La segunda vuelta de las primarias del PP: El precedente cántabro

El resultado de la primera vuelta del Congreso del Partido Popular ha hecho que muchos dirigentes de la formación conservadora hayan echado una mirada atrás y hayan puesto sus ojos en lo que ocurrió en la convención en Cantabria, donde María José Sáenz de Buruaga e Ignacio Diego midieron sus fuerzas, por aquel entonces los dos máximos responsables del partido en la región desde sus cargos de secretaria general y presidente, respectivamente.

Ambos políticos mantuvieron una durísima pugna por hacerse con la presidencia del partido, primero en la votación ante los militantes inscritos y, después, ante los compromisarios.  Batalla que se prolongó después del Congreso en los tribunales.

En la primera vuelta del Congreso, Ignacio Diego obtuvo 1.558 votos de los militantes inscritos, 136 más que los 1.422 logrados por Buruaga. Sin embargo, la entonces secretaria general logró dar la vuelta a la situación en el Congreso al obtener un mayor respaldo por parte de los compromisarios. Una diferencia mínima de cuatro votos pero suficiente para que la hasta entonces más estrecha colaboradora de Diego le desbancara y se hiciera con la presidencia del PP cántabro.

El resultado del Congreso, como ya es conocido, abrió una fuerte división en el PP de Cantabria, con momentos de descalificaciones personales entre los representantes de una y otra facción y que terminaron con denuncias en los tribunales sobre supuestas irregularidades. Denuncias que han sido todas rechazadas y tribunales que han avalado el triunfo de Sáenz de Buruaga.

Ahora, la situación en Madrid, tras los resultados de las primarias, es similar. Soraya Sáenz de Santamaría fue la candidata más votada por los militantes inscritos, por delante de Pablo Casado. Ambos se disputarán el liderazgo del PP en la votación de los compromisarios durante el Congreso del 20 y 21. Un papel clave jugarán aquellos que respaldan a los candidatos que han quedado eliminados.