
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
santander. A última hora de la mañana, un grupo de alumnos de 1º de Enfermería accede a una sala de disección de la Facultad de ... Medicina de la UC. Están a punto de recibir una clase práctica de Anatomía, así que, rápidamente, el pequeño enjambre de batas blancas se distribuye en torno a las mesas de acero brillante dispuestas en el aula. Sobre los tableros, cubiertos con un sudario, reposan ya los cadáveres para la praxis. Son cuerpos que les van a procurar el más real de los aprendizajes: los tejidos y órganos humanos que tienen ante sí son los mismos que tratarán de sanar cuando trabajen en una consulta, en un laboratorio o un hospital.
La clase, que transcurre un caluroso martes de octubre, es posible gracias al gesto altruista de quienes, antes de morir, decidieron donar su cuerpo a la ciencia. La donación procura una segunda vida al cuerpo. Es una vida muy valiosa en términos de enseñanza, investigación y curación.
«Es una herramienta fundamental para la docencia. Estamos formando a los futuros profesionales médicos, enfermeros, fisioterapeutas, logopedas... Cuando se enfrentan a un primer cadáver se enfrentan a su primer paciente. Y eso implica respeto», revela Juan Antonio Montero, catedrático y director del Departamento de Anatomía y Biología Celular de Medicina, el servicio que recibe, custodia y prepara los cuerpos para sus finalidades científica y docente.
Juan Antonio Montero - Director del Dpto. de Anatomía
Montero se dispone a impartir la clase a estos sanitarios en ciernes, que van a comprobar en unos minutos cómo de variable es el cuerpo humano. «Ninguno de nosotros somos exactamente idénticos por fuera; por dentro, pasa igual. Aunque las estructuras son semejantes, estas pueden organizarse con matices. El alumno ve eso por primera vez cuando entra en la sala de disección y se enfrenta a un cadáver. Ve que el estómago puede estar más alto o más bajo; que puede tener forma de fuelle de gaita y ser más redondeado...», ejemplifica.
Trabajar con cuerpos reales entraña otra peculiaridad: como los donantes suelen tener una edad avanzada, sus cuerpos presentan ya marcas de cirugías e intervenciones. «Y eso también es un toque de atención para el estudiante: sabe que tendrá que tener en cuenta el historial del paciente para atenderlo de la mejor manera», subraya Montero.
Cuando un ciudadano expresa su voluntad de entregar su cuerpo a la ciencia una vez muerto, se activa el proceso de donación. ¿Cómo dejar constancia de esta decisión en Cantabria? Por teléfono, presencialmente o en la web del Departamento. En esta última está colgado el formulario de donación, un documento sencillo donde se repasan las excepciones -haber padecido, por ejemplo, enfermedades altamente infecciosas, como las hepatitis B o C o el ébola- y donde se explican los tres únicos usos que tendrá el cuerpo donado: la formación del alumnado de Medicina y Enfermería; la investigación por parte del profesorado, y la práctica científica a manos de médicos especialistas que busquen la innovación medicoquirúrgica o la mejora de procedimientos terapéuticos. El proceso no le cuesta dinero al donante: la gestión burocrática, el traslado del cadáver -en suelo cántabro- y su custodia corren a cargo del Departamento.
Montse Fernández, técnico de sala de disección, explica con detalle cada paso del proceso. Ella interviene en casi todos. Lleva 11 años en un puesto que le entusiasma y al que está conectada casi permanentemente. «Una donación puede llegar en cualquier momento», advierte. Es más, el número del móvil que guarda en el bolsillo de su bata figura en la web como contacto fijo para donantes.
Fernández recibe los cuerpos y los trata. ¿Cómo? Les inyecta una mezcla fijadora que detiene la descomposición. Después, los cuerpos se preservan en frío, en neveras especiales, entre 6 meses y un año. Cumplido este periodo, están preparados para servir a la ciencia. Si hay algo en lo que insiste González cuando cuenta el proceso en el respeto al cuerpo donado: se profesa durante su custodia y se mantiene en las aulas. «Hacemos nuestro trabajo con rigor, y, sobre todo, con el máximo respeto; el que merecen».
Este sistema de donaciones arrancó en 1976. Juan M. Hurlé y Juan Antonio García-Porrero -autores ambos de un libro de Anatomía que se estudia en medio mundo- fueron sus artífices y mentores junto con José Luis Ojeda. Desde el año de creación, se han recibido en torno a 210 cuerpos. Y desde 2012 -el sistema se interrumpió entre 2006 y esa fecha- hay 309 donantes inscritos.
El Departamento recibe una media de ocho cuerpos al año. Lo ideal sería llegar, al menos, a veinte y cubrir así las necesidades del alumnado y de los especialistas. Ejemplo de estos últimos son los neurocirujanos que, hace apenas unos días, pudieron mejorar su técnica para operar tumores cerebrales gracias a 12 órganos donados. El curso se impartió en una sala de disección tomada por neuronavegadores y profesionales de media Europa. Fernández y Montero estuvieron presentes.
Ambos toman ahora el ascensor hasta la planta baja de la Facultad. Allí se encuentran las salas y cámaras donde tiene lugar la recepción, preservación y preparación de los cuerpos donados. A pesar de la mascarilla y la ventilación, se percibe esa mezcla de fenol y demás alcoholes con los que aquí se trabaja.
¿Hay un perfil de donante? No exactamente. Montero desvela que la donación no tiene tanto que ver con convicciones religiosas o culturales como con saber que la opción existe. «Quien dona es alguien que, después de que termine su vida, quiere seguir siendo beneficioso para la sociedad». En el norte de Europa es una alternativa a la altura del entierro o la cremación, se conoce en los mismos términos. «Esa sería nuestra aspiración».
Montero tiene más planes. Quiere ampliar la capacidad de las cámara frigoríficas y erigir un monumento, quizá en los jardines de la Facultad, a los donantes. Fernández coincide. «Es un gran gesto de altruismo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.