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La decisión de algunos municipios turísticos como Noja de recurrir a auxiliares de policía para reforzar las plantillas y hacer frente así a los altercados que se han producido en la últimas semanas ... no ha sentado nada bien entre los propios agentes ni sus representantes sindicales, que insisten en que la solución pasa por sacar a concurso las plazas vacantes.
Hace apenas una semana y ante los altercados derivados de botellones masivos -un grupo de jóvenes llegó incluso a apedrear una patrulla de la Policía Local-, el Ayuntamiento de Noja anunció que iba va a reforzar la seguridad en el municipio con la contratación de diez auxiliares de policía local que apoyarían, durante julio, agosto y septiembre, la labor de los 13 agentes municipales con los que cuenta la villa, ante el incremento de población flotante que experimenta los meses de verano.
Precisamente hoy está prevista la realización de la prueba correspondiente para elegir a los candidatos aptos para ocupar estas plazas (se han presentado 25 aspirantes). «Realizarán una labor de refuerzo muy necesaria, y más tras los sucesos acaecidos en el último fin de semana», apuntó entonces el alcalde de Noja, Miguel Ángel Ruiz (PRC), que defendió que el municipio dispone de una «buena ratio» de número de efectivos locales por población, ya que los 13 agentes municipales atienden una población censada de 2.588 personas, «lo que deja una media de menos de 200 habitantes por policía».
Sin embargo, los sindicatos discrepan con esta medida provisional y lamentan que la falta de policías locales es una problemática que afecta a toda Cantabria y a la que «no se está haciendo frente como se debería», según apunta Carlos Díaz, coordinador regional de Comisiones Obreras de Policías Locales.
«La solución es sacar las plazas a concurso. En Noja, de 18 plazas sólo hay cubiertas 11 o 12. El Ayuntamiento sabe de sobra cuándo se jubilan algunos agentes y no han sacado ninguna plazas, no hay ni bases», lamenta.
Pero no se queda ahí su crítica puesto que, según comenta, los auxiliares de policía o «agentes de refuerzo» tienen limitadas sus funciones, como así se recoge en el Boletín Oficial de Cantabria de 30 de diciembre de 2014. «Custodiar y vigilar bienes, servicios, instalaciones y dependencias municipales; dirigir el tráfico en el casco urbano y participar en las tareas de auxilio al ciudadano y protección civil». En ningún caso podrán ejercer la autoridad, según establece la última Ley de Coordinación de Policías Locales de Cantabria, que ahora se está revisando por parte del Gobierno regional.
«Hace dos o tres años que faltan policías y no han amortizado las plazas. No han querido cubrirlas porque no les interesaba y ahora se acuerdan. Están desesperados por no hacer los deberes a tiempo», apunta Juan Manuel Sánchez desde UGT, que advierte que es «ilegal» emplear a esos auxiliares para controlar el botellón.
En esta misma línea se manifiesta Manuel Garzón, representante de CSIF. «Se les va poner en peligro a esos auxiliares. Lo más sensato es que se dediquen a dirigir el tráfico», afirma, al tiempo que señala que Noja «necesita reforzar su plantilla durante todo el año, no sólo en verano».
Si el problema de falta de efectivos pasa por convocar las plazas vacantes. ¿Por qué no se hace? La respuesta la da Luis Miguel Gutiérrez, delegado de APLB (Asociación de Policía Local y Bomberos de Cantabria). «El dinero que se ahorran los ayuntamientos al no cubrir plazas les sirve para llevar a cabo proyectos. Todos los ayuntamientos hacen los mismo. Y el problema, como ocurre en el caso de Castro, es que hasta que no haya una desgracia no van a hacer nada. El abandono es total», asegura.
Gutiérrez resalta el apoyo que han recibido los últimos fines de semana por parte de Unidades de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Ucesic) de la Guardia Civil, «pero su cometido no son los botellones, ellos tienen otras funciones».
Frente a estas críticas, Francisco Asón, alcalde de Ribamontán al Mar, que cuenta con diez auxiliares de policía, defiende que estos refuerzos (en el municipio sólo hay dos policías locales) «hacen una labor muy buena». «Colaboran en la organización del tráfico y avisan de cualquier anomalía a la Guardia Civil». «Por ley no podemos contratar más policías. Si ponemos uno más tenemos que renunciar al arquitecto y lo que no podemos es meter diez policías porque luego a ver qué hacen en invierno».
En Comillas ocurre algo similar. La alcaldesa Teresa Noceda asegura que no pueden tener más de cinco policías (por las ratios) y deja claro que sus funciones van encaminadas a «regular el tráfico» y «vigilar la playa». «En verano necesitamos refuerzos», concluye.
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