Sanidad relevará también a los gerentes de los hospitales de Sierrallana y de Laredo

Con esta decisión, la Consejería completa el cambio de prácticamente todo el plantel que acompañó a María Luisa Real la pasada legislatura. Sólo se salva la gerente (desde diciembre pasado) de Atención Primaria, Alicia Gómez, que hace unos días se enfrentó a la dimisión en bloque de su Dirección de Enfermería.

Urbieta aceptó en junio de 2018 dirigir el hospital de Torrelavega como consecuencia del movimiento de puestos que siguió a la dimisión del entonces gerente del SCS, Julián Pérez Gil, a raíz de la denuncia por presuntas irregularidades en varios contratos. La entonces directora médica sustituyó así a Benigno Caviedes, que fue reclamado por Real para cubrir el vacío repentino en la cúpula del SCS.

Tras el cambio de Gobierno, el nombramiento de un nuevo gerente para el hospital de Torrelavega ha estado en los planes de la Consejería desde el principio. De hecho, uno de los candidatos que declinó la oferta fue Trinitario Pina, director médico de Valdecilla hasta que hace unas semanas pasó a ocupar la subdirección de Asistencia Sanitaria en el SCS. No obstante, todo parece indicar que el sustituto de Urbieta saldrá del propio hospital y que esta misma semana se podría conocer su nombre.

En el caso del gerente del Hospital Laredo, Ander Larrazabal, la situación es bien distinta. Primero porque él ha completado la encomienda con la que llegó a Cantabria hace cuatro años -llegó de la mano de Pérez Gil- y, segundo, porque «hubiera seguido encantado», según ha declarado a este periódico. Pero hace apenas unos días que desde la Dirección del SCS se le confirmó que «ya no me toca jugar en este equipo. Ya me considero exjugador». «Me hubiera gustado continuar, porque la ilusión la mantengo intacta; aún había cosas que hacer... seguir con el plan funcional en marcha, pero no va a poder ser», señala.

Larrazabal reconoce que, aunque la posibilidad del relevo «siempre ha estado ahí», «no lo quería ver», porque le podían «las ganas por continuar con nuestro proyecto», por ver terminado el nuevo hospital y por consolidar los servicios introducidos en Castro. Admite que le da «pena» tener que despedirse, «porque se estaba trabajando muy bien», aunque se marcha «orgulloso del equipo con el que he compartido esta experiencia en Cantabria, que ha sido un privilegio. De verdad que ha sido una delicia trabajar aquí. Una pena no haber llegado más lejos con el proyecto». Por eso, añade, «me quedo con estos días preciosos, a nivel personal, de palabras maravillosas» por parte de los compañeros y del entorno social con el que ha compartido estos cuatro años; y se va con el deseo de que «se mantenga la apuesta por el Hospital de Laredo», pendiente -recuerda- del informe de la Consejería de Medio Ambiente para conseguir la licencia de actividad que dé vía libre, por fin, a las obras de reforma y ampliación del centro.