Sanidad llega a un acuerdo con los médicos para retomar las operaciones por las tardes

Aunque el documento pactado aún está pendiente de aprobación en el Consejo de Gobierno -previsto el jueves- y de ser comunicado en mesa sectorial, la buena sintonía que ha dominado la negociación permitirá empezar a programar hoy mismo la actividad quirúrgica extra de la próxima semana -siempre se organiza con esa antelación-. Ya el jueves pasado, ambas partes salieron de la reunión negociadora con un pacto encauzado. Un encuentro en el que participó directamente la presidenta del Gobierno cántabro, María José Sáenz de Buruaga. En la propuesta presentada se acepta el incremento de cuantías que negó la pasada legislatura el equipo de Raúl Pesquera al considerar que «un 20% era totalmente inasumible». Lo dejó en un 10%, con un reparto desigual en función del tipo de intervención y el rechazo frontal de los profesionales, que decidieron mantener congelada toda la actividad extra -y voluntaria- hasta que hubiera nuevos interlocutores para buscar una solución consensuada.

Con ese 20% de mejora sobre la mesa, y el fin de semana por delante para pensarlo, sólo quedaba la respuesta del Sindicato Médico y atar los últimos flecos. La cita definitiva fue ayer a última hora de la mañana y las buenas expectativas se confirmaron.

El consejero de Salud, que fue quien cerró el acuerdo con el presidente y el vicepresidente del Sindicato Médico, José Antonio Campos y Santiago Raba, respectivamente, había dejado clara su disposición a renegociar desde su llegada al cargo. Entendía como «comprensibles» las reivindicaciones de los médicos, sabedor de que son la pieza principal de su plan para cumplir el objetivo que se ha marcado para este primer año de mandato: bajar las listas de espera a máximos de 30 días para una prueba diagnóstica, a 60 para una consulta con el especialista y a 180 para ser operado, plazos que Pascual considera «aceptables» y «posibles de conseguir». «Si nuestros profesionales no participan es absolutamente imposible abordar las brutales listas de espera que tenemos», dijo en su primera entrevista con este periódico. «Porque el gran volumen de las listas de espera se va a sacar dentro del SCS», apuntó.

El acuerdo alcanzado pone fin a uno de los conflictos que Pesquera no pudo zanjar con éxito. Con su propuesta, sí que se consiguieron retomar las peonadas de Radiodiagnóstico y se reactivaron las intervenciones de Oftalmología en Sierrallana, pero poco más. El 'no' de los anestesistas de Valdecilla, que es el hospital que concentra el grueso de la actividad extraordinaria, era rotundo. Hasta ahora, que el escenario es otro. La financiación para sacar adelante estos programas especiales, que siempre es el mayor impedimento, en este caso estaba casi resuelto de antemano, puesto que los tres millones de euros previstos por la anterior Consejería de Sanidad para aliviar las listas de espera (vía autoconcertación) apenas se habían utilizado por ese parón generalizado de las cirugías de tarde, que comenzó a finales de febrero.

Con las nuevas condiciones pactadas ampliarán la actividad por las tardes «e incluso los fines de semana si fuera necesario» -como subrayan desde el Sindicato Médico- los servicios de Traumatología, Cirugía General, Cirugía Plástica, Cirugía Vascular, Ginecología, Otorrinolaringología, Urología, Cardiología, Medicina Nuclear, Oncología Radioterápica, Anatomía Patológica y Digestivo (endoscopias). Y también se extenderán, más allá de las 15.00 horas, las consultas externas con mayores demoras. «Damos por enterrado el programa que dejó la anterior Consejería, que tenía un planteamiento puramente ideológico. Ahora, los ciudadanos están por encima de las ideologías», valora Raba, satisfecho del resultado.

En este plan de choque, Pascual también considera «imprescindible la colaboración público-privada. Necesitamos todos los recursos disponibles», y así se lo ha manifestado a los directivos de Santa Clotilde y Mutua Montañesa, aliados habituales del SCS. Próximamente, se citará con los de Hospital Mompía (Grupo AXA). No obstante, aún está pendiente de convocarse el acuerdo marco quirúrgico, que la pasada legislatura tuvo que ser anulado por errores en el pliego. Un contrato dotado de 21,9 millones, con una duración de tres años, prorrogable a uno más, que regula las intervenciones que se derivan a la sanidad privada para aligerar la carga de la red pública.