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La renta por habitante de las dos principales ciudades cántabras, Santander y Torrelavega, es significativamente inferior a la de la mayor parte de poblaciones de similar entidad en el norte del país. En el caso de Santander, si se compara con las demás capitales de ... provincias que se asoman al Cantábrico, solo supera a Lugo. Torrelavega, por su parte, pierde claramente en relación a todas las demás localidades de similar tamaño. Esa es la primera impresión que se obtiene de la observación del informe sobre Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que analiza distintos aspectos del conjunto de municipios españoles de más de 20.000 habitantes.
Los santanderinos disponen, como media, de una renta anual de 14.219 euros, según el estudio del INE, que llega hasta 2019. En la capital del Besaya, la cantidad de dinero con que cuentan sus vecinos es bastante menor: 11.729 euros.
La diferencias de renta entre las capitales del norte es notoria -teniendo siempre presente su distinto tamaño-, y van desde los 18.874 euros de que disponen en San Sebastián hasta los 12.846 de Lugo, con Santander en la quinta posición de seis.
Torrelavega, en cambio, puede medirse a municipios con un número de vecinos similar, y en todos los casos sale perdiendo: Santurce (Vizcaya), Irún (Guipúzcoa), Siero (Asturias) y Ferrol (La Coruña) disponen de una renta anual por habitante superior a los 13.000 euros, mientras la ciudad cántabra no llega a los 12.000.
Esa menor renta de las ciudades cántabras hace posible que su evolución porcentual en los últimos años sea mayor que la de casi todas las demás: en Santander ha crecido un 12,84% entre 2015 y 2019, y en Torrelavega el salto ha sido aún mayor, del 15,14%.
En el conjunto de España, la clasificación de los municipios -de más de 20.000 habitantes- más ricos, en función de la renta media de sus ciudadanos, está encabezada por las localidades madrileñas de Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte (26.367 y 21.976 euros, respectivamente), y la catalana de San Cugat del Vallés (21.122). En el extremo opuesto se encuentran Níjar y Vícar, ambas en Almería, con 7.097 y 7.634 euros de renta media, y las poblaciones sevillanas de Los Palacios y Villafranca, las dos con 8.054 euros.
El retrato de las condiciones de vida en las ciudades cántabras gana exactitud con las tasas de paro y actividad y su comparación con el resto de España, con datos de 2021. Respecto a la de desempleo, Santander y Torrelavega se mantienen en la zona media de la tabla, con tasas respectivas de 12,56 y 15,06, cuando el menor valor corresponde a Pozuelo de Alarcón (6,2), y el mayor a Linares (Jaén), que soporta un 30,9. No salen tan bien paradas respecto a la tasa de actividad, pues se encuentran entre las diez peores, las dos con 52. Ferrol, que registra la peor cifra, tiene 49,9. Rivas-Vaciamadrid (Madrid) lidera el ranking, con 69,7.
Da la impresión de que la prosperidad también se traduce en una mayor esperanza de vida, ya que la citada Pozuelo de Alarcón ocupa el primer puesto con 85,5 años. Una persona que nazca en Santander se espera que viva 83,5 años, y la que vea la luz en Torrelavega, 82,5. La Línea de la Concepción (Cádiz) es la única ciudad española donde la esperanza de vida no cruza la línea de los 80: son 79,8 años.
Otro de los indicadores que destaca el INE en el informe es el del número medio de hijos por mujer: en España, en el año 2019, fue de 1,24. Melilla, con 1,94, es la ciudad con la media más alta, y San Cristóbal de la Laguna, en Tenerife, la que registra la menor, con 0,83. En Cantabria, Torrelavega se mueve por la zona más baja, con 1,08 hijos por mujer, y Santander presenta una cifra todavía más pequeña, 1,05.
La brecha de renta entre los habitantes de las zonas costeras de Cantabria y los del interior se ha reducido desde 2011 hasta 2019, aunque, en términos generales, las diferencias siguen siendo notorias: de los diez municipios con mayor renta disponible bruta per cápita, ocho están situados en el litoral.
Aunque menor, la renta por habitante de los valles interiores ha venido creciendo en mayor proporción que la de los municipios del norte de la comunidad autónoma. Así, en los primeros el aumento experimentado durante esta década ha sido de unos 22,24 puntos, situándose en 2019 la renta disponible per cápita en 14.605 euros; mientras, en los municipios costeros lo ha hecho en 11,99 puntos, con una renta para ese año de 16.462 euros, según los datos del Instituto Cántabro de Estadística (Icane).
Al inicio del estudio, en el año 2011, la renta disponible per cápita en los municipios costeros se situó en 14.700 euros, mientras que la del interior era de 11.948, con lo que las distancias entre ambas han mermado.
Los informes publicados por el Icane permiten comparar la renta bruta por habitante de los 102 ayuntamientos de la región, y en ellos se comprueba cómo la franja del litoral aglutina a la mayor parte de los que la tienen más elevada, aunque el ranking depare alguna que otra sorpresa.
Noja, con 21.574 euros, ocupa la primera posición en esta clasificación, seguida por Comillas (19.138 euros), Potes (18.929 euros), Arnuero (18.362 euros), Laredo (18.342 euros), Santa Cruz de Bezana (18.093 euros), Reinosa (17.984 euros) y Santander (17.680).
En la parte más baja de ese listado se encuentran Tresviso (7.005 euros), San Roque de Riomiera (7.628 euros), Polaciones (7.787 euros), San Miguel de Aguayo (8.251) y Soba (8.560).
Para el economista David Cantarero, profesor titular de la Universidad de Cantabria (UC), reducir aún más las diferencias entre las comarcas del interior y la franja costera exige una serie de inversiones: «La asignatura pendiente de la zona interior de la comunidad autónoma es mejorar las comunicaciones y reducir la brecha digital: se trata del único camino para que se pueda combinar esa calidad de vida que ofrece con unas mayores posibilidades de desarrollo económico».
En su opinión, «para reducir las diferencias territoriales dentro de Cantabria es necesario más emprendimiento e iniciativa privada».
La media nacional
Respecto al conjunto del territorio, la renta disponible bruta per cápita de Cantabria experimentó un crecimiento superior al de la media española durante ese mismo periodo, según publica el Icane, que fija en 16.225 euros la renta per cápita disponible de la Comunidad en 2019.
Además, la renta bruta per cápita de Cantabria ha crecido más en proporción de lo que lo hizo la española desde el año 2011, aumentando 13,22 puntos durante estos años, mientras que la nacional se incrementó en 11,33.
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