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«Recordar es vivir y vencer. A muchos de nosotros solo nos queda eso, recuerdos, a veces nublados por el tiempo, otros angustiosos por el ... dolor, a veces felices», así ha resumido Silvia Gómez, presidenta de la Asociación Cántabra de Víctimas del Terrorismo (Ascanvite), la importancia del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. Y es que, la lluvia no ha servido como excusa para no conmemorar este 11 de marzo. El monumento de Agustín Ibarrola, en La Magdalena, ha sido el escenario del acto de homenaje a las víctimas del terrorismo y sus familias de Santander. Un encuentro en el que además de las autoridades políticas de Cantabria y Santander, familiares y víctimas han puesto en valor la «importancia de recordar».
Gómez ha asegurado que «con Carrero Blanco cambió la historia de España. Fernando supo que lo habían cazado y se lo contó a Luis Carlos, triste protagonista de su propia crónica anunciada. Ángel comprobó cómo un simple mantel de papel se convertiría en la más impensable de las mortajas. Un jersey olvidado fue el elemento clave en la muerte de Antonio, tal jersey jamás llegó a las manos de su dueña. Miguel abrió la puerta de la escuela sin saber que confiar en quién llamaba le llevaría a mirar a los ojos a sus verdugos», y así, uno a uno ha enumerado una decena de historias en la que los protagonistas son «actores involuntarios de la historia más oscura de España».
La presidenta de Ascanvite ha asegurado que son 2.658 heridos «con la fortaleza de seguir viviendo», más de 300 asesinatos «impunes», más de 7.000 víctimas, 86 secuestros, 3.500 atentados y «más de 400.000 miradas que se vuelven húmedas viendo a sus familiares alejarse de su tierra».
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Es un encuentro que tiene lugar cada 11 de marzo, en el que el principal objetivo es que la historia, la del terrorismo en España, pero también la de las víctimas y sus familias no caiga en el olvido. La alcaldesa de Santander, Gema Igual, en este sentido, ha subrayado que «la presencia -de los asistentes que forman parte de la Asociación- en este acto nos recuerda que detrás de cada víctima hay una historia, una familia, unos sueños truncados y un dolor que nunca desaparece del todo».
«El testimonio es fundamental para que la sociedad no olvide», ha explicado. Para Igual, las instituciones «tienen la obligación de mantener vivo el recuerdo y la memoria para garantizar que se haga justicia». Además, ha reivindicado la «unidad» como la «única forma de combatir el terrorismo». De hecho, ha continuado, «no se trata de alimentar rencores ni de vivir anclados al pasado, sino de formar ciudadanos con conciencia cívica, con valores democráticos y firmes, y con un compromiso real con la paz y con la convivencia».
Y es que, según Igual, «España ha sufrido la violencia terrorista en muchísimas ocasiones y de diferentes formas: Los crímenes de ETA, el 11M, los ataques de Barcelona y Cambrils en 2017. Cantabria, y en particular Santander, también ha vivido con dureza el terrorismo». La alcaldesa ha recordado «ese atentado el 19 de febrero de 1992 en la Albericia» en el que tres de vecinos, Julia, Eutimio y Antonio, fueron asesinados por ETA. «Fue un ataque brutal que nos sacudió como ciudad y que dejó una marca imposible de olvidar», ha explicado, por ello, «con motivo del aniversario de aquel atentado, realizamos hace unas semanas una ofrenda floral y dedicamos tres árboles en memoria de las tres víctimas». Porque, como ha apuntado, «no es solo un ejercicio simbólico del recuerdo, es una necesidad, es un compromiso con la verdad y también con la justicia».
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