«En Santander no hay zonas de empape, por eso los aguaceros generan ríos por las calles»

Las trombas de lluvia que ensoparon a los santanderinos se debieron a las nubes de desarrollo vertical que están marcando este episodio tanto en Cantabria como en el País Vasco. Arteche lo explica así: «Las precipitaciones se encuentran con que el mar y los suelos estaban todavía muy calientes» y eso agrava la situación. Pero «aunque han caído cantidades importantes, 50 litros acumulados tampoco es una burrada», describe. Según sus datos, «en Santander se registraron aguaceros intensos» y, en este caso, lo fundamental fue la concentración en el tiempo, que generó muy rápidamente «una gran escorrentía» sin que el agua se absorbiera. «Hay que mirar siempre si la marea estaba alta, pero la noche pasada el coeficiente marítimo no fue especialmente alto» y, por lo tanto, culpable, porque se quedó en un 69.

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Leticia Mena

Aunque Cantabria sigue bajo un aviso amarillo hasta primera hora de la tarde de este martes por lluvias y tormentas, a partir de mañana el panorama atmosférico se tranquiliza. Aemet prevé que este miércoles no tendrá que lanzar alertas: el ambiente seguirá inestable, pero bajará la intensidad de las precipitaciones. Y esta inestabilidad marcará lo que queda de semana. El tiempo estará revuelto y cambiante, aunque para el jueves ni siquiera se esperan lluvias.

El viernes -que en Cantabria es festivo porque celebra la Virgen Bien Aparecida- pueden volver las precipitaciones por la tarde, pero la mañana podría estar despejada. La previsión señala (a día de hoy, porque con tanta antelación puede cambiar el pronóstico) que el sábado no lloverá en Cantabria. Las precipitaciones volverían a hacer acto de presencia el domingo, aunque en teoría retornarían solo por la tarde.