país y eso nos permite abordar toda la patología tumoral que necesite tratamiento de irradiación». La guinda sería (y ahí permanece el condicional) dar la bienvenida a los protones, a día de hoy una esperanza de curación sólo para quienes pueden pagar cuantías millonarias para acceder a este tratamiento fuera de España.
El sindicato de Enfermería Satse denuncia el incumplimiento del pago de las guardias localizadas para las enfermeras de Hospitalización Domiciliaria en Valdecilla. Recuerda que el BOC publicó el 5 de junio una resolución por la que las enfermeras deberían percibir una adecuación salarial para las guardias localizadas, como vienen recibiendo desde octubre las distintas unidades, a excepción del Servicio de Hospitalización Domiciliaria. «No entendemos este agravio comparativo».
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