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Si usted es fumador y reside o se encuentra de paso por Cantabria está de enhorabuena. El Gobierno regional ha dejado sin efecto una serie de prohibiciones vinculadas al tabaco que adoptó en agosto de 2020 y en mayo de 2021 con motivo de la ... pandemia del covid, teniendo en cuenta, además, que el Gobierno nacional está redactando una nueva ley sobre un producto que en España se cobró 102.000 vidas entre 2020 y 2021. En la práctica supone que, a partir de hoy, se podrá fumar en terrazas, playas, instalaciones deportivas abiertas y en eventos multitudinarios.
Esta decisión se encuadra dentro del nuevo sistema de medidas no farmacológicas que ha acordado la Consejería de Sanidad en sustitución de las establecidas el pasado 11 de mayo de 2021. Se trata, y así lo recoge el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) de ayer, de sustituir las restricciones predeterminadas de la resolución anterior por un «nuevo sistema adaptado a la casuística y circunstancias de la situación epidemiológica concreta».
Desde hoy queda sin efecto el sistema de medidas de intervención establecidas en la región desde mayo de 2021, que se encontraba vinculado a cada uno de los niveles de alerta. Pero no solo eso, también una serie de restricciones relativas al tabaco, que se han mantenido durante casi dos años. Y es que fue el 15 de agosto de 2020 cuando la Consejería de Sanidad prohibió fumar en las playas y en las terrazas (con un aforo superior al 50%), además de en la vía pública o en espacios al aire libre cuando no se pudiera respetar una distancia mínima interpersonal de, al menos, dos metros. Esta distancia se ampliaba a los cuatro metros en el caso de que se estuviese cerca de menores de 18 años, mujeres embarazadas, personas mayores de 65 años, personas con discapacidad y cualquier población vulnerable. Y la limitación era aplicable también para el uso de cualquier otro dispositivo de inhalación de tabaco, pipas de agua, cachimbas o asimilados.
¿Cómo justificó entonces la Consejería de Sanidad esta medida? Apelando a la literatura científica que entonces «demostró» que durante la exhalación forzada en el consumo de tabaco se expelen aerosoles respiratorios y gotitas que podrían ser capaces de resultar infectivas, es decir, que el uso del tabaco y productos asociados como vapeadores o cachimbas podría multiplicar la capacidad infectiva de una persona.
El fin de estas limitaciones se produce en un contexto en el que el número de fumadores cántabros ha descendido un 17% en los últimos cinco años. 94.000 personas de la región son fumadoras diarias y otras 4.400 son fumadores ocasionales. Esto es el 20% de la población, una cifra inferior a la encuesta de 2009 cuando el 29% de la población cántabra fumaba.
Sobre el nuevo sistema de medidas, Sanidad explicó ayer que «se avanza así hacia un nuevo marco de prevención y control del covid-19 con una estrategia diferente, centrada en las personas y ámbitos de mayor vulnerabilidad, puesto que la variante Ómicron y sus sublinajes, dominante en estos momentos, tiene impacto en esos colectivos». Este nuevo modelo, señalaron desde el Ejecutivo, se alinea de este modo con la Estrategia aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que apoya la transición hacia una estrategia diferente que vigile y dirija las actuaciones a personas y ámbitos de mayor vulnerabilidad y monitorice los casos de covid graves y en ámbitos y personas vulnerables.
¿Qué medidas quedan vigentes? La mascarilla sigue siendo de uso obligatorio para las personas mayores de 6 años cuando se encuentren en centros sanitarios y sociosanitarios, y medios de transporte, puesto que su exigencia se establece en la legislación estatal.
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